_ Ve a arreglarte Méndez, tienes visita_ le indicó
Se preguntó quién podría ir a visitarlo justo ahí, la
única persona que vino a su mente fue Candela y se llenó de emoción al pensar
que volvería a verla. Se bañó y se arregló lo mejor que pudo, tratando de
esconder las marcas de las pelas más recientes, fue al cuarto destinado a
visitas de externos, al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa.
_ Hola Arturo_ saludo el gerente del hotel
_ ¿Qué haces aquí?_ preguntó enojado _ ¿Volviste de la
luna de miel y vienes a decirme lo felices que son tú y Flor?_
_ Termine con ella el mismo día que se los llevaron_
_ No me importan tus problemas Fernández, ¡Ahora vete!,
¡No quiero verte nunca más!_ gritó mientras daba media vuelta para salir
Mauricio lo frenó deteniéndolo del brazo, entonces pudo
verlo detenidamente, estaba tan cambiado, no solo por el corte de cabello; en
el hotel lo tenía largo y revuelto, ahora era corto en extremo; sino que tenía
el contorno del ojo izquierdo en un tono verdoso, la mejilla derecha amoratada,
una cicatriz en el labio y una cortada junto a la oreja. Se veía mayor de lo
que en realidad era, y sus ojos aun reflejaban el odio y el dolor.
_ Fue todo una trampa_ explicó _ Estoy aquí porque vine a
llevarte de regreso al hotel_
_ ¿Para qué?, ¿Cuándo te canses de nosotros harás lo
mismo otra vez?_
_ ¡Escucha Arturo!, ¡Yo no quise nunca que estuvieras en
este lugar!, vengo por ti, porque me interesas, porque eres mi hermanito_
intentó abrazarlo
_ ¡Tú no eres nada mío!... ni siquiera mi tutor_
_ Lo soy nuevamente, tarde mes y medio, pero al fin
recupere su custodia_ dijo _ Vamos al hotel, te prometo que todo será como
antes, incluso mejor_
Arturo no tenía nada que empacar, había llegado sin nada,
solo su ropa y el reloj de su padre, dobló el uniforme y lo dejó sobre su cama,
seguramente en un par de semanas le pertenecerían a alguien más.
_ Creo que Lozada estará feliz de que te vayas,
significabas un riesgo para su liderazgo_ comentó Sergio
_ No me parece justo irme y dejarte aquí_ dijo el
quinceañero
_ ¡Vamos, estaré bien!, si yo estuviera en tu lugar me
iba sin pensarlo, aunque tú te quedaras_ respondió _ Además, mis viejos vendrán
por mí a fin de año, sino yo me escapo_
Arturo sonrió, estaba a un paso de recuperar su libertad,
abrazó a su amigo y le prometió pagarle por todo la ayuda que le había dado en
ese tiempo. Después se marchó, dejando atrás una breve pero difícil etapa en su
vida.
Vio la pantalla del ascensor dejar atrás el número dos,
sin entender lo que ocurría, ¿Por qué habían subido hasta el tercer piso?
Mauricio salió al pasillo, indicándole que lo siguiera, entonces se detuvo
frente a las suite 3 05 y sacó su tarjeta de acceso. Abrió la puerta, dejando
ver una amplia sala-comedor, con una mesa suficientemente grande para diez
personas, era de las suites triples, de esas que solo se alquilaban cuando
alguna familia realmente numerosa pasaba la noche en el hotel o alguna
excursión escolar decidía ocuparla.
Entró cauteloso y observó las tres entradas a las recamaras, de una de
ellas salió Sara, quien corrió a su encuentro, abrazándolo con fuerza.
_ No tienes idea de cuánto te extrañe_ le dijo
_ Yo también te extrañe un montón, necesitare tus
consejos de maquillaje para ocultar algunas cicatrices_
La chica se apartó un poco para observar el rostro de su
mejor amigo, sin duda tenia marcas, pero no solo en la cara, sino también en
los brazos. Parecía haber salido de una prisión.
_ ¿Dónde estuviste tú?_
_ En un colegio militar, ¿Y tú?_
_ En una casa hogar para señoritas, ese lugar era un fastidio_
_ ¿Dónde están los otros?, ¡Quiero saludarlos!_
_ Ellos no están aquí_ respondió Mauricio _ Tú y Sara son
los primeros en regresar, mañana iré por Paula y si tengo suerte podré ir
también por Tincho_ explicó _ Ve a tu cuarto y elige tu cama, este es nuestro
nuevo hogar_
Un par de horas más tarde Arturo se reunió con su mejor
amiga para platicar en el lobby del hotel, había tantas cosas que no entendía,
pero no quería preguntárselo a Mauricio, sentía que ya no podría volver a
confiar en él, necesitaba respuestas de la única persona en quien aún tenía fe.
_ Mucho ha cambiado desde que nos fuimos, pero no vale la
pena apresurarnos, ya lo averiguaras_ dijo Sara
_ ¿Hace cuánto que volviste?_
_ Casi dos semanas, fue más fácil conmigo porque somos
parientes_ explicó _ Mau quería que tu fueras el primero en volver, dice que lo
odias_
_ Y no se equivoca, ¡Nos traiciono!_
_ No fue así, Flor planeo todo. Cuando Mau se enteró
terminó con ella_
_ No sé si creer eso… ¿Sigues con el tarado de Leonardo?_
_ ¡Claro!, ¡Y no es ningún tarado!_
Paula terminó su rutina tan prolija como siempre, después
de todo, el patinaje artístico era lo único que le habían permitido conservar.
No podía quejarse del orfanato en el que estaba, la trataban bien, la dejaban
asistir a sus ensayos y sus compañeras eran cordiales con ella, sin embargo, extrañaba
a los chicos, a Mauricio y su vida en el hotel. Se quitó los patines y volvió a
mirar hacia las gradas, solo para asegurarse de que él seguía ahí, pero ya no
estaba, se había marchado, ¿o solo lo había imaginado?
_ Es hora de irnos_ escuchó su voz justo a su lado
Sorprendida alzó la mirada, él estaba ahí, Mauricio
estaba justo a su lado tendiéndole la mano para que se pusiera de pie, así lo
hizo y lo abrazó con tanta fuerza que sintió que lo lastimaría, pero estaba
feliz de verlo de nuevo.
_ Sabía que vendrías_ dijo sin soltarlo
_ Pau, yo sé que tú piensas que yo…
_ Sé que fue Flor_ lo interrumpió _ La directora del
orfanato me dijo que la señora que realizo mi traslado pidió que me dejaran
seguir con mis lecciones_ explicó _ Solo dime que viniste para llevarme de
regreso al hotel con los chicos_
_ Así es, mi pequeña respondona_ dijo Mauricio abrazándola
nuevamente
Mauricio tuvo que viajar dos horas después de dejar a
Paula en el hotel para llegar a su siguiente destino, una casa hogar para
niños. Habló con el director, quien le pidió que esperara en su oficina,
pasaron cerca de quince minutos hasta que volviera, llevando al niño bañado en
lodo junto con un compañero. Apenas lo vio, Martín corrió a abrazarlo, sin impórtale
que pudiera llegar a ensuciarlo.
_ Lléveselo lo antes posible, es un mal ejemplo para
nuestros internos_ comentó el director _ Ni con nuestro más efectivos métodos
hemos logrado corregirlo_
_ Pues no soy perro para entender a golpes_ rezongó
Martín
Mauricio observó al director claramente enfadado, le
hervía la sangre solo de pensar que alguien les hubiera hecho daño a los chicos
en ese lapso lejos de él.
_ Vamos al hotel, ¿Cierto?_ preguntó el niño _ Yo sabía
que no dejarías a la bruja salirse con la suya_
_ Si Tincho y ya aprendí a jamás dudar de ti_ respondió
Mauricio _ Ahora, si todo está en orden, me llevaré a Martín_ anunció al
director, este no pudo poner ninguna objeción y dejó que se marchara con lo que
el catalogaba como “el peor de los internos en años”
Ezequiel esperaba impaciente en el lobby, había escuchado
que Mauricio iría por el resto de los chicos y la emoción lo estaba
consumiendo. Todo el verano había esperado ese momento, tanto así que a pesar
de tener la oportunidad de convivir; y tal vez conquistar; a Diana, la había
ignorado por completo, pensando en el momento que se reencontrara con Emilia. Cuando
el gerente entró acompañado por Tincho se sintió desilusionado, pero igual le
dio la bienvenida al niño. Ahí también estaban los otros: Sara, Paula y Arturo,
listos para recibir a otro más de los suyos.
_ ¡No puedo creer que vaya a decir esto, pero como te
extrañe amargada!_ dijo el niño abrazando a Paula
_ Yo también te extrañe tonto_ respondió ella
_ Bueno chicos, quería esperar a mañana, cuando estén
todos, pero quiero que lo sepan desde ahora_ anunció Mauricio en mitad de la
celebración de reencuentro_ tengo novia_
No hay comentarios:
Publicar un comentario