viernes, 29 de julio de 2016

Capítulo 33: ¿ME QUIERES?

_ Pásame ese cuaderno_ le indicó Florencia señalando a un rincón de su oficina
Julián obedeció. No había ido a clases, esa mañana le fue simplemente imposible levantarse, se sentía agotado y aun cuando ya se había despertado, la sensación de cansancio no desaparecía del todo.
_ ¿Qué significa esto?_ preguntó la jefa de Florencia entrando a la oficina  
_ Disculpe, tuve que traerlo al trabajo_ respondió
_ No me refería a él, sino a esto_ explicó tomando el cuaderno de bocetos de su empleada
En el centro de la hoja se podía ver el dibujo de un niño usando un pantalón de mezclilla con varias bolsas en los costados, una camisa abierta a cuadros y debajo una playera verde limón con un diseño con colores naranjas y amarillos a juego con la camisa.
_ Es solo un dibujo. Le tendré los diseños de la próxima campaña esta tarde_ se apresuró a contestar
_ ¡Esa playera está padrísima!_ exclamó Julián observando el dibujo de Flor
_ Planeamos sacar nuestra primera línea infantil en primavera, quizá usted pueda estar al frente del proyecto_ comentó la elegante señora _ Y tú serías un excelente modelo_ añadió dirigiéndose al niño
_Sería todo un placer. De hecho, creo que podría conseguir a otros modelos_ sonrió emocionada

La clase de español finalmente llegó a su fin, anunciando el inicio del recreo. Ezequiel se acercó al lugar de su mejor amiga, a pesar de las advertencias de su hermano, había decidido que lo mejor sería averiguar exactamente qué era lo que le pasaba con Emi.
_ Tengo una propuesta para ti, nenita_ dijo Matías justo cuando él llegaba al lado de Emilia
_ ¿Qué quieres ahora?, ¿Acaso no te cansas de que te humille?_ respondió ella
¿Cómo podía ser tan perfecta?, Linda, ruda, valiente y decidida. Eso era lo que más le gustaba de ella, no necesitaba de nadie que la salvará, solo un compañero para librar sus batallas. Él quería ser ese compañero. De modo que se acercó más a ella.
_ Ella puede vencerte en cualquier cosa_ añadió orgulloso de poder estar junto a una mujer como ella
_ Hoy es la primera evaluación en carpintería. Apostemos a ver quien obtiene una mejor nota_ comentó Matías haciendo caso omiso a las palabras de Ezequiel
_ ¿Qué apostaremos?_ preguntó la chica con curiosidad
_ Lo que queramos, ¿Aceptas?_
_ ¡Acepto!_ exclamó Emi
Estaba segura que ganaría, había hecho un trabajo magnifico, era imposible que Matías la superara.

En el salón de segundo año los niños preparaban una sorpresa para el día siguiente, sería el día familiar en la escuela y todos querían sorprender a sus padres. Lucía pintaba un dibujo de su peculiar familia, incluyendo en él a Julián, Estrella y por supuesto también a Mike.
_ ¿Qué te parece?_ preguntó mostrando su obra maestra a su amigo
_ Es muy bonito_ respondió Benjamín
_ ¿Tus padres vendrán mañana?_
_ Obvio, también tienen que venir con Cande_
_ Me refería a tus papás de verdad_ explicó la niña sorprendida por la respuesta de Benja
_ No les dije. No he hablado con ellos en meses_ dijo con indiferencia _ Soy más feliz así_
Lucy se encogió de hombros. No lograba entender a su amigo. Ella adoraba a Mau y a los chicos, pero si tuviera la oportunidad de volver a ver a sus padres, sin duda alguna la tomaría.

Cada uno de los alumnos puso sobre su mesa el trabajo que habían realizado para la primera evaluación del año. Se veían desde tablas de picar, un bat de baseball, pequeños especieros, hasta percheros y sillas con elaborados diseños. El profesor pasó a cada uno de los lugares examinando el trabajo de los adolescentes.
_ ¿Lo ven?_ comentó Emi a su hermano y a Ezequiel _ El machito, ni siquiera vino a clase_
_ Muestren sus trabajos_ indicó el maestro
Oscar mostró una base para una lámpara, aun le faltaba el circuito eléctrico, pero el profesor le ayudaría con eso más tarde. Ezequiel por otra parte había logrado hacer una casa para aves. Y Emilia presentó un pequeño cofre con un hermoso acabado en la parte frontal. Una verdadera obra de arte.
_ Creo que ya tenemos la nota más alta de esta evaluación_ comentó el profesor observando satisfecho el trabajo de Emi
_ Perdón por la tardanza profesor_ lo interrumpió Matías entrando al taller _ Fui por mi trabajo_  añadió mostrando una casita para perro pintada, barnizada y con el nombre “Mike” en relieve
El profesor se acercó a examinar el producto de su alumno, el trabajo de la madera era excelente y los detalles magníficos.   Había dicho a su clase que la calificación se otorgaría en base al mejor trabajo presentado. Y lo acababa de encontrar.
_ Matías, tienes 10. Emi, tú tienes 9.5. Pasaré con los demás a darles su calificación a su lugar_ indicó al grupo, acto seguido avanzó hacía la siguiente mesa.
_ Parece que gane, nenita_ sonrió Matías con satisfacción _ Este es tu premio de consolación_ dijo entregando la casita _ Vi que tienes un perro llamado Mike. Es para él_
Emilia lo miro con extrañeza, pero aceptó el regalo. Era bonita después de todo.
_ ¿Qué tendré que pagarte?_ preguntó
_ Una cita. El sábado_ sonrió el muchacho

Florencia terminó de anotar en su libreta las tareas que Julián tendría que hacer para recuperar su día de clases. Decidió hablar con la profesora del niño al terminar las clases para explicar el motivo de su ausencia. Una vez que terminó, salió al patio de la escuela para encontrarse con su hijo adoptivo. Lo vio siendo molestado por otro niño. Seguramente con quién había peleado el día anterior.
_ ¡Adoptado!, ¡Adoptado!... ¡Juliancito el huerfanito fue adoptado!_ canturreaba el niño
_ Déjame en paz, Gustavo_ replicó Julián 
Definitivamente era él. Se acercó veloz a los dos infantes.
_ Te voy a pedir de favor que dejes tranquilo a Julián_ dijo con firmeza _ No creo que a ti te gustaría que otra persona te molestara_
Julián la observó asombrado. Jamás espero que ella lo defendiera.
_ ¿Pasa algo malo?_ preguntó una mujer interrumpiendo la escena
_ ¿Usted es la mamá de Gustavo?_
_ Si, ¿Por qué?_
_ Su hijo ha estado molestando al mío_ hizo una pausa al darse cuenta del peso de sus palabras. Lo había llamado su hijo _ Me gustaría que hablara con él para que no lo haga más_

El auto azul obscuro arrancó con los tres hombres en su interior. Una noche de amigos, de charlas, de consejos, de compañerismo masculino. Una noche para ellos.
_ Es momento de relajarnos_ comentó Franco dando la vuelta en la siguiente esquina
_ Solo le llamaré una vez más a Clarisa_ dijo Guillermo sacando el móvil
_ ¡Relájate!, No nacerán esta noche_ lo tranquilizó
_ Solo espero que los chicos estén bien_ añadió Mau
_ Son un par de preocupones. Esta noche es nuestra_ concluyó Franco pisando el acelerador

Apagó la luz y se dispuso a cerrar la puerta de la habitación. Ese había sido un largo día, era momento de descansar.
_ ¡No la cierres!_ exclamó el niño con preocupación _ Si la cierras aparecerán los monstruos_
_ ¿Quién te dijo eso?_ preguntó volviendo a encender la luz
_ No lo recuerdo, pero me dijeron que los monstruos aparecen cuando cierras la puerta y apagas la luz_
_ Por eso te asustaste tanto en el sótano_ infirió mientras se sentaba en la orilla de la cama del pequeño _ No te preocupes, aquí no hay monstruos_ lo tranquilizó acariciando su cabello
_ Flor, ¿Me quieres?_ preguntó Julián
_ ¿Qué?_
_ ¿Me quieres? Yo antes pensaba que me odiabas, pero ahora actúas diferente… me cuidas y me defiendes… entonces, ¿Me quieres?_
En ese momento le pareció tan tierno que no pudo hacer nada más que plantarle un beso en la frente.
_ Duérmete, enano_ se despidió y salió de la habitación apagando la luz nuevamente, pero sin cerrar la puerta.
Interesante pregunta la del niño, pero más sorprendente aun le pareció el hecho de saber responderla, ¿Lo quería?




Este es uno de mis capítulos favoritos, uno de los más tiernos, Ustedes, ¿Qué opinan?

martes, 26 de julio de 2016

Capítulo 32: CONFRONTACIONES

El señor Palacios sorprendentemente aceptó y no solo pago la escuela preparatoria de aquel joven, sino que también patrocinó su carrera universitaria y ahora le ofrecía un empleo como gerente de una de sus sucursales. Le había ofrecido la gerencia del Royal.
_ ¿Eso significa que van a despedir a Mau?_ preguntó Martín con preocupación
_ No creo que lo despidan_ respondió Guillermo _ Pero si que lo trasladen a otra sucursal_
_ ¿Qué pasaría entonces con nosotros?_ insistió el niño
_ No lo sé. Mau es su tutor, supongo que se irían con él_
Era tranquilizador saber que seguirían junto a Mauricio, pero la idea de alejarse del Royal, y más aún de sus amigos, no era precisamente agradable.
_ ¡Tenemos que hacer algo para impedirlo!_ exclamó Nadia _ Ustedes no pueden irse_
Martín y Guillermo asintieron, no estaban dispuestos a permitir que Rodrigo De la Cruz tomara el mando del hotel.

El camino a casa había sido en extremo silencioso, no fue hasta que llegaron al edificio y Florencia llamó al ascensor, que el niño se atrevió a hablar por primera vez desde la llegada de su madre adoptiva a la escuela.
_ ¿Vas a encerrarme en el sótano?_ preguntó preocupado al ver que las puertas del elevador se abrían frente a ellos
Florencia soltó una pequeña risita mientras le indicaba que entrara. Una vez que las puertas se cerraron, bajó hasta estar a la altura del niño y coloco sus manos sobre los pequeños hombros del infante.
_ Prometí que no lo volvería a hacer y yo cumplo con mis promesas_ lo tranquilizó
_ ¿Me castigaras?_ insistió al tiempo que bajaba la mirada
_ No_ respondió Florencia levantando la barbilla del niño para ver sus ojos claros _ Pero tú y yo vamos a platicar muy seriamente. Dime, ¿Qué pasó exactamente en la escuela?_
El elevador se detuvo y las puertas abrieron nuevamente. Ellos bajaron y avanzaron unos pasos por el pasillo.
_ Gustavo me estaba molestando, pero no le hice caso. Después intentó arrebatarme mi medallita, me enoje mucho porque casi me la quita, así que le pegue y él me pegó también_ explicó mientras entraban al departamento
_ La próxima vez que alguien te moleste, quiero que me cuentes a mí o tu profesora. Nosotras lo solucionaremos y bajo ninguna circunstancia vuelvas apegarle a unos de tus compañeros, ¿De acuerdo?_
Julián asintió.
_ Bien, ahora ve a lavarte las manos para comer_ concluyó Florencia

Vio al chico atravesar el lobby a toda prisa, se veía furioso. Llevaba los puños cerrados y una expresión de enojo en el rostro. Sin dudarlo ella salió a su encuentro, plantándose frente a él.
_ ¿Podemos hablar?_
_ ¿Sobre qué?_ respondió el quinceañero con voz cortante
_ Mau me contó lo que te pasó en la escuela. Arturo, nos tienes preocupados_ dijo Estrella acercándose un poco más a él
_ No tienes por qué preocuparte_ comentó el chico enojado
_ Solo queremos ayudarte_
_ ¡Tú no eres nadie para meterte en mi vida!, Que seas la nueva novia de Fernández no te da ningún derecho sobre mí, así que déjame en paz_ concluyó Arturo esquivándola para salir
Era la primera vez que alguno de los chicos le hablaba de esa manera. Recordó como era el adolescente antes de ser enviado a la escuela militar, en ese entonces jamás le habría hablado de esa forma. Sin duda alguna Arturo había sufrido un cambio durante el verano, uno mucho más profundo de lo que pensaban.

Franco se acercó a sus dos amigos, estaban charlando en la entrada del restaurante. Desde el inicio del verano había convivido muy poco con ellos, en gran parte porque cada uno tenía sus propias preocupaciones, pero era momento de relajarse.
_ Salgamos mañana_ anunció Franco interrumpiendo la plática de Mauricio y Guillermo    
_ ¿Te has vuelto loco?_ exclamó Guillermo _ ¡Mi esposa podría dar a luz en cualquier momento!_
_ ¡Vamos, falta un mes para que nazcan tus hijos!_ insistió el sub gerente _ ¿Tu que dices, Mau?_
_ Necesito ver si Estrella puede cuidar a los chicos, además las cosas están tensas en casa. Tuve otra discusión con Arturo_
_ Es por eso que necesitamos relajarnos. Mañana por la noche podríamos salir, relajarnos, divertirnos…
Mauricio y Guillermo se miraron mutuamente, era extraño que Franco les hiciera una invitación de ese tipo, después de todo, él era mucho mayor que ellos.
_ Te confirmamos mañana_ respondieron a la par

Sara abrió lentamente la puerta del cuarto de los varones, esperaba encontrarlo solo y así fue. Su mejor amigo se encontraba recostado sobre su cama, observando el techo. El cabello de Arturo había crecido y las cicatrices empezaban a difuminarse, sin embargo temía que fueran mucho más profundas de lo que todos podían ver, temía que le hubieran llegado al alma.
_ ¿Estás bien?_ preguntó Sara
_ De maravilla_ respondió sarcástico
_ ¿Por qué has estado actuando de esa forma?_ insistió Sara acercándose a él
_ ¿Por qué no dejan de molestarme?, ¿Acaso Fernández les pidió a todos que me interrogaran?_
_ Vine a verte porque soy tu amiga_
_ No lo pareces, siempre estás del lado de tu primito_
Eso era todo. Sara estaba harta de la actitud de su amigo, lo tomó por la solapa de sus sudadera, jalándolo para obligarlo a verla de frente. El chico seguía sobre su litera y ella permanecía de pie junto a la escalera que conducía a esta.
_ ¡Me tienes cansada con tu actitud!, ¡Vine a verte porque me importas y no sé qué rayos te ocurre!_ exclamó furiosa
_ Entonces solo déjame en paz_ respondió el quinceañero zafándose del agarre de Sara _ No necesito que nadie se meta en mi vida_ concluyó para después bajar de un salto de su cama y salir del cuarto dando un portazo.
No había duda, ese chico era otro completamente distinto al que había dejado el hotel en el verano. Porque este nuevo muchacho tenía el alma herida y no estaba dispuesto a dejar que nadie más entrará en ella por miedo a que lo lastimaran nuevamente.  

Era una completa locura lo que estaba a punto de hacer. Nunca antes había tenido la necesidad de pedir un consejo de esa clase, ni a su hermano ni a nadie, pero las circunstancias lo ameritaban. La idea estaba volviéndolo loco. Entró al cuarto de Leonardo con la acostumbrada despreocupación, su hermano mayor tenía la mirada clavada en un libro de algebra. Desde el inicio del semestre pasaba casi todas las tarde estudiando.
_ ¿Puedo hacerte una pregunta?_ dijo con voz nerviosa
Leo bajo su libro, se recargo en el respaldo de su silla y miro con curiosidad la expresión seria de su hermano.
_ ¿Qué ocurre?_ preguntó curioso
_Ammm… ¿Por qué te gusta Sara?_
Interesante pregunta, pero sin sentido alguno en ese momento.
_ Es muy bella_ respondió confundido
_ ¿Solo por eso?... Veras… hay una chica que me gusta, pero no porque sea bella, sino porque es maravillosa… Me gusta su forma de ser_ explicó Ezequiel un poco apenado
Leonardo se levantó de su asiento de un salto y volteo a ver a su hermano menor con exagerada seriedad
_ Debes alejarte de ella_
_ ¿Por qué?_
Ezequiel estaba más confundido que nunca.
_ Cuando te gusta una chica de ese modo, es porque te has enamorado y esa es la perdición de todo hombre_ respondió Leo
_ ¿Acaso no estás enamorado de Sara?_ cuestionó el menor de los Lagos completamente confundido
_ No exactamente, ella me gusta, pero no estoy enamorado_ dijo sin estar del todo seguro de lo que decía _ Cualquier mujer capaz de enamorar a un hombre es peligrosa_
_ ¡Leo, Eze, vengan a cenar!_ los interrumpió la voz de Esmeralda desde el comedor
_ Escucha mis palabras, hermanito_ comentó Leo antes de salir corriendo tras los deliciosos platillos de la novia de su tío.
Ezequiel permaneció de pie, inmóvil, intentando procesar las palabras de su hermano. Había sido una pésima idea pedirle ayuda.

A la mañana siguiente el niño recorría la pequeña oficina, tenía las paredes de cristal y podía ver otras pequeñas oficinas donde mujeres con elegantes atuendos se recargaban sobre sus escritorios. Ese era un mundo completamente diferente. Las mujeres vestían con colores vivos, se maquillaban y hacían exóticos peinados que las hacían lucir tan bellas como extrañas y los varones usaban trajes de colores o pantalones ajustados con camisas a rayas y corbatas coloridas, todos parecían poner especial cuidado en su cabello y sus zapatos.
_ Pásame ese cuaderno_ le indicó Florencia señalando a un rincón de su oficina
Julián obedeció. No había ido a clases, esa mañana le fue simplemente imposible levantarse, se sentía agotado y aun cuando ya se había despertado, la sensación de cansancio no desaparecía del todo.
_ ¿Qué significa esto?_ preguntó la jefa de Florencia entrando a la oficina