miércoles, 22 de marzo de 2017

Capítulo 79: LAS TONTERÍAS DE LEO

_ Leo, ya casi es invierno, me estoy congelando… ¿No podríamos hablar mañana?_
_ No, Sara… Esto es complicado…
_ ¿Vamos a terminar?... Si es así, está bien, solo dilo_
Esas palabras le llegaron como cuchillos al corazón, parecía tan indiferente, tan fría al hablar, que simplemente parecía que no valía la pena luchar.
Olvidó todo lo que tenía para decirle, todas esas palabras sobre el amor y el perdón, las dejó de lado.
_ Si, quiero terminar_ soltó sin siquiera notar lo que estaba diciendo 
_ Bien, terminamos_ concluyó ella dando media vuelta
Quedó paralizado, viendo cómo se alejaba, quería decir algo, detenerla, pero no lo hizo. Solo la miro y cuando estuvo lo suficientemente lejos, se soltó a llorar lleno de tristeza y de ira, acababa de cometer la mayor tontería de su vida.

Bajaron al lobby para volver a casa después de cenar, sin embargo se detuvieron en el lobby sentando al niño justo en medio de ellos. Julián los observaba detenidamente, quizá tratando de averiguar lo que estaba ocurriendo.
_ Enano, sobre tu hermano…
_ No quiero hablar de eso_ lo interrumpió _ Mis papás murieron, nunca los voy a conocer y mi hermano me abandonó… No quiero saber nada más sobre los Garcés_
_ Julián, tu hermano no te abandonó_ dijo Flor
_ Se fue sin despedirse… me abandonó_
_ ¿No quieres saber nada de tu familia?_ insistió ella
El niño vaciló por unos segundos.
_ ¿Cuándo es mi cumpleaños?_
Flor se detuvo a recordar, acarició el cabello del pequeño y finalmente respondió.
_ 25 de diciembre, naciste en navidad_
_ ¿Por qué mi medallita decía “Julian. A” si se supone que me llamo Valentín?_
Flor sonrió.
_ Tu mamá se llamaba Juliana, esa medallita era suya y en la joyería escribieron mal su nombre_
_ ¿Cómo es que llegué al orfanato si mis padres murieron en el incendio?... El director me dijo que me encontraron en la puerta del orfanato_
_ Eso no lo sé, enano. No tengo todas las respuestas_
_ ¿Estás bien?_ preguntó
_ Si, no quiero saber más de ellos. Soy Julián y ustedes son mis papás… aunque es bueno tener un cumpleaños_ sonrió y los abrazó con fuerza
Se alegró de saber que no habían perdido su cariño, pues para él y para Flor, ese niño era su hijo.

Entró a su habitación lleno de rabia, su cobardía o quizá su falta de preparación para esas situaciones lo había hecho perder a la única novia real que había tenido. Estaba enojado consigo mismo. Sara era su apoyo en los momentos difíciles, su isla de paz en medio de la tempestad y acababa de perderla.
Golpeó con todas sus fuerzas la pared y lanzó por los aires los objetos que se encontraban sobre su cómoda.
_ ¿Te volviste loco, riquillo?_ preguntó Arturo entrando a su habitación
_ ¡Fuera de aquí!_ gritó lanzándole un almohadón de su cama
El quinceañero logró esquivar el proyectil y acercarse más a él.
_ ¿Quieres calmarte?, ¡Vas a romper todo!_ exclamó colocándose de frente a él
Era más alto que Arturo, sin duda podía vencerlo si intentaba pelear con él. No quería ver a nadie en ese momento, así que empujó al quinceañero.
_ ¿Qué te pasa?_ cuestionó el chico
No le prestó atención y siguió con su torbellino destructivo arrasando con todo en su habitación, al menos así fue hasta que sintió todo el peso de Arturo tacleándolo sobre su cama.
_ ¿Qué diablos te pasa?_ gritó el quinceañero enfurecido
_ ¡Corté con Sara!_ respondió con el mismo tono al tiempo que empujaba a su oponente para que cayera al suelo
_ ¿Por qué?_ cuestionó Arturo levantándose del piso
Hasta ese momento fue consciente de que había tirado al chico que tenía el brazo lastimado, pero no le dio importancia.
_ Porque soy un idiota_ respondió intentando contener las lagrimas
_ Concuerdo con eso, pero ¿Por qué terminaste con ella?_
Quiso golpearlo, pero sabía que tenía razón. Era un idiota y un cobarde.

Era media noche, desde el regreso de los chicos tenía esa costumbre de levantarse a esa hora para ver cómo estaban. Quizá se estaba volviendo sobreprotector con ellos, o quizá solo le gustaba verlos dormir y pensar que podían llegar a ser tranquilos.
Abrió la puerta de su cuarto y se detuvo en el umbral, en la sala se encontraba Martín, sentado en el sillón con la mirada clavada en la ventana.
Se acercó en silencio, se sentó a su lado y lo abrazó con fuerza. El niño correspondió el abrazo, sujetándolo con fuerza, como aquella vez en que lo había ayudado a superar sus pesadillas.
_ No puedo creer que no lo veré nunca más_ sollozó sujetándolo con fuerza _ Siempre creí que volvería por mí_
Lo abrazó con más fuerza, se sentía devastado por verlo así.

Durante las últimas semanas acostumbraban llevar a Sara con ellos, pero ahora sentía brutalmente su ausencia al dirigirse a la escuela. Se preguntó si Chaim se sentiría de esa forma al ver a Kía, aun cuando sabía que sus situaciones eran distintas. Kía era quien había dejado a Chaim y por un motivo justificable, mientras que él, había dejado a Sara por mera cobardía.
_ Habla con ella_ le dijo Arturo cuando bajaron del auto
_ ¿Y qué le digo?_
_ La verdad: que eres un idiota_
Quería golpearlo, hacer que se tragara sus palabras, pero tenía toda la razón. ¿Tanto le costaba enfrentar una discusión que había preferido dejar a su primera novia formal?
Era momento de dejar de actuar como siempre lo hacía, de hacer las cosas diferentes, porque simple y sencillamente, Sara era una chica diferente.

Leo no era el único con asuntos pendientes por resolver: él también tenía que aclarar un tema con Candela. Le parecía tan absurdo encontrarse atrapado en medio de ese triángulo amoroso, siendo que la única persona que le interesaba era Kía.
_ ¿Puedo hablar contigo?_ preguntó acercándose a Candela
Ella asintió observándolo atentamente
Fueron a uno de los bancos de la escuela para poder platicar más tranquilos.
_ Cande… Hay algo que quiero preguntarte_ comenzó a decir _ Escuché que yo… bueno… que yo te gusto… ¿Es cierto?_
Ella se ruborizo y bajo la mirada.
_ Necesito saberlo, Cande, ¿Yo te gusto?_ insistió
_ Si_ respondió ella en voz baja _ Desde que llegaste al hotel_ confesó
Lanzó un suspiro.
_ Cande_ tomo su mano _ Yo te quiero, te adoro, pero no te veo de esa forma… tú eres mi amiga, nada más_ explicó
La vio bajar la mirada nuevamente.
_ Perdón que lo diga así, Cande, pero la única chica que me interesa es Kía… y quiero dejarlo muy claro… Tú eres mi amiga y espero podamos seguir así_

Esos días parecían marchar bastante bien para él, estaba iniciando una relación con la mujer más bella del hotel, además esa mañana había recibido una llamada del señor Palacios que lo alegró bastante. Se acercó a Estrella y le plantó un beso.
_ Perdón por interrumpirlos, pero necesito hablar contigo_ dijo Fernández tocando su hombro
_ Ya vuelvo_ comentó a Estrella para después seguir al gerente
Entraron juntos a la oficina y tomaron asiento.
_ Rodrigo, no sé cómo decirte esto, así que simplemente seré directo: estás despedido_ decretó
_ ¿QUÉ?_



NOTA: Estos días no he escrito tanto como me gustaría, tengo demasiadas ocupaciones y vivo a prisa, pero procuro no abandonar esta historia y estoy trabajando en los capítulos finales. Con el propósito de tenerlos listos (y muy bien hechos) haré otro corte en la historia, en el capítulo 85 y volveré con los últimos capítulos en Mayo. 

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