_ ¡Basta!_ volvió a gritar Mauricio
_ Vamos al siguiente piso y les muestro el regalo_ indicó
el señor Palacios
De inmediato se pusieron de pie y caminaron en la
dirección que el dueño del hotel les indicaba. Finalmente pararon frente a una
de las suites del cuarto piso.
_ Este es su regalo, Fernández_ dijo el señor Palacios
entregando una tarjeta a su tutor
Mauricio miró con asombro una enorme sala con espacio
suficiente para todos, detrás una mesa enorme con catorce sillas, una cocina
amplia y cinco puertas alrededor de la
sala. Esa suite parecía el doble de grande del resto de las del hotel.
_ Sé que necesitan más espacio, espero que esto sea
suficiente_ comentó el señor Palacios indicándoles que entraran
_ ¿Esta suite es para nosotros?_ preguntó Martín con
asombro
_ Si_
_ ¿Cómo es que remodelaron la suite?, ¿Cuándo?... Yo no
autoricé nada_ dijo avanzando por la sala
_ Yo soy el dueño del hotel Fernández, si yo doy una
orden directa, no se necesita su autorización_ explicó
_ Pero… ¿Cuándo?... Tampoco me informaron de la entrada
de ninguna constructora_
_ Hay personas que trabajan por las noches_
_ Detrás de alguna de esas puertas, ¿Hay un espacio libre
para vivir?_ cuestionó Leonardo
_ Si, vayan a ver los cuartos_ indicó el dueño del hotel
Los chicos corrieron a abrir las puertas y conocer su
nueva suite, Mau seguía asombrado ante tal regalo.
_ Es demasiado, no puedo aceptarlo_ comentó
_ Llevo casi dos meses viendo cómo se las arregla con los
chicos… y la verdad no es nada fácil estar en su lugar, así que espero esto lo
pueda ayudar un poco_ sonrió
Arturo observaba fascinado su nueva habitación, un cuarto
bastante amplio con tres camas individuales, un closet enorme e incluso dos
escritorios. El lugar pintado en tonos azules y naranjas era simplemente
perfecto.
_ ¡No puedo creer que tenga que seguir compartiendo con
ustedes!_ bufó Leonardo dejándose caer sobre una de las camas
_ Tampoco me agrada estar contigo, riquillo, ¡Pero amo
este lugar!_ exclamó con emoción
_ ¿Cómo es posible que no te dijera nada de esto antes?_
cuestionó Sergio
_ ¡Tienen que ver nuestro cuarto!_ dijo Emi con emoción tomando
su brazo
Mauricio miraba con asombro su nueva habitación, era
enorme a comparación de la anterior. ¡Tenía un espacio para sí mismo!, ¡Incluso
había un escritorio!
_ No puedo aceptarlo, es demasiado_ repitió
_ Es fabuloso_ comentó Flor
_ Podríamos estrenar esta habitación_ sonrió con picardía
_ ¡Mau!, ¡No!... Los chicos están aquí, además tenemos
que hablar sobre el enano_
_ ¿Qué ocurre con él?_
_ No logró que dejé de llorar, tampoco que dejé de tener
miedo al subir a un auto_
Se sentó sobre la cama, junto a ella. Sabía de sobra que
la muerte de Garcés había afectado a los chicos, a todos ellos, sin embargo,
Julián era quien más sufría por lo ocurrido.
_ Ha pasado por mucho, en menos de un año falleció
Mónica, se mudaron al hotel, estuvo a punto de ser llevado a España, estuvo en
un orfanato, lo adoptaste, se reencontró con Garcés, descubrió que tenía un
hermano, su hermano lo abandonó, lo secuestraron y ahora su hermano murió… creo
que es normal que esté afectado_
Flor asintió.
_ ¿Puedo pasar?_ preguntó el señor Palacios detrás de la
puerta
_ Adelante_ respondió
_ ¿Y bien?, ¿Qué opinas?_
_ Es demasiado_ dijo por centésima vez
_ Aún falta una parte, el siguiente fin de semana,
ustedes tienen una reservación en una mis cabañas_
_ ¡Los chicos estarán encantados!_ exclamó Flor
_ Es solo para ustedes dos. Yo cuidaré de los chicos_
Mauricio observó al hombre con asombro, estaba seguro que
esa idea terminaría en desastre.
Leonardo se encontraba solo, al fin solo en medio de esa
locura. Todos estaban vueltos locos conociendo cada rincón de esa suite, pero a
él solo le interesaba pasar un momento libre de peleas, discusiones y
conversaciones absurdas. Se disponía a colocarse sus audífonos cuando escuchó
un sollozo. Se puso de pie y comenzó a buscar al responsable de interrumpir su
único momento de paz.
Debajo de la cama de Sergio, encontró a Julián acostado
llorando.
_ ¿Qué haces aquí?_ cuestionó molesto _ ¿No se supone que
deberías estar en tu casa?_
_ ¡Déjame en paz!_ bufó el niño limpiando sus lágrimas
Por un momento recordó a su hermano menor, unos días
después de la muerte de su padre.
_ Enano, escucha_ comenzó a decir acostándose junto a
Julián _ Sé que es difícil, pero pasará_
_ ¡Era mi única familia!_ exclamó el infante
_ Lo sé… me pasó lo mismo cuando murió mi tío, pero
¿Sabes?... Tienes una familia, una familia enorme que está contigo_ explicó _ Tienes a Fernández, a tu mamá, al
idiota de Arturo, a los mellizos, Paula, Tincho, la enana… a Sara… y hasta a tu
perro_
Julián formó una pequeña sonrisa.
_ Ellos también son tu familia_
Llevaban sus pertenencias en cajas, al parecer la mudanza
era algo inmediato, de hecho estaba fascinada con la idea. Una habitación con
más espacio era todo lo que había anhelado desde su llegada al hotel.
_ ¿Cuándo le dirás lo del modelaje?_ cuestionó Kía
tomando un montón de ropa
_ ¿Sabes lo que haría mi primo si se entera que estoy
trabajando como modelo?_ dijo empacando un cd, era el mismo Leonardo le había
regalado siendo su admirado secreto
Tantos recuerdos… tanto se había enamorado de aquel chico
romántico que temía confesarle sus sentimientos frente a frente.
_ ¡Trabajas como modelo!_ exclamó Tincho saliendo detrás
de la puerta
_ ¿Qué haces ahí, enano?_ preguntó molesta empujando al
niño contra la pared
_ Primero que nada, el enano es Julián, segundo… busco
como financiar mis proyectos personales_ explicó Martín
_ ¿Cuánto me costará tu silencio?_
_ Una cita con ella_ sonrió señalando a Kía
_ Ni lo sueñes, Tincho_ respondió su amiga
_ No diré nada, pero cuando necesite un favor, lo harás
sin preguntar_
_ Bien_ dijo de mala gana
En verdad ese niño se estaba convirtiendo en un mafioso.
Estrella se encontraba a punto de terminar su turno,
guardó su teléfono dentro de su bolsa, y comenzó a avanzar hacia la salida del
hotel. Se detuvo de golpe al ver a Mauricio con Julián en brazos y acompañado
por Florencia.
Lo extrañaba, los extrañaba a todos. Esa familia era lo
mejor que le había pasado y simplemente no podía creer que los hubiera perdido.
Permaneció observando cómo se despedían, soltando un
profundo suspiro.
_ Buenas noches, Estrella_ la saludó Mauricio
_ Buenas noches_ respondió con una sonrisa
_ Si espera a su novio, puede esperarlo afuera_
_ Ya no es mi novio_ confesó
Mauricio la miró asombrado.
_ ¿Por qué?... Digo, es un idiota, pero se veían felices_
_ Porque sigo enamorada de usted_ dijo mirándolo a los
ojos