martes, 5 de septiembre de 2017

Capítulo 112: PESADILLAS

Capítulo 112: PESADILLAS


_ Vamos, mi suite está junto a la tuya_ dijo el señor Palacios poniéndose de pie también
Avanzaron por el lobby en silencio y entraron al ascensor.
 _ ¿Cómo te rompiste el brazo?_ cuestionó
_ Es una larga historia y un poco complicada_
_ Entiendo_ hizo una pausa _ Tengo entendido que debes una buena suma por el auto que destrozaste, quizá te vendría bien un empleo, ¿Te interesaría?_
Lo observó con intriga, toda la tarde ese hombre había estado detrás suyo, ¿Qué clase de trabajo podría ofrecerle?
_ Te veo un poco dudoso, ¿Te parece si te veo mañana a medio día para platicarlo?_ propuso al tiempo en que abrían las puertas del elevador
_ Si, supongo_ respondió confundido
_ Te veo mañana en mi suite a las 12_ concluyó el hombre

Estaba en un su apartamento, jugando con Julián al tiempo que reían, pero pronto la obscuridad se apoderaba del lugar. De la puerta entraba Agustín, y tomaba al niño por el brazo.
_ Debo llevarlo conmigo a Canadá_ decía su mejor amigo sujetando con fuerza a Julián quien comenzaba a llorar
_ ¡No!_ exclamaba ella intentando tomar la mano de su hijo sin éxito alguno
Agustín se llevaba al pequeño y ella no podía hacer nada para evitarlo.
Despertó agitada, al parecer todo había sido un sueño.
Dejó que sus ojos se adecuaran a la obscuridad de la noche y logró distinguir una silueta en la puerta de su habitación.
_ Mamá_ escuchó la voz de Julián
Sin detenerse a pensarlo, salió de su cama y corrió a abrazar al niño
_ ¿Qué pasa, enano?_ preguntó sin soltarlo. Le alegraba saber que estaba ahí.
_ Tuve una pesadilla_ respondió _ Soñé que tú y Mau se iban lejos y me dejaban_ confesó con la voz quebrada
Lo cargó entre sus brazos, llevándolo a su cama.
_ Sabes que jamás te dejaríamos_ dijo para tranquilizarlo _ ¿Quieres dormir aquí esta noche?_
Julián asintió cubriéndose con las cobijas.
Ella sonrió, esta vez era más para calmar sus propios miedos que los de su hijo que le permitía quedarse con ella.

Despertó de golpe. Desde la partida de su madre, tenía un sueño recurrente, o quizá era un recuerdo. Esmeralda empacando sus pertenencias, mientras su padre suplicaba entre llantos que no se marchara. Ella lo veía y susurraba “Adiós” al tiempo que cerraba su maleta. Después la veía salir de la casa, dejando la puerta cerrada y nunca más volvía.
Salió de su cama, necesitaba despejarse un poco. Cruzó el pasillo y bajó las escaleras hasta la cocina.
_ ¿Qué haces aquí?_ preguntó Ezequiel apenas lo vio entrar
_ No podía dormir, ¿Y ustedes?_ cuestionó mientras abría el refrigerador
_ Tampoco podemos dormir_ respondió Leonardo
_ ¿Podemos jugar el juego que utilizábamos con mi padre cuando no podíamos dormir?_ sugirió Eze
_ Hace años que no jugamos_ comentó el rubio _ Iré a buscarlo_ añadió saliendo de la cocina
_ ¿Todo bien?_ preguntó al menor de los Lagos
_ Si, tuve una pesadilla, pero todo bien_
_ ¿Qué clase de pesadilla?_ dijo curioso
_ Que me enviaban a un orfanato y no volvía a ver ni a Leo ni a Emi… ¿Son malos esos lugares?_
_ Depende, existen algunos buenos… Paula estuvo en un orfanato privado durante el verano y le iba bastante bien… Pero no creo que debas preocuparte por ello. Leo y yo tenemos todo bajo control_ dijo trayendo a su mente la oferta del señor Palacios.

Los gritos y el llanto de los chicos el día en que los alejaron de su lado solían hacerse presentes en sus sueños cuando tenía alguna pesadilla. Después de todo, su mayor temor era perderlos nuevamente.
Se sentó en su cama y trato de volver a la calma.
_ ¡Mau!, ¡Mau!_ escuchó la voz de Martín y salió de inmediato hacía el cuarto de los varones
_ Tincho, despierta_ dijo moviendo suavemente al niño que daba vueltas en su cama
_ ¡Mau!_ exclamó Martín abriendo los ojos
_ ¿Otra vez esa pesadilla?_
_ Algo así_
_ ¡Me despertaste!_ se quejó Oscar _ Pero que suerte que lo hiciste… soñé que Amanda y Ezequiel se besaban frente a mí_
_ ¿Quieren un poco de leche?_ preguntó a sus chicos
Ambos accedieron y salieron de sus respectivas camas.
_ ¿Qué hacen despiertas?_ preguntó Tincho al ver a las chicas salir de su cuarto
_ No podemos dormir, ¿Por qué otra razón estaríamos despiertas a las tres de la mañana, tonto?_ respondió Paula
_ Bueno, si nadie puede dormir… ¿Podemos ver una película?_ propuso Oscar
_ Lu está completamente dormida_ señaló Sara _ Creo que es la única que duerme plácidamente hoy_
_ Vamos a ver la película, solo no despierten a Lu_ dijo a sus chicos
Se acomodó en la sala y agradeció tenerlos en su vida.

Despertó a la mañana siguiente con la cabeza sobre la barra de la cocina, habían estado jugando toda la noche hasta que finalmente el sueño los venció. Miro a su alrededor, una pila de platos sucios sobresalía del fregadero, migajas de galletas sobre la barra y la mesa. Ezequiel dormía en el sillón de la sala, completamente desparramado.
_ ¿Qué hora es?_ se preguntó a sí mismo
Observó su reloj, aquel que alguna vez fue de su padre.
_ ¡Debo irme!, ¡Te veo después!_ le dijo a Ezequiel, pero él no se inmutó ni un poco
Atravesó el pasillo corriendo y tocó al timbre.
No pasó mucho tiempo hasta que el imponente hombre abrió la puerta.
_ Pasa, pasa_ le indicó el señor Palacios
La suite del dueño del hotel era enorme, toda una casa de dos pisos sobre el hotel, llena de cuadros costosos y extravagantes decoraciones.
_ Toma asiento_ le dijo señalando un cómodo sofá color blanco
Él obedeció.
_ Como te dije, quiero proponerte un trabajo_ comentó
_ Si, pero ¿No sé supone que no puede contratar a menores de edad?_ cuestionó
_ No es un trabajo como tal… pero podrás ganar un poco de dinero, sé que lo necesitas_
_ ¿Acaso es un pervertido?... Que sea un chico que vivió en la calle no significa que realice cualquier “trabajo”_
El señor Palacios soltó una carcajada.
_ Veo que tienes bastante calle_ sonrió _ Mira, quiero adoptar un hijo o hija_ comenzó a explicar _ Y quiero que sea uno de tus amigos_
_ ¿Los chicos?, Os, Emi, Pau, Tincho y Lu, ¿Esos chicos?_
_ Si y quiero que tú me ayudes_
_ ¿Cómo?_
_ Hasta donde me explicó Fernández, eres quien mejor los conoce… quiero que me ayudes a conocerlos también, sus gustos, sus aficiones, sus historias… en fin… ¡Todo lo que puedas!_
Dudo por unos segundos.
_ ¿Cuánto me pagará?_

_ Lo suficiente para que pagues ese auto, ¿Aceptas?_

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