sábado, 17 de septiembre de 2016

Capítulo 41: FLASHBACKS

_ Para ti es fácil. Vives enamorada de Mau desde siempre_ dijo ella _ Aun cuando ya no son novios_
Quizá la estaba ayudando, pero no dejaría que Florencia saliera ilesa de esa charla, después de todo, aún la odiaba por haberla separado de su hermano por casi dos meses.
_ En realidad, te entiendo perfectamente y creo que lo mejor es escuchar a tu corazón_ respondió Flor con la mayor tranquilidad.
Y justo en ese momento, las dos encontraron la solución a sus problemas, todo residía en escuchar ese simple y sencillo consejo. 

Chaim entró temeroso al sitio que era suyo, el ático de Kía era su lugar especial, era el sitio que habían compartido, donde las horas se volvían minutos y las pláticas en besos. Donde los “Te amo” eran más especiales y las noches se veían más estrelladas.
_ ¿Qué querías contarme, amor?_ preguntó Kía con curiosidad
El joven príncipe tomó una bocanada de aire, armándose de valor para articular las siguientes palabras.
_ Debo volver a Banjal_ soltó sin más _ Cuando cumpla la mayoría de edad, subiré al trono_ explicó.

Ocho meses atrás.
_ ¡Ya te he dicho que no quiero hacerlo!_ reprochó
_ No está sujeto a discusión_ respondió el rey _ Cuando cumplas los dieciocho, te casarás con Tiana y subirás al trono_ sentenció
_ ¡No pienso tener un matrimonio arreglado!_
_ Es la tradición y cumplirás con ella_ intervino la reina
Chaim soltó un suspiro, aún tenía una última carta. Una última esperanza.
_ Quiero viajar. Permítanme salir del país y al volver tomaré mis responsabilidades con el reino_
_ ¿Incluyendo la boda?_ cuestionó el rey
_ Si, también_

Kía lo observó con detenimiento, ¡Estaba comprometido!, ¡Su novio estaba comprometido con una princesa que lo esperaba en su país!
_ ¿Por qué nunca me lo dijiste?_ exclamó enojada_ Peor aún, ¡Me propusiste matrimonio!_
_ Y no fue en broma. Si tú y yo nos casamos, al volver Banjal no podrán obligarme a desposar a Tiana_ comentó el príncipe _ Kía, cásate conmigo, se mi reina_ pidió poniéndose de rodillas

Florencia terminó de revisar la tarea de su hijo, era notable la mejoría del niño al escribir, cada vez lo hacía mejor y tardaba menos tiempo.
_ Hora de dormir, enano_ indicó observando el reloj
_ ¡Es muy temprano!_ se quejó
_ Oye, tengo algo para ti_ dijo sacando una pulsera fosforescente de su bolsillo _ La compré hoy, me dijeron que con esto ningún monstruo entrara a tu cuarto durante la noche_
_ ¿Aunque la puerta esté cerrada y la luz apagada?_ preguntó el niño con curiosidad
_ Te lo prometo_ respondió colocándole la pulsera en el antebrazo _ Por cierto, ¿Qué soñabas anoche?, Gritabas mucho_
_ Soñé que estaba en un incendio_ empezó a explicar _ Adentro de un coche, yo estaba en el asiento de atrás y enfrente había un señor y una señora. La señora era muy bonita y trataba de sacarme, pero supongo que me confundió con otra persona, porque me decía Valentín_
_ Ve a ponerte la pijama_ le indico
El niño obedeció y salió brincando hacía su recamara. Ella por otra parte permaneció en el sillón, pensativa. ¿Y si no había sido una pesadilla, sino un recuerdo?

Esmeralda paseaba por la suite, mientras que Leonardo y Ezequiel terminaban sus tareas y Tomás Lagos preparaba su siguiente juicio. Esa era su nueva vida, la de una prestigiosa abogada junto a su novio, otro aún más prestigioso abogado y los dos sobrinos de este. Viviendo en un lujoso hotel de cinco estrellas, pero no siempre había sido así.

Trece años atrás.

_ ¡Ya no puedo más!_ exclamó
El bebé empezó a llorar en ese preciso instante. Lloraba tan fuerte que parecía capaz de ensordecer a cualquiera. Era demasiado para ella, un hijo, un hogar y además ser la esposa de un jugador profesional de basquetbol que apenas ganaba lo suficiente para mantenerla, y además lo veía cada vez menos.
_ ¡Esmeralda, espera!_ suplicó José
_ ¡Es todo!_ sentenció ella
Cerró su maleta, después salió de la casa dando un portazo.

_ ¡Esmeralda!_ exclamó Leonardo devolviéndola a la realidad _ ¿Puedes dejarme salir de mi habitación?_
Hasta ese momento se dio cuenta que se encontraba de pie obstruyendo la entrada del cuarto del adolescente.
_ Disculpa, Arturo_ se excusó
_ ¿Arturo?, ¡Soy Leonardo!_
_ Debo ir a dormir, estoy muy cansada_ dijo y se marchó sin más
Leonardo la observó confundido. ¡Definitivamente esa mujer era extraña y tenía algo que ver con su mayor contrincante!

Agustín entró al apartamento, tenía un sinfín de dudasen la cabeza. ¿Por qué la había  besado la noche anterior? En un momento, que no lograba descifrar con claridad, se había empezado a enamorar de ella.
_ ¿Dónde está el enano?_ preguntó
_ Dormido, profundamente dormido con la luz apagada y la puerta cerrada_ sonrió satisfecha
_ ¡Lo lograste!_ exclamó sentándose en el sillón _ Ahora es momento de hablar_
Entonces, de manera tan repentina como el primer beso, llegó un nuevo beso. Florencia estampó sus labios contra los de su amigo de toda la vida. Ella también se había enamorado.

Diez años atrás.

La comisaría de policía era el lugar menos adecuado para que un niño de seis años pasara la noche. Las bancas eran frías y durante toda la  noche entraban y salían personas. Él intentaba dormir pero era inútil, el temblor de su cuerpo se lo impedía por completo.
_ ¿No hay nadie que pueda hacerse responsable por el niño?_ preguntó el comandante

Arturo mantenía los ojos cerrados, fingiendo dormir, aunque solo intentaba escuchar la conversación de aquellos hombres.
_ No. Será enviado a un orfanato_ explicó el trabajador social
_ ¡Es un delincuente, igual que su padre!_
_ No es posible enviarlo a un reformatorio, es demasiado pequeño. Sin embargo, existe un programa experimental para niños de entre 6 y 10 años con problemas de conducta_ explicó _Allí es a donde será enviado entonces_
Fue en ese punto que su vida empezó a empeorar y si tan solo su madre hubiese estado ahí, todo hubiera sido diferente.

Arturo despertó con el dolor de aquel recuerdo, con lágrimas en los ojos y con una certera decisión: tenía que enfrentarla.

Leonardo terminó su tarea justo antes de la hora del desayuno; quizá había exagerado un poco en el número de materias que tomaba ese semestre, pero no importaba, quería nivelarse con los otros chicos de su edad. Dedicó una mirada a la fotografía de sus padres que descansaba en su escritorio y guardo su carpeta al interior de su mochila. Salió al pasillo y se encontró con ella, todo un misterio y debía descubrirlo: ¿Qué relación existía entre Esmeralda y Arturo?


NOTA DE LA AUTORA: Me desaparecí un par de semanas debido a problemas técnicos pero regresé con un mágnifico capítulo 

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