domingo, 3 de julio de 2016

Capítulo 26: DETECTIVES

_ Bueno… Debo irme_ dijo Ezequiel escapando a la incomodidad del momento _ Te veré mañana_
Emi se despidió de él con una especie de saludo secreto con las manos.
_ Voy por un suéter_ anunció Oscar entrando a su cuarto.
Matías soltó un bufido de fastidio.
_ ¿Acaso no ye divertiste, machito?_ preguntó Emi altanera
_ ¡No!, ¡Porque yo quería un velada solo para los dos!_
La chica quedó en blanco ante aquella respuesta, tuvo el impulso de preguntar qué significaba realmente eso, pero en el momento justo en que iba a hacerlo, Oscar y Amanda volvieron a la sala de estar. Entonces los Santillán y su hermano se marcharon, dejándola con esa duda.

_ ¿Qué hace viviendo en el hotel?_ dijo Mauricio casi en tono de reclamo
_ Tú también te mudaste al hotel cuando estabas aprendiendo_ comentó Guillermo a su mejor amigo
_Si y después de eso, me quedé como gerente. ¡Seguramente el señor Palacios quiere reemplazarme con ese… ese… con Rodrigo!_
_ Me parece que alguien está celoso_
Mauricio lo fulminó con la mirada. Claro que estaba celoso, ese muchachillo era más joven que él, se llevaba bien con el señor Palacios y ¡Ahora vivía en su antigua suite! Dormiría en su cama, comería en su mesa, observaría el paisaje por su ventana… pero, ¿Se quedaría con su hotel?

Si bien para Mauricio la mudanza de Rodrigo al hotel era la mayor de las desgracias, para Martín resultaba el mejor de los regalos. No confiaba en ese hombre, por lo que tener acceso a su habitación significaba la oportunidad de averiguar que ocultaba. Esa misma tarde pidió a Nadia que lo acompañara a investigar el lugar.
_ Esto de jugar a los detectives puede ser peligroso si nos encuentran_ comentó Nadia
_ ¡No estamos jugando!_ exclamo el niño enojado _ Quiero saber que oculta ese_
_ Una sonrisa hermosa_ respondió Nadia en un suspiro
¡Tenía que ser!, ¡Nadia también había caído en los encantos del enemigo! Puso los ojos en blanco y continuó con su búsqueda. Era extraño pero ya era un experto en investigar las casas de otros. Había aprendido a memorizar y dejar todo tal como lo había encontrado.
_ ¡Encontré algo!_ exclamó Nadia moviendo una pedazo de hoja en el aire
Martín se acercó a su amiga, inspeccionó la evidencia y asintió. Era suficiente por hoy. Ahora debían marcharse lo antes posible.

El lunes llegó, anunciando una nueva semana. Para Arturo era solo el inicio de otra semana de soportar la horrible rutina de la escuela. La peor parte del día era la mañana, tenía que soportar el beso que Fernando y Candela se daban al despedirse en la puerta de su salón, sin duda podría golpear a ese sujeto de nuevo sin sentir el menor resentimiento. Pero ahora sus preocupaciones eran otras, mucho más importantes. Por eso en cuanto la profesora de biología pidió que trabajaran en parejas en el siguiente proyecto, prácticamente se levantó de un salto para buscar a Leonardo.
_ ¿Trabajamos juntos?_ preguntó el quinceañero
Leonardo levantó una ceja, dudoso.
_ Sara insiste en que convivamos_ se excusó Arturo
_ Está bien_ dijo el chico rubio con resignación

Era el momento de asistir a los talleres, todos los chicos de secundaria abandonaron sus aulas de clases y se dirigieron hacia sus salones de optativas. Oscar apresuró el paso para alcanzar a Amanda en el camino hacia repostería. La encontró avanzando por el pasillo junto a dos de sus amigas.
_ ¡Os, me encantó la cena de la otra noche!_ exclamó ella _ ¿Crees que podría ir a visitarte hoy a la tarde?_
_ ¡Seguro que si!_ respondió él con una sonrisa
Las dos amigas de Amanda soltaron una pequeña risita al escuchar su respuesta.
_ Te veo a la tarde_ se despidió la chica dándole un brevísimo beso en la mejilla
Oscar la vio alejarse mientras cotilleaba con sus compañeras, quizá, después de todo se había equivocado y ella, Amanda, si estaba interesada en él.

Emilia miro en todas direcciones, sin poder encontrarlo. ¿Dónde se había metido? ¡Necesitaba hablar con él! Después de la noche en que estuvo en casa, no paraba de pensar en sus últimas palabras: “Yo quería una velada solo para los dos” ¿Qué significaba eso en realidad?
_ ¡Emi, te estoy hablando!_ reprochó Ezequiel enojado
_ Lo siento, ¿Qué decías?_ dijo al salir de su ensimismamiento
_ Te decía que….
Pero no pudo terminar su frase, pues en ese instante Matías entró al aula y Emi corrió a su encuentro, en busca de respuestas.
_ Machito, ¿A qué te referías la otra noche cuando dijiste que querías una velada solo para los dos?_ lo enfrentó de lleno
_ Tranquila, nena. No te sonrojes, solo quería molestarte a gusto_ sonrío
Emi notó que en realidad estaba sonrojada y su rubor aumentaba con la sonrisa de aquel arrogante chico.
_ ¿Te está molestando?_ preguntó Ezequiel acercándose a su amiga
_ Yo diría que todo lo contrario_ respondió Matías con una sonrisa llena de satisfacción _ ¿No es así, nena?_
Y con esa última frase, se alejó para tomar su lugar en frente a una maquina lijadora. 

Lucia y benjamín eran inseparables, pasaban casi todas las tardes jugando juntos. El niño era un magnifico inventor de juegos, siempre ideaba la forma de convertir su cama en un barco pirata o su cuarto en un universo lejano. Esa tarde en especial jugaban a ser exploradores en medio de una selva, cuando su alegre juego se vio interrumpido.
_ Chicos, vamos a ver una película, ¿Podrían ir al cuarto a jugar?_ les pidió Candela
Benjamín analizó al acompañante de su hermana postiza. El tal Fernando no le agradaba, en especial por la forma en que rodeaba a Cande con los brazos.
_ Veremos la película con ustedes_ respondió
_ No es para niños_ dijo Fernando plantándole un beso en la mejilla a su novia
_ Le diré a mamá que ven películas inapropiadas_ sentenció cruzándose de brazos
_ Ella no es tu mamá, enano_ atacó Fernando arrogante
_ Ellos verán la película con nosotros_ dijo Candela volteando enojada a ver a su novio
_ Vámonos, Lu_ concluyó el niño entrando a su cuarto _ Que se diviertan_
Lucy siguió a su mejor amigo, quien se dejó caer sobre la cama. Estaba enfadado y era obvio, sabía de más el motivo: las últimas palabras de Fernando.
_ Lo odio_ refunfuñó enojado
_ Si, apuesto a que si Arturo fuera su novio, todo sería mejor_ rió la niña
_ ¡Eso es!_ exclamó Benja _ ¡Tenemos que hacer que ellos sean novios!_
Y dando un salto de su cama, tomó a su mejor amiga por el brazo y salió llevándola detrás de sí.

La sala de la suite 5 12 era amplia, realmente amplia, con un comedor a un costado y una cocina al fondo. La suite constaba de dos pisos, era prácticamente una casa completa en el último piso del hotel. Arturo sintió como el sudor recorría sus manos. Estaba ahí, bajo el mismo techo en el que habitaba su madre. Podría verla en cualquier momento.
_ Acabemos rápido con esto_ dijo Leonardo colocando los libros sobre la mesa de centro _ Hacemos la tarea y nos vamos. Tengo una cita con Sara_
El quinceañero rodó los ojos, aún no estaba del todo cómodo con la idea de tener al mayor de los Lagos como cuñado.
_ Les traje unos bocadillos para que coman mientras trabajan_
Esmeralda Longoria hiso su aparición, llevaba una bandeja entre las manos. Se quedó perpleja al ver al adolescente que se encontraba sentado en el sillón de su sala. Sin saber si era exactamente la persona que creía.




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