lunes, 28 de marzo de 2016

Estreno 2da temporada

Capítulo 1: Retrospectiva

El niño avanzó en silencio hasta la cama que le habían indicado que sería la suya, era el nuevo y por si fuera poco, también el más pequeño de la casa. Dejó caer sus pocas pertenencias sobre la cama: un suéter, una libreta vieja y el reloj que había pertenecido a su padre. En las calles se hablaba mucho sobre ese hogar, comentarios buenos sobre el administrador anterior, sobre su bondad y generosidad, pero muy malos comentarios sobre el nuevo encargado, se decía que explotaba a los niños, que los maltrataba y que su asistente era aún peor, pero siempre se hablaba mal de los nuevos directores, tenía la esperanza de que todo estuviera bien.

_ ¡Vamos!, si no te apuras, no podré ayudarte_ exclamó Sergio devolviéndolo al presente
El quinceañero limpiaba los vidrios del dormitorio, pero se había perdido en sus recuerdos, miro a su amigo, vestido con el uniforme de la escuela militar: un pantalón verde, botas negras de agujeta y playera blanca. Llevaba ya mes y medio ahí y podría decirse que Sergio era la única razón por la que seguía con vida. Él lo había defendido tras la primera golpiza de sus compañeros y ahora le deba lecciones de defensa personal y combate todos los días.
_ Si, ya terminé aquí. Vamos antes de que lleguen los demás_
_ Esta vez si te pasaste, ¡Van a querer matarte!_
_ ¡Qué va!, se lo merecían_
_ Es verdad, pero con el castigo que les dieron, están furiosos… más vale que aprendas bien hoy_
Salieron bromeando acerca del rostro de sus compañeros cuando el sargento les dictó sentencia. A pesar de ser verano, cerca de 12 chicos de entre 15 y 18 años vivían ahí, algunos de ellos; como Arturo; eran huérfanos, otros eran chicos con problemas de conducta y antecedentes delictivos, pero la mayoría; como Sergio; tenían familia solo que sus familiares preferían que pasaran las vacaciones como internos.
Fueron a una bodega al fondo del campus, el lugar que se había convertido en su cuartel de prácticas. Se pusieron en posición y empezaron a practicar, lanzándose golpes y mostrando como derribarse el uno al otro.
_ ¡Vamos!, ¡Golpea el costal con fuerza!_ gritó Sergio _ Imagina que es una persona que en verdad detestas_
  

Esa persona era Agustín Garcés Jr. el entonces nuevo dueño del hogar, al parecer sus padres lo habían obligado a hacerse responsable al condicionarlo diciéndole que si no mostraba un poco de madurez, su única herencia seria precisamente el hogar de chicos huérfanos. Como venganza, por ser lo único que podía darle un ingreso, el señor Garcés, de entonces 24 años de edad, explotaba a los niños, haciéndolos robar para conseguir dinero extra.
Cuando Arturo llegó al hogar, tenía apenas nueve años de edad, dos de ellos vividos en las calles, recién separado de su mejor amigo, se veía inmerso en un mundo nuevo y desconocido. La primera vez que lo enviaron a robar, se negó rotundamente a hacerlo, lo que tuvo como consecuencia que Agustín Garcés le diera una paliza, además de castigar al resto de los chicos, los cuales más tarde desquitaron dándole un par de golpes más.

Los dos adolescentes entrenaron durante un par de horas, el único tiempo libre que tenían durante el día. El practicar en la bodega les otorgaba dos ventajas: enseñar a Arturo a defenderse y retrasar un poco el momento en que el resto de los internos intentara acabarlo a golpes. Después de lo ocurrido la noche anterior, su integridad física corría riesgo. Quizá era una completa tontería meterse en ese juego de revanchas que había iniciado con el resto del grupo, siendo que su único aliado era Sergio, pero si debía estar ahí, se ganaría el respeto de todos, tal como lo había hecho en el pasado.

En su estancia en el hogar fue hasta después de la tercera golpiza en un mes que  finalmente desistió de desobedecer las órdenes, y se hiso a la idea de ser un ladrón. Continuó así hasta la llegada de dos nuevos internos: un par de hermanos de ocho años que parecían ser imparables con sus bromas pesadas, ellos no tenían problema con robar, pero si con la disciplina que se les exigía. En una ocasión, robaron la comida  de la alacena, y César, el asistente del señor Garcés amenazó con encerrar al culpable por dos días sin acceso a comida alguna. Los mellizos no confesarían, eso era obvio, pero si no lo hacían, los mayores los entregarían. Al final fue él quien se presentó como culpable, y tras la paliza acostumbrada, fue enviado a su encierro.
A partir de entonces, se hizo amigo de Oscar y Emilia, e inicio una nueva generación en el hogar, donde los chicos ya no eran traicioneros entre sí, ni vengativos, sino solidarios.    
Entraron nuevos internos y salieron otros más debido a que cumplían la mayoría de edad, los recién llegados debían elegir a que bando unirse, la mayor parte de ellos optaba por los mayores que veían cada uno por sí mismo, debido a que unirse a los pequeños y débiles significaba casi un suicidio. Cuando Kía llegó, no dudo en unirse a ellos, convirtiéndose en la líder, les hablaba a los chicos sobre posibles formas de escapar de aquella tortura, de librarse del señor Garcés.
Lucia y Martín fueron los siguientes en ingresar, aumentando su número de aliados, fue entonces que Mónica llegó para revolucionar todo en casa, inicio como la cocinera de la casa, hasta convertirse en la salvadora de todos. Kía le habló a Mónica sobre las atrocidades del señor Garcés, y juntas idearon un plan para librarse de él.

Arturo terminó su cena y salió hacia los dormitorios a toda prisa, sintió que lo seguían y no se equivocaba, los otros diez chicos estaban dispuestos a tomar venganza, su broma los había hecho acreedores de una mañana completa de ejercicio físico sin descanso.
Lozada, el mayor, el líder del grupo, lo detuvo colocándose frente a él. Era un joven de dieciocho años, fornido por los últimos tres años de ejercicio constante en la academia, con el cabello corto e intensamente negro. Era el más alto y fuerte del grupo.
_ Méndez, me parece que nosotros tenemos una cuenta pendiente_ dijo Lozada desafiante
_ Creí que ya habías tenido suficiente con el castigo del sargento_  respondió suspicaz
_ Y yo creí que habías aprendido a no meterte conmigo, ¡Muchachos, vamos a darle una lección!_
_ ¿Necesitas a tu sequito?, ¿Acaso no eres capaz de defenderte solo?_ lo retó _ Hagamos un mano a mano_
El lugar de la pelea seria el dormitorio, a la media noche, cuando el sargento estuviera completamente dormido. Ese sería el momento de la verdad.

Cuando era más joven, a los 12 años de edad, se convirtió en el líder de los chicos, en el momento en que Kía tuvo que marcharse con sus padres. Siempre creyó que el hecho de que el señor Garcés la dejará irse con ellos sin chistar había sido solo una de sus muchas tácticas, quizá porque el director del orfanato sabía justo como manejar a Arturo, pues desde su llegada se había dedicado a hacerle la vida imposible. Con la partida de Kía, perdió su primera ilusión romántica, pero ganó su valentía. Le llevó tiempo hacerse a la idea de ser el líder, pero para la llegada del nuevo interno: Julián, el muchacho ya era el dirigente de su propia tropa.

Llegó la hora, el reloj marcaba la media noche y los dos adolescentes estaban frente a frente, en medio de ellos, Sergio, hacía de réferi. Dictando el momento en que la pelea daría inicio. Sergio dio la señal y los dos muchachos comenzaron a lanzarse golpes el uno al otro.
Arturo recibió un par de golpes al principio, pero después volvió al combate soltando una patada a su contrincante en medio del estómago, después le dio un puñetazo en la  barbilla, con eso logró derribarlo, se montó sobre él y empezó a golpearlo sin parar.
_ Con eso es suficiente_ dijo Sergio halándolo para que dejara de lanzar golpes _ Es claro que ganaste_
Arturo se detuvo solo hasta que su amigo frenó su puño con las manos, entonces vio a Lozada retorciéndose en el piso, el quinceañero dio un par de pasos hacia atrás en silencio. La puerta del dormitorio se abrió, el sargento entró en silencio y tomó a los dos jóvenes con fuerza, los llevo a los cuartos de castigo para que pasaran el resto de la noche.

Después de derrotar al señor Garcés, no había pasado frio ni hambre nunca más, hasta llegar a la escuela militar.  Ese hombre era quien más dolor le había generado, o eso pensaba hasta el día en que los del consejo tutelar se lo llevaron del hotel, cuando vio la firma de Mauricio en aquel documento. Le dolía porque a diferencia del señor Garcés, a Fernández lo quería, lo veía como parte de su familia y confiaba en él. Ahora nada de eso importaba, porque estaba ahí, encerrado y solo, lejos de los chicos, lleno de rabia y tristeza.

Despertó al día siguiente, convencido de que sería mejor que el anterior, había vencido a Lozada y eso lo hacía acreedor del respeto del grupo. Ya no sería más el novato contra el que todos desquitaban, lo cual le daba al menos un mínimo de esperanza en su desolada vida. El sargento se presentó a primera hora de la mañana, pero no se veía complacido con llevar a cabo el castigo como en otras ocasiones, no le grito, ni lo insulto, ni le dio un sermón sobre la disciplina y el compañerismo, como ya estaba empezando a acostumbrarse que lo hiciera, en lugar de eso lo ayudo a incorporarse y avanzó en silencio hasta la puerta.
_ Ve a arreglarte Méndez, tienes visita_ le indicó
Se preguntó quién podría ir a visitarlo justo ahí, la única persona que vino a su mente fue Candela y se llenó de emoción al pensar que volvería a verla. Se bañó y se arregló lo mejor que pudo, tratando de esconder las marcas de las pelas más recientes, fue al cuarto destinado a visitas de externos, al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa.


  

viernes, 11 de marzo de 2016

Y más personajes!!

Leonardo “Leo” Lagos: el novio de Sara y enemigo de Arturo. Durante las vacaciones recibió la visita de su tío y la novia de este, sin saber que esta mujer ocultaba un gran secreto, mismo que Leonardo descubrirá. Al principio sus peleas con Arturo ponen en riesgo su relación con Sara pero más adelante se tendrán que aliar para conseguir juntos lograr su meta. Ingresa a la preparatoria, siendo dos años mayor que sus compañeros, buscara regularizar sus estudios para entrar a la universidad.

Chaim: el joven príncipe inicia sus estudios en último año de preparatoria, su cumpleaños número 18 está cada vez más cerca y ve amenazada su nueva vida en el Royal, deberá decidir el rumbo de su destino. Es novio de Kía y amigo incondicional de Leonardo y Arturo.

Kía Vélez: novia de Chaim, la mejor amiga de Arturo, Sara y Cande. Es consciente de que Chaim debe volver a su país y se siente constantemente indecisa sobre seguir con el o dejarlo para que él no se sienta atado.

Candela “Cande” Ochoa: es el amor platónico de Arturo, pese a que ella está saliendo con Fernando. Cuando los chicos vuelven al hotel, su viejo amigo le confiesa finalmente sus sentimientos, dejándola en medio de un triángulo amoroso. Se convierte en una especie de hermana mayor para Benjamín.

Ezequiel Lagos: durante el verano extraño mucho a Emi y cuando esta regresa pasan todo el día juntos, son los mejores amigos, aunque el empieza a sentirse atraído por ella. No sabe cómo reaccionar ante lo que siente, en especial por la rivalidad que tiene con Oscar. Cuando Matías se une a las clases hace todo lo posible por alejarlo de Emilia.

Amanda “Mandy” Santillán: una estudiante del Rayo de Sol, tiene catorce años y cursa el último año de secundaria, conoce a Oscar el primer día de clases cuando llega al salón equivocado. Es una chica muy femenina, miembro del club de porristas de la escuela. Tiene muchos roces con Emi e infinidad de discusiones con Oscar. Es la hermana mayor de Matías. Se siente atraída por Arturo.

Matías ”Matt”  Santillán: es el chico nuevo en la clase de los mellizos, divertido y ególatra pretende conquistar a Emi, a pesar de que en un inicio tuvieron muchos roces, pero para lograrlo debe quitar a Ezequiel del medio, ya que jamás se separa de ella. Se vuelve amigo de Oscar.

Nicolás Pescador Acosta: el mejor amigo de Paula, ha logrado su objetivo de unir a su madre con Franco, ahora está más concentrado en unirlos a él y a Paula, aunque esta lo evade todo el tiempo. Mauricio y Martin lo vigilan en exceso, intentando alejarlo de Pau.

Nadia Gutiérrez: la mejor amiga de Martin, le ayuda en la búsqueda de su padre. También se hace muy amiga de Paula y Lucia.

Benjamín “Benja” Gress: sin Lucy se ve obligado a enfrentar solo las peleas de sus padres, llevándolo a buscar un nuevo refugio, la familia de Candela lo acoge de la mejor manera y va a vivir con ellos.


Félix  Lagos: es el tío de Lucas y Ezequiel, vuelve después de meses de viajes de negocios. Es novio de Esmeralda, con quien se compromete más tarde sin saber su verdadera historia. Tiene una relación distante con sus sobrinos, aunque a su regreso empieza a acercarse a ellos.