_ ¿Qué haces aquí?_ preguntó Florencia
_ ¿Puedo hacerte una pregunta?_ empezó a decir _ ¿Aún
estás enamorada de Mauricio?_
Lo dudo unos segundos.
_ No lo sé… Empiezo a creer que no_
Apenas dijo esto, Agustín se abalanzó sobre ella, robándole
un beso. Florencia le correspondió y rodeo el cuello del que hasta ahora había
sido su mejor amigo con sus brazos, ayudando a que el beso se intensificara.
_ Espera_ lo alejó abruptamente _ No quiero despertar al enano_ explicó
_ Podemos continuar en la sala_ respondió Agustín con una
sonrisa
Las dos de la mañana. Ellos entraron corriendo al cuarto
del infante que gritaba con desesperación. Lo encontraron dando vueltas en su
cama, presa de una pesadilla al parecer.
_ Está alucinando_ dijo Agustín _ Tiene mucha fiebre_
aseguro tocando la frente del niño
_ ¡Auxilio!, ¡Ayúdenme! _ gritó Julián con voz débil
Florencia se acercó para comprobar la temperatura
corporal de su hijo. Agustín estaba en lo cierto.
_ Iré a encender el coche. Tráelo_ indicó
Agustín obedeció, envolviendo al niño con una de sus
cobijas.
Oscar entró a la habitación de las chicas, ya era momento
de marcharse a la escuela y estaba preocupado por ella. La encontró sentada al
borde de su cama, con los pies colgando sobre la litera inferior. Subió y se
sentó a su lado.
_ ¿Por qué no fuiste a desayunar?_ preguntó a su hermana
_ Tengo la cabeza hecha un lío_ respondió
Oscar se puso serio. Sabía que Emi estaba mal, y odiaba
no saber el porqué de esa situación.
_ Kike me pidió que continuáramos con nuestra relación,
pero Matías se me declaró el sábado y además, Ezequiel me besó hace unos
días_ explicó
_ ¡Te besó!, ¡Lo voy a matar!_ exclamó furioso
_ Tranquilo, fue… lindo… eso creo_ lo tranquilizó _ Solo
que todos me piden una respuesta y estoy confundida… no quisiera estar cerca de
ninguno hasta tener mis ideas claras_
_ No puedo ayudarte a decidir, pero si a mantenerlos
lejos mientras tanto_ dijo rodeando a su hermana en un abrazo
Florencia lo observó nuevamente, tratando de decidir si era
una buena idea, si debía confiar en él o sería mejor llevar a Julián con ella
al trabajo, pero no podría cuidar de él y sabía de sobra que no podía enviarlo
al colegio en esas condiciones.
_ Confía en mí, ¿Quieres?_ dijo Agustín
_ Solo espero no arrepentirme de esto_ confesó ella _
Debo irme a trabajar, pórtate bien y descansa un poco_ dijo a su hijo mientras
se despedía dándole un beso en la mejilla
_ Si mamá_ respondió Julián
Florencia se inclinó hacía Agustín para despedirse
dándole un beso, pero se detuvo al notar la mirada curiosa del niño, entonces
le dio un ligero beso en la mejilla.
_ Tenemos que hablar esta noche_ concluyó y se marchó
Lo había logrado. A lo largo del día se mantuvo lejos
tanto de Matías como de Ezequiel, evitando por completo cruzar palabra con
ellos, ahora solo le restaba llegar al hotel y encerrarse a pensar el resto de
la tarde para evitar encontrarse con el menor de los Lagos por los pasillos del
hotel. Salió del colegio a toda prisa, buscando no ser encontrada por su mejor
amigo, pero se detuvo de golpe al ver el resplandor del cabello dorado de su
primer amor. Enrique la esperaba en la salida de la escuela.
_ ¡Kike!_ exclamó Oscar acercándose al chico _ ¡Que gusto
verte!, ¿Quieres jugar un partido de baloncesto conmigo y con Arturo esta
tarde?_
_ En realidad pensaba salir con Emi hoy_ respondió
Enrique
_ Por mí no se hagan problema_ dijo la chica _ Has estado
aquí toda la semana y no has visto a los chicos para nada… creo que les hará
bien pasar tiempo juntos_
Ezequiel se acercó para hablar con su mejor amiga.
_ Tú también podrías venir, Lagos _ comentó Oscar antes
de que él pudiera abrir la boca _ Nos hará falta un jugador y ustedes dos no
han pasado tiempo juntos en toda la semana, se supone que son amigos_ insistió
_ Quizá tengas razón, pero…
_ ¡Ya está!_ exclamó Os _ ¡Será una tarde de chicos!_
concluyó abrazando a sus dos posibles futuros cuñados
Emi formó una sonrisa de oreja a oreja, feliz de que su
hermano siempre la ayudara, feliz de tener a su mellizo a su lado y de saber
que siempre podía contar con él.
Esa bola naranja pasaba hábilmente de las manos de Oscar
a las de Arturo, quien sin la menor dificultad lograba encestar. Ella lo
observaba atenta, ese chico era tan parecido a su padre en tantos aspectos,
incluso en su estilo al jugar, tenía su misma sonrisa. ¿Tenía algo de ella? Si,
su cabello y sus ojos. Pero los de Arturo eran mil veces más expresivos que los
suyos. Lo vio rebotar el balón con destreza, burlando a sus rivales, moviéndose
con naturalidad por la cancha.
_ Es un excelente jugador, ¿No?_ le preguntó Sara
_ Si, lo es_ respondió _ ¿Ustedes no juegan?_
_ No, el baloncesto no es lo mío. Y además, debo admitir
que el callejerito es bueno en eso… una vez me ganó una apuesta jugando así…
prefiero no arriesgarme _ dijo Leonardo
_ ¿Por qué ustedes dos no se llevan bien?_ cuestionó
Esmeralda
_ Siempre ha sido así y dudo que eso cambie_
_ ¿Juega en el equipo de la escuela?_
_ Jugaba. Está temporalmente suspendido por violento_
explico el mayor de los Lagos
_ El año pasado llevo al equipo a la final y ganaron_
comentó Sara con orgullo _ Además es músico, sabe tocar la guitarra
magníficamente_
_ Bueno, basta de lanzarle flores al callejerito_
intervino Leo
Esmeralda dejó de hablar y volvió a observar aquel adolescente.
Leonardo por otra parte, volteo a ver a la novia de su tío, ¿Por qué siempre
tenía tanto interés en saber de Arturo? Tenía que averiguarlo.
Emi se encontraba en su habitación, era una de esas pocas
ocasiones en las cuales disponía del cuarto para ella sola, por lo cual podía
pensar tranquilamente y ordenar tanto sus ideas como sus sentimientos. Sentada
en la alfombra morada de la habitación intentaba descubrir que chico era el
dueño de su corazón.
La puerta del cuarto se abrió de golpe, y vio entonces a
Matías entrando.
_ Tengo que hablar contigo_ dijo el chico con firmeza
_ ¿Te volviste loco?, ¿Quién te dejó entrar?_ cuestionó
ella poniéndose de pie_ ¡Largo de aquí!_ ordenó empujando al chico
_ La recepcionista me dejó entrar. ¡Emi, ya basta de evadirme!,
¡Quiero una respuesta!_
Emilia enfureció, primero que nada no podía creer que
Estrella la traicionara de esa forma, pero sobre todo estaba molesta porque ese
chico no la dejaba en paz. Sin dudarlo ni un segundo lo empujó con fuerza hasta
sacarlo, primero de su cuarto y después siguió del mismo modo hasta llegar a la
puerta de la suite.
_ Me encanta que seas tan fuerte_ comentó Matías con una
sonrisa
Justo cuando Emi se disponía a abrir la puerta para sacar
definitivamente al chico, la puerta se abrió, dejando que Florencia y Paula
presenciaran la escena de los dos adolescentes.
_ ¡Fuera de aquí!_ ordenó Emilia sin inmutarse ante la
presencia de las recién llegadas
El chico de ojos verdes obedeció y salió de la suite con
una sonrisa.
_ Mañana te veo en la escuela y espero ya tengas una
respuesta_
La chica bufó enojada. Necesitaba un poco de paz.
_ ¿Qué me ven?_ preguntó a la defensiva a la ex novia de
su tutor y a Paula
_ Pau, ¿Puedes ir a buscar al enano? Dile que ya nos
vamos_ indicó Florencia a la niña
Paula asintió y salió a buscar al niño.
_ ¿Estás bien?_ preguntó Florencia _ ¿Ese chico es tu
novio?_
_ ¡No es de tu incumbencia!_ exclamó
_ Solo quería ayudarte. Creí que habían discutido_
_ No es mi novio, pero quiere serlo… igual que otros dos
chicos y están volviéndome loca_
_ Sé que es difícil elegir, pero basta con escuchar a tu
corazón_ le aconsejó
_ Para ti es fácil. Vives enamorada de Mau desde siempre_
dijo ella _ Aun cuando ya no son novios_
Quizá la estaba ayudando, pero no dejaría que Florencia
saliera ilesa de esa charla, después de todo, aún la odiaba por haberla
separado de su hermano por casi dos meses.
_ En realidad, te entiendo perfectamente y creo que lo
mejor es escuchar a tu corazón_ respondió Flor con la mayor tranquilidad.
Y justo en ese momento, las dos encontraron la solución a
sus problemas, todo residía en escuchar ese simple y sencillo consejo.