_ ¿Qué haces?_ la cuestionó Nico
_ Voy al cine_ explicó encogiéndose de hombros _ Estoy
harta de que me olviden_
_ Pau… No lo hagas… ¡Sara vendrá pronto!_ dijo su mejor
amigo _ ¡No pienso acompañarte!_ sentenció cruzándose de brazos
_ Bien, entonces vamos nosotros_ comentó tomando la mano
de Max
Llegó corriendo, había tardado más de lo planeado en la
sesión fotográfica, por lo cual Daniel la llevó en su auto hasta la pista de
patinaje. Miro su teléfono una vez más, cuarenta minutos tarde, ¡Paula la
mataría!
En la pista no había nadie, y en las gradas solo logró
ver a Nicolás.
_ ¿Dónde está Pau?_ preguntó acercándose al niño
_ ¡Se fue!_ exclamó Nicolás _ ¿Quién es ese?_ cuestionó
señalando al chico de cabello color chocolate
_ Un amigo_ respondió restándole importancia _ ¿Cómo que
Paula se fue?, ¿A dónde?_
_ Al cine… con Max_ dijo molesto
_ ¿Se fue al cine sola, con un chico?_ exclamó alarmada
_ Si… está harta de que la hagan a un lado_ bufó Nico
Estaba en problemas, en grandes problemas. No podía ir al
hotel y decirle a su primo que Paula se había marchado con un chico al cine,
tampoco podía explicarle porque había llegado tarde por ella.
_ Vamos a buscarla_ indicó tomando al niño del brazo _
Nos dirás a qué cine fueron… Dan, ¿Puedes llevarnos?_
_ Por supuesto_ respondió el muchacho de encantadora
sonrisa
Vio a su hijo, seguía igual: sumido en una profunda
tristeza. Incluso le costaba inspirarse para crear nuevos diseños, ver a Julián
de esa forma le partía el corazón.
_ Señorita Contreras, un caballero la busca_ dijo su
asistente abriendo la puerta de su oficina
Recordó a quien esperaba y se levantó de su silla de
inmediato. Acarició el cabello de su hijo antes de salir y cerró la puerta
apenas estuvo fuera.
_ Hola Flor_ saludó Sergio _ Dime por favor que
encontraste algo para mí_ suplicó
_ Hay un puesto… como intendente_ respondió _ ¿Puedes
limpiar pisos y ventanas de todo el edificio?_
_ No es mi trabajo de ensueño, pero estoy desesperado_
_ Bien. Preséntate el lunes en recursos humanos y
mantente lo más lejos que puedas de mi hijo_ concluyó volviendo a su oficina
Dio un ligero sorbo a su refresco, la película había
resultado divertida y le agradaba pasar un tiempo con Max. El niño resultaba
bastante atractivo, con el cabello negro y su estilo que lo hacía parecer
mayor: usaba chaquetas de cuero y un peinado de chico mayor.
_ ¿Qué diablos haces aquí?_ escuchó la voz molesta de
Sara
Volteó, efectivamente ahí se encontraba Sara con el ceño
fruncido y corriendo en su dirección. Detrás de ella iban Nico y un chico que
no conocía.
_ ¿Qué crees que haces aquí?_ volvió a cuestionar
_ Vine al cine_ respondió con indiferencia
_ ¡Sin permiso y con un chico!_ exclamó la chica
tomándola del brazo
_ No es un chico… ¡Es Max!_ interrumpió Nico
_ ¡Si me olvidan, tengo derecho de hacer lo que quiera!_ dijo
cruzándose de brazos
_ ¡Nos vamos de aquí!_ sentenció Sara llevándola a
rastras _ ¡Y tú deberías irte a tu casa!_ añadió señalando a Max
¡Sara no tenía derecho de hacer eso!, ¡No podía
avergonzarla de esa forma!... No sin recibir una merecida venganza.
No entendía porque motivo Fernández les había pedido que
lo ayudaran, le parecía absurdo buscar una sortija, aún más absurdo le parecía
que lo llevaran a él. Justo él que no tenía el menor interés en lo que
ocurriera dentro de esa suite. Dentro de solo mes y medio cumpliría la mayoría
de edad y entonces se marcharía.
_ Esa me gusta_ comentó Sergio señalando un pequeño
anillo con una piedra color rosa
_ Flor es un poco más.... ¡Ese es perfecto!_ exclamó
Arturo indicando una sortija con una piedra color turquesa
_ ¿Por qué no le pediste ayuda a las chicas?_ cuestionó
molesto
Llevaban dos horas visitando joyerías sin que Fernández
se decidiera por un anillo… ¿Cuánto tiempo más tendría que soportar esa
tortura?
_ Sara y Paula aún no llegaban...
_ Y yo soy una chica_ exclamó Emi cruzándose de brazos
_ No lo pareces_ comentó
_ ¡No la molestes!_ gritaron Ezequiel y Oscar a la par
Era un fastidio estar ahí. Incluso haberse quedado a
cuidar a los más pequeños parecía más interesante que estar ahí.
Revisó el formulario del nuevo huésped, todos sus datos
estaban en orden. Escuchó ruido en el lobby, volteó de inmediato. Sonrió al ver
al grupo de adolescentes entrando al hotel: Leo avanzaba enfadado, seguido de
Arturo y Sergio que conversaban mientras que Ezequiel, Oscar y Emi sonreían al
platicar con su tutor. Mauricio, su jefe. Aún le gustaba, por más que intentaba
negarlo, seguía teniendo fuertes sentimientos hacia el gerente del hotel y
estaba dispuesta a recuperarlo.
Con total fastidio entró a la suite, ese tiempo buscando
sortijas había sido lo más insoportable de toda su vida, peor aún debía volver
a ese horrible lugar en el cual vivía atrapado con ese grupo de huerfanitos.
_ ¿Qué hay para comer?_ preguntó sentándose a la mesa
_ Pastel de carne_ respondió Martín saliendo de la cocina
Rodó los ojos, estaba harto también de esa comida. Se
dispuso a levantarse para lavarse las manos, entonces se encontró con un chico
de cabello color chocolate y prominente musculatura.
_ ¿Quién eres tú?_ cuestionó observando al muchacho
_ Es el novio de Sara_ respondió Paula con una sonrisa
_ ¿Qué?_
¡Sara no podía tener novio!, ¡No su Sara!... ¡Además no
podía tener un novio que fuera más alto y atlético que él!
_ No es mi novio_ intervino Sara
Eso lo relajó ligeramente, sin embargo… ¿Qué hacía
entonces ahí ese sujeto?
_ Dan, te presento al mayor idiota de la historia: este
es Leonardo_ lo presentó su exnovia _ Idiota, este es Daniel_
Daniel. En ese mismo momento supo que ese chico no sería
de su agrado.
Estaba furioso, los contadores habían visitado el hotel
Castillo para evaluarlo como sede de su próximo congreso. Sin embargo,
rechazaron su oferta, y logró escuchar que uno de ellos mencionaba que el Royal
era un sitio más adecuado para su evento. Por suerte aún tenía a Estrella.
_ Tengo que hablar contigo_ dijo Estrella con seriedad
Se encontraban en la entrada del Castillo, donde siempre
se veían para después comer juntos.
_ ¿Qué pasa, amor?_ preguntó intentando besarla, pero
ella lo esquivó
_ Tenemos que terminar_ explicó con la mirada clavada en
el piso
_ ¿Qué?, ¿Por qué?_
_ Rod, esto no está funcionando_ comentó _ Casi no nos
vemos y yo…
_ Sigues enamorada de Fernández, ¿Cierto?_
Estrella guardó silencio y vio los mechones de su rizado
cabello castaño cubrir su rostro.
_ No digas más…
Dio media vuelta y volvió a su lugar de trabajo.
Fernández le había robado todo: su novia, su empleo, su congreso… ¡Debía pagar
por ello!
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