martes, 20 de septiembre de 2016

Capítulo 42: EL SECRETO DE ESMERALDA

Leonardo terminó su tarea justo antes de la hora del desayuno; quizá había exagerado un poco en el número de materias que tomaba ese semestre, pero no importaba, quería nivelarse con los otros chicos de su edad. Dedicó una mirada a la fotografía de sus padres que descansaba en su escritorio y guardo su carpeta al interior de su mochila. Salió al pasillo y se encontró con ella, todo un misterio y debía descubrirlo: ¿Qué relación existía entre Esmeralda y Arturo?

Florencia caminaba al trabajo junto a su amigo de toda la vida, caminaban tomados de la mano con un andar tranquilo. Era extraño para ellos acostumbrarse a esa nueva realidad, una jamás esperada.
_ Contrataré a un investigador privado _ comentó Flor _ Creo que Julián tuvo un recuerdo y quizá pueda servir para encontrar a sus padres_
_ ¿Qué recuerdo?_ cuestionó Agustín con gran interés
_ Un accidente de auto, y que lo llamaban Valentín_
Agustín se detuvo en seco, la hizo girar un poco para verla de frente.
_ Si llegaras a encontrar a sus padres, ¿Dejarías que se lo llevaran?_ ella no respondió _ ¿Soportarías escucharlo decirle “Mamá” a otra persona?_
Flor no respondió, pues no estaba segura de la respuesta.

Emi corrió hacia la salida, era viernes y el olor a libertad impregnaba el aire, sin embargo, para ella también tenía un aroma a ilusión. Había tomado su decisión y era momento de comunicarlo. Lo buscó entre la multitud, cuando finalmente lo encontró, corrió hacía él. Envolviéndolo en un fuerte abrazo.
_ ¡Emi!_ exclamó el chico _Tengo que hablar contigo_ dijo serio
Ella se apartó un poco
_ Es mi último día aquí. Y está claro que si no has tomado una…
_ ¡Quiero ser tu novia!_ dijo ella interrumpiéndolo _ Aun si nos vemos poco, quiero intentarlo_ sonrió

Leo escuchó la puerta de la suite cerrarse, inmediatamente salió de su habitación y corrió para poder seguirla. La vio subir al ascensor, él prefirió bajar a toda velocidad por las escaleras. La encontró en el lobby, iba de salida. Atravesó la recepción, pero no logró llegar al exterior del hotel, pues su novia lo vio y lo detuvo para platicar con él. Le había perdido la pista.

Florencia coloreaba el diseño de un hermoso vestido infantil, que estaba segura se le vería perfecto a Lucía. Esperaba que los chicos pudieran modelar su nueva línea de ropa.
_ ¡Mamá!_
Se puso de pie al escuchar la voz de su hijo y corrió a verlo en su habitación
_ ¿Qué pasa, enano?_ preguntó
_ Se me cayó el diente_ explicó el infante mostrando su diente
_ Bueno, esta noche debes dejar ese diente bajo tu almohada y el ratón te dejará un regalo a cambio_  ella se colocó en cuclillas para estar a la altura del niño y lo abrazó _ Julián, si pudieras, ¿Te gustaría encontrar a tus padres?_
La pregunta lo tomó por sorpresa y su semblante cambio por completo
_ Ellos no me querían_ respondió con tristeza_ El director del orfanato decía que estaba ahí porque ellos me abandonaron_
Ella acaricio el cabello del pequeño, él la abrazó más fuerte, sabía que estaba a punto de llorar.
_ No sabes cuál es la verdadera historia_ lo levantó en brazos _ Te dejaron esa medallita, no creo que te hayan abandonado_ para ese punto ya podía sentir los sollozos del niño _ Si tú quieres, te puedo ayudar a descubrir la verdad_ lo abrazó con aun más fuerza

Emilia y Enrique paseaban juntos por los jardines del hotel, en un par de horas, él se marcharía de regreso a su hogar junto a su familia, pero se mantendrían en contacto, hablarían por teléfono todos los días y se verían cada sábado por la mañana.
_ Kike_ dijo Oscar corriendo a alcanzarlos _ ¿Crees que podrías decirle a Diana que me llame, o darme su nuevo número?_
_ ¿No le dijiste?_ preguntó el chico a su novia
Emi negó con la cabeza
_ Ella tiene novio_ confesó Enrique
Oscar miro a su hermana, ella lo sabía y no se lo había dicho, pero más que nada, veía los recuerdos de su primer beso, esa certeza de volverla a ver, se destrozaba por completo en su interior.

Le daba mil vueltas al asunto en su cabeza, ¿Qué conexión existía entre la novia de su tío y su mayor enemigo? Para ese punto la duda ya era lo suficientemente grande y tenía la necesidad de saberlo. ¿De dónde podían conocerse?, ¿Y si se conocían de la calle?, ¡Peor aún, del reformatorio/cárcel?, ¿Qué tal si Esmeralda era una de esas mujeres que buscaban casarse con hombres ricos para quitarles su fortuna? ¡Era una caza fortunas!
¡Tenía que decirle cuanto antes a su tío!

Mauricio entró al cuarto de los chicos con cautela, estaban los tres ahí. Arturo y Martín se reunían alrededor del adolescente, también Emi estaba ahí, intentando consolar a su hermano.
_ ¡Olvídala de una vez!_ exclamó Arturo _ Las mujeres son así, te ilusionan y después te abandonan_
_ ¡No todas somos así!_ se defendió Emi
_ Pero casi todas, ¡No vale la pena que sufras por ella!_
_ Chicos, ¿Me dejarían a solas con Oscar?_ pidió Mauricio
_ Siempre me echan, ¡No es justo!_ se quejó Martín
_ Es solo un minuto, Tincho_
Los chicos asintieron y empezaron a desfilar hacia la salida del cuarto al mismo tiempo que Estrella ingresaba. Al verla, Emi se plantó frente a ella.
_ ¡Traidora!_ gritó enojada _ Dejaste al tarado de Matías entrar en mi habitación_ reclamó
_ ¿Un chico entró a tu habitación?_ preguntó Mauricio con una mezcla de sorpresa y enfado
_ No diría que es un chico_ respondió Emi
_ Bueno, no importa ahora. Vayan a la sala, tenemos que hablar con Oscar_ indicó
El muchacho se incorporó sobre su cama, tenía lágrimas escurriendo por su rostro. Ella lo había olvidado, solo cuatro meses habían pasado desde su primer beso y ella ya tenía a otro.
_ Os, sé que esto es difícil ahora_ comenzó a decir Mau sentándose junto a él _ Pero te aseguro que pasará pronto y verás que todo tuvo una razón de ser_
_ Sí, porque fui tan tonto como para creer que ella aun pensaba en mí_
_ Habrá más mujeres en tu vida_ intervino Estrella _ Y una de ellas se ganara tu corazón al punto en que quieras estar siempre con ella_ lo rodeó con el brazo _ Esto fue solo tu primera experiencia, ¿Qué hay de la otra chica, con la que saliste a cenar?_
_ ¡No importa!, ¡Diana me cambio!_ chilló
_ Y no sabe el enorme error que cometió. Te aseguro que perdió a un chico grandioso y que tú puedes ganarte el corazón de cualquiera_ lo animó Estrella
Sus palabras no le servían mucho como aliento, pero una cosa era segura: se alegraba de tenerlos cerca en momentos como ese.

A la mañana siguiente, todo parecía indicar que sería un gran día. Apenas eran las diez de la mañana y él ya estaba terminando con todas sus tareas, lo cual le dejaba suficiente tiempo para ver a Sara y para continuar investigando a la misteriosa mujer que vivía en su casa.
Tomó sus cuadernos y los guardó en su mochila, uno a uno, pero se detuvo, pues uno de ellos; de pastas azules; no le pertenecía. Seguramente Fernando lo había olvidado en su casa. Lo abrió para corroborar su teoría, pero se equivocó, la portada tenía otro nombre escrito: José Arturo Méndez Longoria.  ¡Longoria!, ¡LONGORIA!

¡Esa era la clave de todo!, ¡Había descubierto el misterio!

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