martes, 11 de abril de 2017

Capítulo 82: DE PASEO

_ Disculpe señorita, ¿Dónde puedo encontrar a Agustín Garcés? _
_ Él ya no trabaja aquí_ respondió
El hombre agradeció y dio media vuelta.
_ Hablamos mañana_ concluyó y salió detrás del hombre
Lo interceptó justo en la entrada del hotel.
_ ¿Busca a Garcés?, ¿Tiene algo que ver con “los siete de Garcés”?_ 

Reunieron a los chicos en la sala de la suite, habían decidido cambiar su cita romántica por una salida familiar y era momento de informarles.
_ ¿Qué les parece?_ preguntó
_ ¿A dónde iremos?_ cuestionó Oscar
_ Hay unas cabañas no muy lejos de aquí, el señor Palacios es el dueño y autorizó que pasemos el fin de semana ahí_ explicó
_ ¿Se podrían llevar a los Lagos?_ preguntó Arturo
_ ¡No!_ exclamó Sara de inmediato
_ Estaría bueno pasar un fin de semana con mi mamá… vamos, llévense a los Lagos_ suplicó
_ Bien, nos llevamos a Leo y a Eze_ comentó
Sara frunció el ceño y se cruzó de brazos.
_ Empaquen chicos, nos vamos mañana_

Se encontraban frente a frente, sin conocerte tenían algo en común: un mismo enemigo, los chicos de Fernández.
_ ¿Aceptas mi propuesta?_ preguntó
_ Te ayudaré a vengarte de ellos, yo me encargo de que Martín y el resto no vuelvan a estar cerca del tal Fernández, pero a cambio quiero que me traigas al cachorrito_
_ ¿Mike?_
_ ¿Quién?_
_ El perrito de los chicos_
_ No, no… ¡A Julián!... Quiero que me traigas a ese enano y después me encargo del resto_ sonrió
_ Tenemos un trato_ dijo satisfecho

La noche había sido complicada, Julián lloró durante largo rato hasta quedarse dormido, le partía el corazón verlo así, por lo cual esperaba que el paseo lograra levantarle el ánimo a él y al resto. Finalmente llegaron a las cabañas, los chicos bajaron apresurados de la camioneta que Guillermo les había prestado.
_ Esa es nuestra cabaña_ señaló Mau
Los chicos entraron corriendo, ellos por otra parte fueron con más calma.
_ Creo que esta es su habitación_ señaló Sara a uno de los cuartos con una cama matrimonial
_ ¿Van a dormir juntos?_ preguntó Lucia observándolos atenta
_ ¡No!_ exclamó ella _ Podemos acomodarnos_
Notó la expresión de Mauricio al decir esas palabras, parecía sorprendido, pero aparentemente también estaba de acuerdo.

Estaba feliz de tener un fin de semana para estar con su mamá a solas, desde hacía más de una década que no estaba con ella. Quería aprovechar esos días, rescatar un poco de ese tiempo perdido en el cual estuvo lejos de ella.
_ Podemos ir al cine… o comer fuera, o estar en casa, ¿Qué quieres hacer, mamá?_ preguntó indeciso
Estaba tan preocupado de tener un magnifico fin de semana que simplemente no sabía por dónde comenzar.
_ Arturo, tranquilo_ le indicó su madre
_ Perdón, ma… pero es la primera vez que podemos estar solos, hacer algo juntos_ explicó mientras avanzaban por el lobby
Buscaba aclarar las miles de ideas que se le venían a la mente, tantas opciones y todas le parecían demasiado aburridas, o muy tontas, o muy malas para realizar con su madre. Sus pensamientos se detuvieron cuando vio en el lobby del hotel a un fantasma del pasado.
_ César_ susurró

Cuando le propusieron ir de paseo el fin de semana con los chicos no estaba muy convencido, pero al final Arturo lo había convencido con esa idea de que podía recuperar a Sara durante el viaje. Y eso era lo que planeaba, recuperarla.
_ Podemos armar una fogata a la noche_ comentó acercándose a ella
_ Yo estaré en la habitación de la cabaña_ respondió cortante
_ ¿Podemos hablar?_
_ ¡No!, ¡No tengo nada que hablar contigo!_ gritó enojada adentrándose al bosque
Él la siguió.

Le parecía extraño, ver a Arturo, ¿Asustado?... Su hijo, el que había conocido tan valiente, rudo y decidido parecía ahora angustiado por la presencia de un extraño.
_ ¿Quién es él?_ preguntó confundida
_ César, la mano derecha de Garcés… ¿Qué hace aquí?_
_ ¿Garcés es el sujeto que los obligaba a robar?_
_ Si, y César era el que hacía cumplir sus órdenes_ explicó
_ ¿Cómo?_
_ Garcés nos enviaba a robar, si no lo hacíamos, César ejecutaba los castigos, nos golpeaba, nos encerraba… cosas así…
Le costaba creer que su hijo hubiera pasado por esa situación, ¿Dónde había estado ella entonces?
_ ¿Qué hace ese enfermo aquí?_
_ ¿Temes que te haga algo?_
_ No. Claro que no, César no tiene nada en contra mío, Garcés es el que me odiaba… pero este loco no soporta al enano, me preocupa que lo esté buscando o a alguno de los chicos_
Lo observó. Siempre tan protector, era un chico decidido y fuerte, que había tenido que forjarse a la mala… ¿Era ella la indicada para cuidar de él, para mostrarle el camino en la vida?

A pesar de todos sus esfuerzos, parecía que Martín y Julián seguían sumidos en la tristeza. Decidieron acercarse a ellos para ayudarlos un poco. Ella fue con Martín que se encontraba recolectando leños junto a Paula.
_ Pásame ese_ indicó Paula
_ ¡No me digas que hacer!_ gritó enojado
_ Estás insoportable hoy_ se quejó dejándolo solo
Ella aprovechó para acercarse a él.
_ ¿Quieres hablar?_ preguntó acercándose a él
Tenía un semblante triste, decaído, como nunca antes lo había visto. Por lo general Martín era vivaz, enérgico y sarcástico.
El niño negó con la cabeza.
_ Entonces solo me quedaré a hacerte compañía, ¿Está bien?_
Asintió en silencio.
_ Sigo sin creer que muriera_ mencionó el niño con tristeza _ Yo lo esperaba de regreso_
_ ¿Crees que te ayudaría hablarlo con los chicos?_
_ No, aun no quiero contarles. Solo quiero estar solo_
_ Vamos a dar un paseo_ le indicó

Al caer la noche, todo parecía estar en calma. Los chicos dormían tranquilos en las habitaciones, mientras él permanecía dando vueltas por la cabaña. Le costaba conciliar el sueño.
_ ¿Qué haces despierto?_ preguntó ella sentándose a su lado
_ Pienso_ respondió
_ ¡Mamá!_ escucharon el grito de Julián en la habitación



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