Emi lo observó. Estaba completamente confundida, jamás
había visto a Ezequiel de esa forma, pero ese beso, su primer beso, causo
tantas y tan diversas emociones en su interior que al verlo se descubrió a sí
misma temerosa y tímida.
_ Te quiero, Emi_
En un impulso casi tan inesperado como ese primer beso,
la chica lo rodeo con los brazos por el cuello.
_ Y yo a ti, Eze_
Permanecieron unidos en ese abrazo por unos largos y
hermosos segundos, hasta que ella se separó.
_ Pero no sé si te quiero de esa forma. Estoy confundida_
confesó
_ Toma el tiempo que necesites. Yo siempre estaré para
ti_ respondió el chico de negro cabello, después le dio un beso ligero en la
mejilla y se marchó
Arturo ingreso a la cocina de la suite de los Lagos. Ahí
estaba su mamá, aparentemente cocinando. Luchó por traer a flote algún recuerdo
de ella en su casa, pero fue inútil, no tenía recuerdos suyos.
_ ¿También cocinabas en casa?, No puedo recordarlo_ dijo
tratando de calmar sus nervios
Ella volteó a verlo. Parecía sorprendida.
_ Sal de aquí_ ordenó_ Ya te he dicho que eso es cosa del
pasado_
_ No importa cuánto tiempo pase, sigo siendo tu hijo_
_ ¡Cállate!_ exclamó _ ¿Acaso quieres que Tomás y los
chicos te escuchen?_
_ Quiero que tú me escuches_ respondió _ Tengo muchas
preguntas que hacerte_
_ ¿Si las respondo, dejaras de molestarme?_
Un trato muy tentador. Podría arriesgarse a aceptarlo.
_ Si_
_ Bien. Te veré esta noche en el jardín central del
hotel, frente a la fuente. Solo a ti_
Sonrió enormemente. Era su primer acercamiento a ella.
Quería abrazarla, pero no podía, así que se limitó a agradecerle.
El rubio. El castaño. O el de cabello negro como la
noche. Su primer amor. Su torbellino. O su mejor amigo. Tres chicos. Tres
caminos distintos y un solo corazón tratando de averiguar cuál era el correcto.
Estaba con Enrique, su primer novio, ese chico de cabello dorado que conoció en
los pasillos del hotel, que la enamoró por primera vez. El mismo del que tuvo
que despedirse con tanto dolor antes del verano.
_ No quiero presionarte_ comentó el chico _ Es solo que,
de verdad me gustaría que siguiéramos juntos_ dijo acercándose a ella
Emi dio un paso atrás. No quería otro beso inesperado, en
especial porque aún tenía la sensación de los labios de Ezequiel sobre los
suyos.
_ Una relación a distancia es complicada_ dijo Emi
_ Nos veríamos cada semana y te llamaría diario. Emi,
fuiste mi primera novia y quiero que sigamos juntos_
Ella soltó un suspiro. Tenía que contarle, necesitaba
hacerlo.
_ ¿Hay alguien más?_ preguntó él como si lo intuyera
_ No. Bueno sí. No lo sé. Tal vez_
Enrique cerró los puños. Se detuvo y se sentó en una
banca a la orilla del camino.
_ Sabía que esto podía pasar. Es lo que paso con mi
hermana_ comentó
_ ¿Qué?, ¿Diana está con otro chico?_ exclamó sorprendida
_ Si, Por eso es que no ha respondido las llamadas de
Oscar. Sin embargo, yo sigo enamorado de ti… solo necesito saber si vale la
pena seguir esperándote_
_ No me presiones, yo también siento muchas cosas por ti
aún… solo que me asusta la distancia y ha pasado tanto en tan poco tiempo_
_ Te lo dije, tenemos esta semana… No quisiera perder la
oportunidad de disfrutar estos días a tu lado… así que olvidemos un poco el
tema, lo hablaremos el viernes, ¿Está bien?_
_ Perfecto_ respondió intercambiando una sonrisa con él
La misma sonrisa de complicidad que compartieron el día
en que se conocieron, cuando se hicieron novios, cuando se reconciliaron
después de su primera pelea, cuando subieron juntos en cuatrimoto. Tenían
historia y ese era un punto a su favor.
Paula se despidió de ella en la recepción. Dos veces por
semana la llevaba a sus prácticas, la esperaba pacientemente en las gradas y de
vez en cuando bajaba al hielo con ella para enseñarle un par de trucos. Quizá
sonaba a locura, pero Florencia no le parecía tan mala, de hecho, le agradaba.
Podían hablar de patinaje artístico y admiraba su buen gusto para vestir.
_ No vemos Flor y gracias_ sonrió la niña
_ La próxima vez podríamos ir de compras después de la
práctica_ comentó ella
_ ¡Me encantaría! Le pediré permiso a Mau_
Justo en ese momento apareció Mauricio. Antes de saludar
a su exnovia, la observó con una mirada fría y expectante.
_ Vengo por el enano_ comentó ella
_ ¿Volvió a faltar a clase?_
_ Estaba enfermo_
_ ¿Qué le hiciste?_ preguntó desafiante
Flor se molestó.
_ Solo vine por MI HIJO_ respondió _ Y ya que estás tan
interesado en él, te informo que le estoy organizando una fiesta de cumpleaños,
en 15 días para que no se cruce con el cumple de Pau_
La niña abrió los ojos sorprendida. Ella sabía la fecha
de su cumpleaños.
_ Voy por Julián_ concluyó dando media vuelta
_ Ella es grandiosa_ exclamó Paula
_ No es así_ bufó Mauricio con enojo
La vio llegar, avanzaba con paso firme envuelta en un
hermoso vestido color turquesa. Era una mujer elegante y bella. Debía admitir que no tenía gran parentesco
físico con ella, salvo por el color del cabello: negro azabache y quizá un poco
los ojos.
_ Hola_ saludó Esmeralda _ Vamos al estacionamiento, aquí
no es muy seguro para hablar_ indicó ella
_ En el estacionamiento tampoco_ mencionó en chico _ Mi
amigo Chaim es el ballet parking_ explicó
_ ¿Existe un lugar dónde podamos hablar tranquilos?_
_ Se me ocurre un lugar_ sonrió ligeramente el
adolescente
Emilia lanzó un suspiro bien profundo, la cabeza le daba
mil vueltas. Enrique. Matías. Ezequiel. Las ideas giraban una y otra vez. Tres
chicos con los que había vivido tanto. Pensó en el día en el cual había
conocido a Matías, esa primera pelea. Sonrió al pensar que ella estropeó la
oportunidad del chico con su acompañante aquella tarde. También pensó en su
enfrentamiento en el taller de carpintería, el reto de futbol y la última
apuesta, en verdad se había esforzado para ganar esa cita. Quizá estuviera
enamorándose de él, ¿O no?
Esmeralda observó el paisaje de la ciudad cubriéndose con
el manto nocturno. Dio media vuelta y vio al chico, un adolescente que le
recordaba demasiado a su exesposo. Arturo tenía los mismos rasgos faciales que
su padre, también parecía ser un buen atleta, lo veía reflejado en su
musculatura.
_ Supongo que tienes muchas preguntas_ comentó
_ Muchas. ¿Por qué te fuiste?_ preguntó Arturo con
determinación
_ No era mi mejor momento… cuando me casé con tu padre,
yo era demasiado joven, también cuando naciste… Yo no podía con todo eso_
respondió recargándose en el barandal
_ Y cuando murió papá, ¿Por qué no me buscaste?_ insistió
_ Yo te necesitaba_
_ Me pareció que estarías mejor en custodia del gobierno
que conmigo_
_ ¿MEJOR?, ¡VIVÍ EN LA CALLE POR DOS AÑOS!, Y después de
eso llegué a un hogar donde me obligaban a robar y me molían a golpes si no lo
hacía, ¿CREES QUE ESTUVE MEJOR?_ reprochó el muchacho a gritos _ ¡YO NECESITABA
A MI MAMÁ, NO A UN LOCO QUE ME EXPLOTARA!_
Para ese punto las lágrimas ya amenazaban con salir,
tenía un nudo en la garganta y el impulso de golpear algo estaba presente en su
interior.
_ Yo no podía ser tu madre, como tampoco lo puedo ser
ahora. Lo siento Arturo_ se encogió de hombros _ Debo irme_ concluyó avanzando
hacía el ascensor
Arturo permaneció inmóvil en medio de la azotea del
hotel. Solo. Triste. Confundido. Enojado. Con ganas de arremeter su ira en
contra del primero que se cruzara en su camino y tenía en mente a la persona
indicada para descargar sus frustraciones.
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