Esa
misma tarde logró convencer a Nadia para que lo ayudara a conseguir la
dirección del señor Garcés y entrar a su casa. Al día siguiente, después de la
escuela, le dijeron a Mauricio que irían a casa de Nadia, y a los padres de
Nadia que estarían en el hotel, mientras que ellos emprendieron una excursión
al apartamento del misterioso hombre. Sin saber lo que encontrarían ahí
adentro.
Faltaba
solo un día para la fiesta de cumpleaños que organizaba para Julián, estaba
emocionada con la idea y terminaba de arreglar los últimos detalles, como por
ejemplo el pastel, que estaba decidida a cocinar ella misma.
_
Mamá, me siento mal_ comentó Julián entrando a la cocina _ ¿Qué haces?_ preguntó señalando un tazón lleno de una extraña
mezcla
_
Va a ser un pastel de cumpleaños_ dijo agachándose para estar a la altura del
niño
_
¿De cumpleaños?, ¿De quién?_
_
¡Tuyo!_
_
Pero yo no tengo cumpleaños_ dijo con voz débil
_
Pues ahora lo tendrás, mañana celebraremos tu cumpleaños_
El
niño formó una pequeña sonrisa.
_
¿No estás feliz?_ preguntó Flor confundida
_
Si, solo que…
No
pudo completar la frase porque en ese mismo momento, se desplomó sobre el piso.
Guillermo
se encontraba dando una ronda por el hotel cuando su teléfono empezó a vibrar
en el interior de su bolsillo. Vio que era Clarisa, su esposa. Contestó a toda
prisa.
_
Hola, ¿Cómo estás?_
Recibió
el impacto de la noticia enseguida, ya era el momento. Los gemelos estaban a
punto de nacer.
Colgó
y salió corriendo de inmediato. Fue directo a la oficina de su mejor amigo y
entró sin tocar, como era su costumbre pero con mucha más desesperación.
_
¡Mau!, ¡Mau!_ exclamó _ ¡Voy a ser padre!_
Mauricio
se puso de pie de inmediato
_
¿Qué hago ahora?, ¡Mis hijos están por nacer!_
_
Primero que nada, relájate. Vamos al hospital_
_
¿Tú irás?_ preguntó confundido
_
Son mis sobrinos, quiero conocerlos_ respondió tomando las llaves de su auto
_
¡Fernández!_ gritó Arturo entrando a la oficina corriendo
_
¿Qué ocurre?_ preguntó _ ¿Por qué vienes así?_
_
Flor llamó a la suite, dice que el enano está hospitalizado_ respondió preocupado
_
¿Te dijo en que hospital?_
_
Si, en el Santo Domingo_ dijo alterado
_
Es el mismo en el que está Clarisa_ terció Guillermo
_
Bien, pues vamos ahora mismo_ indicó Mauricio
Arturo
comenzó a correr hacia la puerta pero su tutor lo detuvo.
_
No puedes ir, necesito que cuides a los chicos_
_
Le mandaré un mensaje a Sara, ¡Quiero ir con el enano!_ exclamó preocupado
Mauricio
sabía bien cuan responsable era Arturo con respecto a los chicos, así que
decidió dejarlo ir con ellos.
Estrella
vio como Guillermo, Arturo y Mauricio atravesaban la recepción corriendo a toda
prisa.
_
¡Mauricio!_ le habló
Su
novio se detuvo y volteo a verla.
_
¿Qué ocurre?_ preguntó ella
_
Hay una emergencia, dos en realidad. ¿Podrías cuidar a los chicos?_ pidió
_
¡No!_ dijo ella
_
¿Qué?_ avanzó hacia ella
_
¡Si no me dices todo lo que está pasando en tu vida y la de los chicos, nuestra
relación termina ahora!_ sentenció
_
Estrella… Tengo que irme, Flor llamó y…
_
¡Olvídalo!_ dijo _ Tal parece que ahora Florencia está más en tu vida que yo_
se cruzó de brazos
_
¡Fernández, vamos!_ exclamó Arturo desde la entrada
_
Debo irme_ fue todo lo que dijo antes de marcharse
Para
ella estaba todo claro, esa relación había terminado. No pensaba seguir así y
en cuanto lo volviera a ver, solo le informaría sobre su decisión, la cual no
estaría sujeta a cambio bajo ninguna condición.
La
casa de Agustín Garcés era diminuta, casi como una casa de juguete. Solo una
habitación, un baño, una cocina en la que apenas cabía una estufa y una
sala-comedor tan pequeña como el resto del apartamento. Mientras Nadia revisaba
la sala, Martín entró en la habitación, apenas había espacio para moverse, una
cama individual ocupaba casi todo el espacio y notó que había una maleta. Al
parecer el señor Garcés no había desempacado aún. Pero antes de ponerse a
indagar en la maleta, decidió explorar el interior de los cajones del único
mueble que había.
Se
llevó una gran sorpresa al encontrar dos objetos al interior del primer cajón.
Mauricio
y Arturo se separaron de Guillermo para dirigirse al área de pediatría, apenas
encontraron la entrada una enfermera detuvo a Arturo, pidiéndole una credencial
que respaldará su mayoría de edad, pero como tenía solo quince años, le
pidieron ir a la sala de espera. Mauricio siguió avanzando hasta encontrar a
Florencia sentada frente a la puerta de una habitación.
_
¿Qué pasó?_ preguntó sentándose junto a ella
_
Se desmayó y llamé a la ambulancia_ respondió ella con voz débil _ El doctor
dijo que no saben que tiene, le están realizando estudios_
_
¿No ha despertado?_
Flor
negó con la cabeza y pudo ver como una lágrima resbalaba por su mejilla.
_
¿En verdad estás preocupada?_ cuestionó dudoso
_
Mau, ¡Él es mi hijo!_ volteo a verlo
_
Pensé que lo habías adoptado para fastidiarme_ se cruzó de brazos
_
Al principio si, pero ahora lo quiero, lo quiero de verdad. Es mi hijo_ dijo y
empezó a llorar
Sin
saber porque o sin preguntarse si hacía bien o mal, la abrazó y la consoló.
Sara
no sabía muy bien que hacer, era la primera vez que la dejaban a cargo de los
chicos, pues siempre era Arturo quien se ocupaba de todo cuando Mauricio no
podía. Para su fortuna, los mellizos eran excelentes cocineros y ellos se
ocupaban de preparar la cena.
_
Tranquila, Sara_ le dijo Leonardo _ Los chicos son bastante tranquilos_ comentó
_
Si, lo sé_ respondió
_
Oye, ¿Dónde está Martín?_ preguntó volteando en todas direcciones
_
¡Es verdad!, ¡Perdí a uno de los chicos!_ exclamó alarmada
Justo
en ese momento, la puerta de la suite se abrió y por ella entró Martín
_
¿Dónde estabas?_ preguntó Sara inmediatamente
_
En casa de Nadia, ¿Qué te pasa?_
_
Mau no está_ comentó Emi desde la cocina
_
Ni Arturo_ terció Paula
_
Ayúdanos con la cena_ le indicó Oscar
_
¿Por qué yo?_ renegó Martín
_
Porque Paula es un desastre en la cocina_ dijo Ezequiel, quien también ayudaba
a los mellizos
_
No solo en la cocina_ bromeó Martín, logrando que Paula le mostrara la lengua
en señal de molestia.
Franco
llegó al hospital corriendo, acababa de salir del trabajo y deseaba encontrarse
con sus amigos. Fue al área de obstetricia, donde encontró a Guillermo sentado,
sonrío al verlo, era el primero en convertirse en padre.
_
Hola, ¿Cómo están los gemelos?_ preguntó
_
¡Son los niños más bellos que he visto!_ exclamó _ ¡Se parecen a mí!_
Franco
rio ante el comentario de su amigo, había sonado tan ególatra
_
¿Puedo conocerlos?_
_
En cuanto venga Mau, quiero que estén los dos_
_
¿Dónde está él?_ preguntó
_
En pediatría, el enano está internado_ explicó
Justo
en ese momento, Mauricio apareció. Se veía agotado, como si hubiera pasado
demasiado tiempo sin descansar.
_
¿Estás bien?_ le preguntó Guillermo
_
Si, Julián ya despertó_ dijo con cierta tranquilidad _ ¿Nos presentaras a tus
hijos?_
_
Seguro, vengan_ les indico guiándolos al área de los recién nacidos
Detrás
del vidrio, dos bebés, exactamente iguales con mamelucos de color azul sonreían
divertidos a sus espectadores.
_
Les presentó a Francisco y Mauro_ comentó Guillermo _ Los nombramos en honor a
mis dos mejores amigos_
Los
dos sonrieron, orgullosos.
El
chico se encontraba sentado en la sala de espera, observando atento la pantalla
de su celular, probablemente jugando en él. Flor se sentó a su lado, procurando
no hacer demasiado ruido.
_
¿Sigues despierto?_ preguntó
_
¿Cómo está el enano?_ dejó de jugar
_
Los médicos aun no nos han dado un diagnóstico, ahora Mau está con él_
respondió _ Tú deberías ir a descansar un poco_
Fijo
la vista en el yeso del adolescente.
_
¿Qué te pasó en el brazo?, Me parece que no conozco esa historia_
El
chico lanzó un suspiro.
_
Fue una estupidez…
_
¿Estás bien?...
_
Si, solo pensaba… Se supone que tú eres la peor persona del mundo e igual estás
aquí cuidando del enano… y mi mamá me abandonó sin más_ comentó cabizbajo
_
Gracias por lo de “peor persona del mundo”_ dijo irónica _ Y segundo, tal vez
tenía sus motivos_
_
Si, me odia_ dijo con la voz quebrada
_
¿Ella te hizo esto?_ preguntó _ Es la novia del señor Lagos, ¿No?_
_
¿Cómo lo sabes?_ cuestionó asombrado
_
La vi en una ocasión en el hotel, es muy parecida a ti y su apellido es Longoria_
explicó _ Tal vez, solo entró en pánico… A veces a las mamás nos pasa_ comentó
Martín
daba vueltas en su cama, recordando los dos objetos que había visto al interior
de ese cajón, ¿Cuál era la relación que existía entre esos objetos y el Sr.
Garcés? Observó la fotografía que había tomado de aquel apartamento, detallando
los tres rostros que ahí se encontraban, entonces puso especial atención al cuello
de aquella mujer, con un objeto familiar colgando en él. De pronto lo entendió
todo.
Nota: Lo cierto es que me he debatido mucho esta semana, creo que el receso será en el capítulo 49, ya que aun no tengo escritos todos los capítulos de la segunda parte y no quisiera dejar mucho tiempo sin actualizar.
Así que después del capítulo 50, habrá un corte de un mes y después, por el 75 otro más corto para tener todos los capítulos listos.
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