_ Te deje ganar_ confesó inclinándose ligeramente sobre
la mesa que marcaba la distancia entre los dos
_ ¡Eso es lo que dicen los machos cuando no pueden
aceptar que una mujer los ha vencido!_ dijo tomando la cereza que tanta
tentación le producía
_ Eso hacen los chicos cuando no saben cómo invitar a
salir a la chica que los vuelve locos_
Emi se congeló al escuchar esas últimas palabras, dejando
esa suculenta cereza suspendida en el aire y su corazón completamente
paralizado
_ ¿Q-q-q- qué?_ preguntó la chica confundida
_ Me gustas, Emi, y mucho_
_ Me tengo que ir_ dijo ella poniéndose de pie para salir
a toda prisa
El reloj marcaba las ocho de la tarde cuando Florencia
regreso a su apartamento llevando consigo al niño, habían asistido a la fiesta
de cumpleaños. Después del pastel, piñata y juegos, el pequeño estaba agotado.
_ Me iré a dormir_ anunció Julián avanzando lentamente
hacia su habitación
Para ser un niño que volvía de una fiesta, se veía
completamente desanimado.
_ ¿Estás bien, enano?, ¿Acaso no te gustó la fiesta?_ le
preguntó Florencia hincándose para quedar a la altura del infante
_ Si, Flor, pero…
_ Me puedes decir mamá, si tú quieres_ lo interrumpió
Podía parecer extraño, pero le gustaba como sonaba esa
palabra con la voz de ese pequeño
_ Si, mamá, pero estoy un poco triste_ explico Julián _
Yo nunca he tenido una fiesta de cumpleaños_
_ No te preocupes por eso. En tu cumpleaños te haremos
una enorme fiesta_ intentó animarlo
_ Yo no sé cuándo es mi cumpleaños_ respondió el niño con
tristeza
¿Estaba volviéndose loca?, ¿Por qué ese mocoso le causaba
tanta ternura?, ¿Por qué quería cuidarlo y abrazarlo?
_ En ese caso, te ayudaré a averiguar qué día es_ le sonrió al mismo tiempo que lo despeinaba
ligeramente _ Ahora ve a lavarte los dientes y después a dormir_ le indicó
preguntándose una vez más, ¿Cómo hacía ese pequeño para robarle el corazón?
Sara entró a la habitación de los chicos por la mañana,
observó cómo Oscar dormía plácidamente y Martín abrazaba con fuerza su
almohada. Ella no prestó mayor atención a ellos, subió la escalera de la litera
y despertó a su amigo.
_ ¿Te volviste loca?_ preguntó Arturo al ver a Sara
sentada al borde de su cama_ ¡Es domingo por la mañana!_
_ Tengo que hablar contigo_ dijo la chica _ Creo que
tengo una solución para lo de tu mam..
_ ¡Cállate! No quiero que nadie te escuche_ replicó el
quinceañero incorporándose sobre la cama
_ Mira Leo es mi novio y puedo hacer que entres
fácilmente a la suite de los Lagos, también puedo conseguir que hables a solas
con ella. Quizá es lo único que necesitas_
_ ¿Crees que funcione?_
_ Hay que intentarlo_ sonrió Sara
El hombre observó a Julián de pies a cabeza. Era el
entrenador del equipo infantil de futbol. La noche anterior Agustín había
llegado al departamento con un sinfín de folletos sobre escuelas y clubs de
diversas actividades para inscribir al niño. Julián había elegido el futbol, de modo que esa mañana Florencia y
Agustín lo llevaron a realizar una prueba para entrar al equipo.
_ La verdad es que es muy pequeño_ comentó el entrenador_
Y si entra al equipo, tendría que mandar a alguien a la banca_
En cuanto dijo estas palabras, el resto de los niños dejó
de practicar y volteo en dirección al recién llegado.
_ No creo que sea seguro para él, los otros niños
acostumbran jugar un poco rudo_
_ Déjelo hacer la prueba, después de eso podrá tomar su
decisión_ argumentó Agustín
_ Ve al campo muchacho, juegas con el equipo azul_ le
indicó a Julián
Apenas puso un pie en el campo de juego, resaltó que el
niño no estaba hecho para ese equipo. Los niños que jugaban tenían entre seis y
ocho años pero eran mucho más altos que él. Julián era pequeño y delgado, con
movimientos torpes al correr a comparación de los demás infantes.
No pasó mucho tiempo hasta que uno de los niños más
grandes, al parecer el delantero del equipo contrario, derribara a Julián con
un simple empujón. El pequeño se levantó
con dificultad, pensaba seguir jugando y lo habría hecho si Florencia no
hubiera corrido a detenerlo. Fue entonces que se dio cuenta que le sangraba la
nariz.
_ ¿Podría decirles que sean más cuidadosos?_ dijo Flor al
entrenador
_ Le dije que era demasiado pequeño, quizá en un año o
dos lo puedas intentar_ respondió el hombre _ Lo siento_ se encogió de hombros
_ Puedes probar con otra cosa_ comentó Agustín
acercándose a ellos
_ Yo quería futbol_ se quejó el pequeño
Florencia se hincó para quedar a la altura de Julián,
viéndolo a los ojos.
_ ¿Es lo que quieres?_ preguntó con determinación
_ ¡Si!_
_ Entonces, vamos. Buscaremos un entrenador para ti_
concluyó
Ezequiel se miró al espejo, se veía bien. Hacía mucho que
no usaba camisa, lo cierto era que desde que se hizo amigo de Emi, se vestía
mucho más sport, pues debía seguirle el paso. Pero esa tarde había decidido que
debía lucir bien para el gran momento, el momento en el cual le confesaría a su
mejor amiga sus sentimientos hacía ella.
_ ¡Necesito hablar contigo!_ exclamó Emilia entrando en
la habitación
_ Yo también tengo algo que decirte_ respondió el chico _
Pero, habla tu primero_
_ El idiota de Matías me dijo que yo le gusto_ soltó
_ ¡¿Qué?!_ exclamó Ezequiel _ Pero, él no te gusta, ¿O
si?_
_ No lo sé_ respondió dejándose caer sobre la cama de su
amigo _ Nunca me ha gustado otro chico además de Kike_
Y como si lo hubiera invocado, en ese preciso instante el
celular del chico vibro, anunciando una llamada entrante del exnovio de su
amiga.
_ Bueno_ contestó un poco de mala gana _Muy bien. Amm…
si, está conmigo_ dijo _ Quiere hablar contigo_ comentó entregándole el
teléfono a la chica
Después de eso, se marchó a su escritorio, decidido a
ignorar las palabras que intercambiaban sus amigos y a enterrar sus
sentimientos pos Emilia.
Paula se marchó a su práctica de patinaje artístico,
dejándolo solo en medio del lobby. Odiaba los domingos porque debía pasar solo
la mayor parte de ellos. Su madre trabajaba, lo mismo que Franco y Paula, su
mejor amiga, tenía práctica. Nicolás se dejó caer sobre el sofá del lobby,
intentado descubrir que podría hacer para pasar el tiempo.
_ Deberíamos aprovechar el día e ir a investigar más
sobre De la Cruz_ escuchó que decía la voz de Martín
_ ¿Qué quieren saber sobre él?_ preguntó poniéndose de
pie frente a los dos niños
Martín y Nadia lo observaron con desconfianza.
_ No soporto a ese sujeto y si hay una forma de sacarlo
del hotel, los ayudare_
_ En ese caso, bienvenido a nuestro club_ dijo Martín
extendiendo su mano
Nico la estrechó, feliz de saber que existía la
posibilidad de deshacerse de Rodrigo.
Mauricio colocó un tazón con palomitas en la mesa de
centro, una buena tarde viendo películas en familia era lo que más le apetecía
en una lluviosa tarde de inicios de otoño: ver películas en compañía de toda la
familia.
_ ¿Qué película quieren ver?_ preguntó Mau
_ El ogro del hotel_ respondió Arturo con sarcasmo
_ Se llama Hotel Transilvania_ lo corrigió Benjamín
Aun cuando Benja, Nico, Ezequiel y Nadia no eran
realmente parte de la extraña familia, eran una presencia constante en la suite
3 05.
_ Se refería a Mau_ intervino Martín
_ Como sea, pero veamos Hotel Transilvania_ dijo Lucía
con entusiasmo
Mauricio tomó la película y la insertó en el DVD. Rodeó a
Estrella con el brazo y le plantó un beso ligero en los labios.
_ Es genial tener a toda la familia aquí_ comentó _ Solo
falta el enano_ añadió con cierta nostalgia _ Mañana iré a visitarlo_
Estrella hizo una pequeña mueca, el asunto de Florencia
empezaba a cansarle. No sabía que esa mueca era solo una pequeña chispa de la
futura bomba que explotaría en muy poco tiempo.
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