Mauricio tomó la película y la insertó en el DVD. Rodeó a
Estrella con el brazo y le plantó un beso ligero en los labios.
_ Es genial tener a toda la familia aquí_ comentó _ Solo
falta el enano_ añadió con cierta nostalgia _ Mañana iré a visitarlo_
Estrella hizo una pequeña mueca, el asunto de Florencia
empezaba a cansarle. No sabía que esa mueca era solo una pequeña chispa de la
futura bomba que explotaría en muy poco tiempo.
Emi contaba las horas para dar fin a las clases. Era
lunes y como todos los estudiantes, odiaba los lunes, solo que este sería un
lunes especial. Kike visitaría la ciudad, debido a que acompañaría a su padre a
una convención, de modo que por toda una semana podría verlo nuevamente.
La clase terminó. Solo dos horas más en el colegio y
podría reunirse con su primer amor. Era momento de ir al laboratorio de
biología, se puso de pie, se colocó la bata y cerró su mochila. Empezó a
avanzar hacia la puerta, ahí se encontraba Matías, esperándola.
_ ¿Por qué huiste?_ le reclamó
_ No me gusta estar con mentirosos_ respondió ella
apresurando el paso
_ ¡No mentí!, ¿Tienes idea de cuánto me costó decírtelo?_
preguntó mientras corría tras ella por los pasillos de la escuela _ ¡Solo
quiero saber si yo te gusto!_ exclamó
La chica frenó en seco y dio media vuelta para verlo a
los ojos. No había respuesta que pudiera dar, no hasta haber visto a Enrique.
_ ¡Emi, la clase ya empezó!_ los interrumpió Ezequiel con
un grito desde la puerta del laboratorio
Ella no dudo ni un segundo en echar a correr a su clase.
El asunto del aprendiz comenzaba a tornarse cómodo,
Rodrigo funcionaba como una especie de asesor personal. Realizaba tareas
sencillas y le ayudaba a recordar otras cuantas.
_ ¿Cómo fue que los chicos llegaron al hotel?_ preguntó el
hombre de los ojos verdes
_ Por mera casualidad_ respondió el gerente sentándose en
su escritorio
_ ¿Fue difícil adaptarse?_
_ Mucho, un hotel de cinco estrellas no está diseñado
para siete chicos haciendo de las suyas,
pero lo logramos_ dijo con una sonrisa. Después se puso serio _ ¿Cómo llegaste tú
al hotel?_
_ Bueno…. Conocí a Jake cuando estaba en la preparatoria,
me ofreció pagar mis estudios a cambio de que trabajara medio tiempo en uno de
sus hoteles_ respondió con naturalidad
“Jake”, ¿Cómo podía llamarlo con tanta confianza?
Jacob Palacios era un hombre importante. ¡No se le podía
hablar con sobrenombres!
_ Inicie como botones y he ido ascendiendo. Supongo que
el siguiente paso es una gerencia, por eso me envió aquí a aprender_
Le sonaba familiar. Esa había sido su historia. Solo
existía un pequeño detalle que lo inquietaba: el dirigía el mismo hotel en el
que había aprendido a ser gerente.
Ezequiel se ubicó entre Matías y Emilia, quería evitar a
toda costa que ese engreído siguiera cerca de ella. Estaba molesto consigo
mismo, ¿Por qué no fue capaz de decirle a Emi sus sentimientos por ella antes?
_ ¿Puedo sentarme ahí?_ preguntó Matías en mitad de la
explicación de su profesor
_ No, Emi y yo usaremos el torno. Tú puedes ir por allá_
dijo señalando la mesa dedicada a las sierras y serruchos
_ ¡Tengo que hablar con ella!_ exclamó el chico
_ Y nosotros tenemos que trabajar_
_ ¡Deja de entrometerte, Lagos!_
_ Me entrometo todo lo que quiero_
_ ¡Quítate!_ gritó empujándolo para acercarse a la chica
Ezequiel cayó sobre el duro y frío suelo del taller de
carpintería. Ese era su punto límite. Se puso de pie y empujó al chico de ojos verdes con todas
sus fuerzas.
_ Deja en paz a mi novia_ dijo enfurecido
Chaim miró la pantalla de su celular y salió corriendo
del salón de clases. Ellos. Una vez más eran ellos. Respondió el teléfono y
escuchó las mismas palabras que había oído durante el último medio año. Colgó
al fin, con el pulso acelerado y las entrañas revueltas de coraje. Hizo una
cuenta mental. La cuenta regresiva continuaba. Faltaban solo tres meses para
que cumpliera la mayoría de edad. Solo tres meses de dulce libertad y era
momento de hablar, de contar toda la verdad a la persona que más le importaba
en la vida: Kía.
Oscar esperaba impaciente. Podría volver a ver a Diana.
¡Cuánto le alegraba la simple idea! Sin duda aún sentía esas mariposas en el
estómago cuando pensaba en ella. Seguía enamorado a pesar del paso de los
meses.
Al fin lo vieron llegar. Enrique se acercaba con paso
certero a la puerta del colegio, donde los tres esperaban.
_ ¡Ya está aquí!_ exclamó volteando a ver a Emilia
Su hermana estaba sentada en la entrada de la escuela,
hablando con Ezequiel sobre el incidente ocurrido dentro del taller de
carpintería.
_ Solo quería que dejara de molestarte_ comentó el menor
de los Lagos, pero su respuesta quedo en el aire
Apenas lo vio, Emi se puso de pie y corrió a abrazarlo.
Ezequiel se odio más que nunca. Emilia era perfecta y él
había tardado demasiado en darse cuenta. Enrique y Matías eran mucho más listos
que él.
_ ¡Qué gusto me da verte otra vez!_ dijo el chico rubio
estrechándola entre sus brazos
_ ¿Dónde está Diana?_ preguntó Oscar con impaciencia
_ En casa, solo hemos venido mi padre y yo_ respondió
Oscar no fue capaz de disimular su desilusión.
_ Vayamos por un helado_ comentó Kike con una sonrisa
Martín ingreso lentamente en la que antes fue su suite.
Quería pistas. Debía averiguar lo antes posible si ese hombre era una verdadera
amenaza para el trabajo de Mau, y por tanto para la estancia en el hotel de
toda la familia.
Era arriesgado, pero estaba seguro de que Rodrigo se
encontraba en la gerencia ocupado, sino, probablemente estaría hablando con
Estrella en la recepción. Como a todos en el hotel, a Estrella le agradaba ese
hombre.
Avanzó por la sala, la misma que ya había inspeccionado.
Pensó que tal vez sería buena idea pedirle a Nadia que lo acompañara, pero ella
estaba ocupada empacando para la mudanza a su nueva casa. Abrió lentamente la
puerta del cuarto principal.
_ ¿Buscabas algo?_ preguntó la voz de Rodrigo De la Cruz
jalándolo hacia el interior
Solos al fin. Después de tres meses de separación.
Avanzaban el uno al lado del otro, recorriendo el parque, Ezequiel y Oscar se
habían marchado, dejándolos en medio del pasado y ese dudoso presente.
_ ¿Aún somos novios?_ preguntó Enrique sentándose en el
pasto
_ No lo sé. Ha pasado mucho tiempo_ respondió Emi
sentándose a su lado
_ Es que tengo muchas ganas de besarte y si no somos
novios, sería completamente inapropiado_
_ Lo sería_ sonrió
Lo cierto era que ellos nunca se habían besado. Aun
cuando fueron novios, el esperado primer beso jamás llegó para ellos dos.
Kike se inclinó en dirección a ella, acortando la
distancia entre los dos. Sus labios ya estaban a solo un par de centímetros de
besarse cuando él se detuvo de pronto.
_ Quiero que sigamos siendo novios, aunque sea a
distancia_
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