_ ¿Eres tú?, ¿Tú eres el que me adoptó?_ preguntó el niño
_ No enano, aunque me habría encantado hacerlo_ respondió
abrazándolo con fuerza
_ ¿Entonces quien me adoptó?_
_ Fui yo, Julián_ escucharon una voz familiar entrando a
la habitación, se trataba de Florencia.
El niño se estremeció al escuchar esas palabras, más aún
cuando ella se acercó para acariciar su cabello, no podía ser posible que ella
pidiera su adopción. Mauricio la observó fijamente sin soltar al pequeño,
sorprendido por lo que presenciaba.
_ Ve por tus cosas hijo, nos vamos a casa_ indicó Flor al
pequeño
Julián permanecía escondido detrás de Mauricio, hasta que
el director lo obligó a salir y empacar sus pocas pertenencias, entonces los ex
novios quedaron a solas, observándose de forma retadora. Era claro el odio
entre ellos.
_ ¿Qué pretendes?_ la retó Mauricio _ Vamos, dime: ¿Qué
quieres a cambio de dejarme la custodia a mí?_
_ ¡Mau!, Me ofendes, yo solo quiero cuidar del pequeño…
después de todo, ahora es mi hijo_ respondió Florencia _ Si quieres puedes ir a
visitarlo, aquí está mi nueva dirección_ dijo entregándole una tarjeta, después
de eso se fue sin decirle una sola palabra.
Los chicos se abalanzaron sobre Emi en cuanto ella piso
la suite 3 05, estaban emocionados, finalmente podrían cenar todos juntos, pero
ella no estaba tan feliz como desearía estarlo, todo el camino a casa había
escuchado a Mauricio maldiciendo a su ex novia, viéndolo a punto de llorar por
la impotencia de no poder hacer nada para recuperar la custodia del enano, aun
cuando había hablado y suplicado al director del orfanato que no permitiera que
ella se lo llevara.
_ ¿Qué pasa Emi?, ¿No te da gusto estar de regreso?_ la
cuestionó Ezequiel
_ Lo que pasa, es que quiere saludarme a mí y tú no la
dejas_ dijo Oscar empujándolo para
acercarse a su hermana
_ No es eso, solo que no pudimos traer al enano_
respondió la chica
_ ¿Por qué no?_ preguntó Estrella
_ Flor lo adoptó, esta con ella_ comentó Mauricio con la
voz salpicada de rabia
Los chicos guardaron silencio, ninguno sabía que decir o
que hacer ante esa situación. Entonces el gerente les pidió a todos que se
sentaran en la sala, tenía que hablar con ellos. Les explicó que había tenido
que suplicarle al señor Palacios para que ellos volvieran, pero él se negó
rotundamente explicando que el trabajo infantil había sido aprobado como un
delito, por lo que ellos no podrían trabajar en el hotel hasta cumplir la
mayoría de edad, todo el apoyo que había recibido de su jefe constaba de la
nueva suite que habitaban; las remodelaciones habían corrido por su cuenta; y
sería él quien pagaría sus estudios, para lo cual había solicitado algunas
becas en el colegio. Debido a que sus puestos de trabajo habían sido ocupados,
había personal nuevo en el hotel, ya tendrían oportunidad de conocerlos.
Finalmente, les dijo que un trabajador social iría una vez por semana a revisar
sus avances en casa y de considerarlo necesario, los llevaría de regreso a las
instituciones de las que venían. Tras dar esa información, se dirigieron a
cenar.
La primera noche de Julián en el apartamento de Flor, fue
quizá la peor de todas, si bien el nuevo apartamento era hermoso, amplio y con
dos grandes recamaras, una era suya, decorada en tonos verdes y azules, con una
cama enorme para el solo y varios juguetes sobre un estante. Julián nunca había
dormido en un cuarto solo, lo cual suponía un problema porque le tenía miedo a
estar solo en la obscuridad. Esa noche el niño lloró y lloró, triste por estar
lejos de los chicos, por sentirse solo, por sentir tanto miedo cuando Florencia
cerró la puerta del cuarto, dejándolo con una pequeña luz de noche.
_ ¡Quisiera callarte de una vez!_ gritó Florencia
entrando al cuarto del infante, quien seguía sollozando sin consuelo _ Mañana
debo ir al trabajo y tú no me dejas dormir_
_ Quiero ir con Mau y con los chicos_ chilló Julián
_ Los veras si ellos te viene a visitar, ¡ahora
duérmete!_ La mujer se dispuso a salir, pero el niño la detuvo sosteniéndola de
la muñeca
_ Quédate por favor_ suplicó el niño
Flor retiró la mano del pequeño y salió del cuarto, no
cerró la puerta, ya que lo vio muy alterado, pero le ordenó que no saliera o de
lo contrario tendría un castigo. Paso aproximadamente una hora más hasta el
niño finalmente se quedó dormido y dejó de llorar.
_ ¿Puedo ir al hotel?_ preguntó el niño tímidamente
_ ¡No!, Tienes seis años y no vas a ir sólo a ningún
lado_ respondió su madre adoptiva
_ Bueno, podemos ir juntos_ insistió _ ¿Mau y tú ya no
son novios?_
_ ¡No!_ dijo molesta
_ Tu nos enviaste a los orfanatos, ¿verdad?, ¿Por eso se
pelearon tú y Mau?_
_ ¿Sabes que mocoso?, ¡Me cansaste!, ¡Ve a tu cuarto,
ya!_ gritó enfadada
El niño sabía que no le convenía hacerla enojar más,
después de todo, esperaba que lo llevara al hotel de visita, así que obedeció
la orden, dejando a Flor sola en la cocina.
Emilia despertó temprano, al menos para ser vacaciones,
por suerte tenían un par de días más para disfrutar antes de que iniciaran las
clases. Permaneció en su cama, deleitándose en la vista de su nueva recamara,
era apenas más espaciosa que la de la habitación 2 15, pero estaba decorada de
una manera más linda y cada una tenía su propia cama. Eran dos literas, cada
una a un lado del cuarto, ella dormía en la parte de arriba, desde donde podía
ver todo el cuarto, las paredes estaban pintadas de color lila y amarillo, con
pequeños detalles en verde y rosado. Tenían un tocador con un gran espejo; que
seguramente era lo que más le gustaba a Sara; un mueblecito para los juguetes
de las chiquitas y un ropero grande para todas.
_ Emi, ¿estas despierta?_ preguntó Oscar entrando en la
recamara
_ Si, ¿Qué haces aquí?_
_ Ve a vestirte, quiero que vayamos juntos a dar un
paseo_
_ Pero es re temprano_
_ ¡Vamos, hace un montón que no te veo, hermana!_
Oscar tenía razón, hacia mes y medio que los mellizos no
estaban juntos, cosa que jamás había ocurrido, desde el momento de su
nacimiento eran inseparables. Ahora que habían estado lejos, lo justo parecía
ser pasar algo de tiempo sólo ellos dos.
_ Está bien, me visto y vamos_
_ ¿Dónde está el riquillo?, hace días que estoy aquí y no
me ha venido a molestar_ comentó Arturo mientras atravesaba el lobby junto a
Sara
_ Esta de campamento con su tío_ respondió ella
_ ¿Ezequiel está viviendo solo?_
_ Claro que no, la novia de su tío se está quedando con
él, me parece que se van a casar… y quiere convivir con ellos_ explicó _ La
verdad la novia de su tío es una mujer increíble_
Arturo no escuchó esa última parte, pues estaba ocupado
observando al hombre que recién atravesaba las puertas del hotel, llevaba el uniforme de los meseros del
restaurante. Lo conocía, era la sombra de su pasado haciendo entrada en su
presente.
_ ¿Qué hace él aquí?_
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