martes, 11 de octubre de 2016

Capítulo 46: LA FAMILIA DE LUCÍA

Esmeralda no le hizo ningún caso, subió a su auto y giró la llave para encenderlo. El muchacho, completamente furioso ante la actitud de su madre, avanzó al frente del coche, colocó sus manos sobre el cofre y miró a la mujer que se encontraba en el interior directamente a los ojos.
_ No te irás sin hablar conmigo_ dijo con firmeza el quinceañero
Entonces Esmeralda soltó el freno y pisó el acelerador de su auto. La escena pareció desarrollarse en cámara lenta para Chaim; quién presenció todo. Primero el rugir del motor, después el automóvil empezó a avanzar hacia el frente, haciendo que el quinceañero diera un salto sobre el cofre para evitar ser atropellado, el coche siguió avanzando, hasta salir del estacionamiento. Arturo quedó en el pavimento, tirado y muriendo de dolor mientras veía a su madre marcharse.
_ ¿Estás bien?_ le preguntó Chaim preocupado _ ¿Qué fue todo eso?_
_ Una pérdida de tiempo_ respondió con tristeza _ Ayúdame a levantarme, me duele mucho el brazo_

Benjamín observaba atentamente a su mejor amiga mientras escuchaba su historia y hacía un fallido intento por consolarla, entonces recordó los hechos ocurridos unos meses atrás, cuando sus padres planeaban llevarlo lejos.
_ ¡Vamos a escaparnos!_ exclamó el niño _ Como cuando me escondí en la oficina del Sr. Fernández_
_ Pero ya no puedo esconderme en su oficina_ dijo Lucía
_ Hay muchas suites libres en el hotel, seguro podemos entrar a una_ sugirió Benja _ No dejaré que te lleven_ añadió con valentía

Julián salió de su habitación, llevando entre sus manos un balón de futbol, listo para practicar un poco al lado de su madre y el señor Garcés. Se detuvo de golpe en el umbral que conectaba con la sala del apartamento al ver sentado en el sillón a un viejo y desagradable conocido: César. Ese hombre que junto a Garcés llevaba la dirección del hogar del que habían escapado.
Dejó caer el balón al suelo y volvió corriendo a su habitación, haciendo que Florencia corriera tras de él.

Había llenado ya una mochila con lo más indispensable para sobrevivir por lo menos unas dos semanas: ropa, un poco de comida e incluso un libro y una muñeca. Estaba lista para marcharse, Benjamín se encontraba a su lado, dispuesto a acompañar a su amiga en la búsqueda de un hogar temporal. Salieron con sigilo a la sala, para poder salir de la suite, pero ahí se toparon con Mauricio y los señores Pérez.
_ ¿A dónde van?_ preguntó Mauricio observándolos fijamente _ ¿Por qué la mochila?_ insistió sospechando lo que ocurría
_ Veo que ya empacaste para irnos_ comentó la tía de Lucí
_ ¡No se la llevarán!_ exclamó Benjamín colocándose frente a su amiga
_ ¿Es otro de sus chicos?_ preguntó el señor Pérez
_ No, es un vecino. El mejor amigo de Lu_ explicó Mau
_ ¡No pienso irme!_ gritó Lucía _ Ellos son mi familia… Si me llevan, me escaparé y volveré aquí_ sentenció la niña
Mauricio miró a los dos infantes, después a los señores Pérez y tomó una decisión.
_ Tengo que hablar con ustedes_ dijo con firmeza a los tíos de Lu

Florencia volvió a la sala de su apartamento sin la compañía de su hijo, pues el niño se había negado a salir de su habitación. Cuándo regreso ya no vio a César, solo a Agustín sentado en el sillón. Se sentó junto a él.
_ Está muy asustado, se negó a salir_ explicó Florencia _ ¿Dónde está César?_
_ Se fue, bueno, lo saqué_ respondió Agustín
Flor lo observó con cara de asombro, ellos tres siempre habían sido los mejores amigos.
_ Reconoció a Julián y no quiero que lo lastime_ empezó a decir _ Los chicos a mí me tienen odio, por los castigos que les ponía, pero era César quien los ejecutaba. Si yo decía que le dieran una paliza a uno, César los golpeaba. Si ordenaba que los encerrará, él los llevaba al sótano_ hizo una pausa _ Por eso el enano está tan asustado_
Ella seguía en silencio, tratando de procesar toda esa información.
_ Debo alejarlo de los chicos, es muy vengativo_
_ ¿Por qué estás preocupado por ellos?_ preguntó Florencia confundida
_ Te lo dije antes, quiero enmendar mis errores… Julián ya me ha perdonado, pero el resto aun me detestan, especialmente Arturo… Pero por ahora me conformo con encargarme de que César no se acerque a ellos_ dijo _ Voy por el enano, no dejaremos que nos arruine el día_

Lucía y Benjamín se encontraban en el cuarto de las chicas, esperando que Mauricio logrará convencer a los Pérez de dejarla en el hotel.
_ Ella es feliz aquí y sé que si se la llevan, cumplirá su palabra… No quisiera que se expusiera de esa forma_ dijo Mauricio
_ Pero ella es nuestra sobrina_ abogó la señora Pérez _ Debe vivir con nosotros_
_ Yo no me opongo a que mantengan contacto con ella, pero ahora tiene una vida aquí… Lleva años con los chicos, además Benja es su mejor amigo, va aquí a la escuela y lo más importante: es feliz_
_ Es posible que tenga razón, es posible que no se acostumbre a vivir con nosotros_ razonó el señor Pérez _ Pero no queremos desentendernos de ella, es la hija de mi hermano_
_ ¿Les parece bien si durante las vacaciones ella pasa una temporada con ustedes y pueden venir cuando gusten a visitarla?_ sugirió el gerente del hotel
_ Suena bien_ dijo la tía de Lucía _ Pero no queremos que le falte nada nuestra sobrina, le pasaremos una pensión y vendremos a verla una vez al mes_
_ No es necesario que me den nada, pero pueden venir cuando gusten_
En ese momento la puerta de la suite se abrió de golpe, por ella entró Franco completamente agitado.
_ Mau, ven rápido. Arturo sufrió un accidente_ anunció _ La ambulancia viene en camino_
Mauricio se puso de pie de golpe
_ Franco, cuida a los chicos_ le pidió _ Entonces quedamos así_ añadió mirando a los tíos de Lu _ Disculpen, pero tengo que ir_ concluyó saliendo al pasillo a toda prisa

Dos horas más tarde Mauricio se encontraba ya de regreso en la suite, con Arturo ahora con un brazo enyesado, se lo había roto por el impacto del golpe. Tendría que pasar los próximos dos meses con el brazo así.
_ ¿Ya me dirás que pasó?_ preguntó Mauricio con seriedad
_ Iba distraído y no vi el auto saliendo, supongo que el conductor tampoco me notó_ explicó el chico
_ No es la versión que yo escuché_ dijo Bruno, quién tras saber del accidente había acudido al hotel _ Hablé con algunos testigos, te colocaste frente al auto, a propósito_
_ Bueno, tuve un problema con el conductor y estaba enojado_ bufó Arturo
_ Es todo muchacho, empaca tus cosas, mañana mismo vuelves a la militar_ sentenció Bruno _ Desperdiciaste tu última oportunidad_ concluyó
El trabajador social salió de la suite habiendo dado su última palabra.
_ No me digas nada, iré a empacar_ dijo el quinceañero dirigiéndose hacia su cuarto.

A la mañana siguiente, el ambiente en la suite 3 05 era desolador, los chicos debían irse a la escuela, pero no querían hacerlo, pues Arturo se marcharía en poco tiempo. Ninguno de ellos podía entender como él, justamente el mayor y el más valiente se resignaba a tal castigo, solo Sara conocía la verdad y se veía obligada a callar.
_ Vamos chicos, estarán bien_ dijo el chico para tranquilizarlos _ Fernández cuidará de ustedes_ 
_ No puedo creer que nos dejes_ reprochó Martín
_ Es hora de irse chicos_ los interrumpió Mauricio
Enseguida ellos empezaron a desfilar hacia la salida, todos con un fuerte sentimiento de tristeza, incluyendo a Leonardo, quién había ido por Sara para irse juntos. Justo cuando estaba a punto de abandonar la suite, el mayor de los Lagos se detuvo, dio media vuelta y se plantó frente al gerente del hotel.
_ Usted tiene que saber la verdad_ exclamó muy seguro de sí mismo 

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