_
Tienes que decirles_ sentenció el quinceañero
_
No puedo hacerlo_ confesó ella
_
Leo y Eze necesitan saberlo_ continuó _ Es horrible cuando eres el último en
enterarte. Hazlo por ellos_
Ella
asintió en silencio, aun con lágrimas en los ojos.
Florencia
observaba a su ex novio mientras él terminaba de recoger los platos después del
desayuno. Lo conocía a la perfección y sabía que estaba preocupado.
_
¿Estás así por los Lagos?_ preguntó acercándose a él
_
Sí, estoy preocupado_ confesó dejando los platos sucios sobre el fregadero _
Esmeralda no es la mejor persona para cuidarlos, y además Arturo…
_
Arturo está bien, fue a buscarla_ comentó tomando un trapo para secar
_
¿Cómo estás tan segura?_
_
Lo conozco, quiere ayudar_
_
Pareciera que ahora conoces bastante bien a los chicos, ¿No?_ le entregó un
vaso escurriendo
_
He hecho méritos, ¿No es así?_
_
Si, pero no solo con los chicos_ sonrió
Ahora
que su relación con Mauricio había terminado era como si al mismo tiempo
hubiera desaparecido mágicamente de la vida de los chicos también. Los veía
cuando se marchaban a la escuela y cuando volvían, a veces hacían su tarea en
el lobby o salían, pero no le hablaban. En realidad desde tiempo atrás no se
comunicaban mucho con ella.
Vio
a Martín, Nadia y Nicolás caminar juntos hacía los jardines del hotel. ¿En qué
momento las cosas habían cambiado tanto?, ¿Cuándo se había vuelto tan
innecesaria?
_ ¿Todo bien, bonita?_ le preguntó Rodrigo
acercándose a ella
Estrella
se ruborizó un poco ante el adjetivo que su compañero de trabajo le estaba
dando.
_
Quisiera que las cosas fueran como antes_ dijo con desanimo
_
Quizá lo que viene es aún mejor_ le sonrió
_
No lo creo_ bajó la mirada
_
Te demostraré que si_ levantó su barbilla y la hizo mirarlo a los ojos. Sus
profundos ojos verdes _ Ya lo verás_
Un
par de horas más tarde, los chicos; todos incluyendo a los Lagos, Chaim, Kía y
Candela; se encontraban reunidos en el salón Joya, el lugar de ensayos de “Music
Hotel”.
Sobre
el escenario se encontraban Mauricio y Esmeralda. Nerviosos y un tanto
asustados.
_
¿Para qué nos trajeron aquí?_ se quejó Leonardo _ Hay un partido buenísimo en
la tele_
_
Tienen que darles una mala noticia_ dijo Arturo mirando a su archienemigo
_
¿Qué pasa?_ preguntó Ezequiel alarmado
_
Leo, Eze. Acérquense_ empezó a decir Mauricio con dificultad
Ellos
se pusieron de pie y subieron al escenario, Emi los siguió, quedando al lado de
su mejor amigo.
_
Tomás… él… _ intentó hablar Esmeralda, pero su voz se quebró y empezó a llorar
_ Su tío murió_ soltó al fin en medio del llanto
Ezequiel
sintió como sus piernas flaqueaban, al tiempo que Emi lo rodeaba en un abrazo.
Leo permaneció en silencio, inmóvil.
_
Hubo un atentado y…
Mauricio
no pudo terminar su frase, pues el mayor de los Lagos bajo del escenario y
salió del salón.
Sara
intentó seguirlo pero Arturo la detuvo.
_
Yo me encargó _ dijo siguiéndolo
Lo
encontró en el interior del otro salón, solo y recargado en la pared, a punto
de llorar.
_
¿Qué quieres callejerito?_ preguntó enojado
_
Acompañarte_ respondió _ Riquillo, sé por lo que estás pasando_ dijo ubicándose
junto a él
Leo
dejó que su cuerpo se deslizara hasta tocar el piso.
_
No es lo mismo_ comentó bajando la mirada
_
Yo y los chicos pasamos por esto_
_
Pero es la tercera vez que me pasa… ¡Ya no tenemos a nadie!, ¡Estamos solos!_
exclamó _ ¿Quién va a ser nuestro tutor?, ¿Esmeralda?... Perdóname, pero tu
mamá no es la persona indicada para cuidar de mi hermano_
_
Lo sé, es pésima. Pero no están solos, está Chaim, Kía, Cande, Guille,
Fernández…
Leo
mantenía las lágrimas en el borde de sus ojos, sin dejarlas caer.
_
Sé que tienes que ser fuerte por Ezequiel_ dijo sentándose a su lado _ Pero él
no está aquí ahora_
Dejó
caer un par de lágrimas. Sentía que el mundo entero se derrumbaba sobre él. Era
la tercera vez que recibía una noticia tan horrible, la tercera vez que se
preguntaba ¿Qué pasaría después?
_
No estás solo, amor_ comentó Sara entrando
Se
sentó a su lado y lo abrazó con fuerza. Esta vez las lágrimas empezaron a caer
en cascada. Por tercera vez sentía que se le partía el alma, solo que está vez;
a diferencia de las otras; no estaba solo.
Por
la noche Florencia llegó al hotel para recoger a Julián. Iba saliendo del
trabajo y se sentía un tanto agotada. Tocó el timbre, fue entonces que se
encontró con Mauricio usando una camisa azul claro y un pantalón negro; sin
saco ni corbata; lucía relajado y despedía un agradable aroma a loción
masculina. La misma que había utilizado en su primera cita.
_
Adelante, pasa_ la invitó cordial
Al
entrar enseguida notó algo muy poco usual en la suite: silencio.
_
¿Dónde están los chicos?_ preguntó
_
No están. Sara, Arturo y los mellizos me pidieron ir con los Lagos. Paula fue
con Franco, Alma y Nico al cine y los chiquitos están de pijamada con Benja_
explicó _ Estamos solos_
Se
sintió incomoda al instante, desde la ruptura, no habían estado solos antes,
siempre alguno de los chicos estaba cerca.
_
Creo que iré a buscar a Julián_ dijo nerviosa
_
Deja que se divierta, ¿Cenamos?_ dijo señalando la mesa adornada con un par de
velas.
Miraba
el cuarto con atención, pero principalmente miraba el regalo que recién le
había llegado el día anterior: un mameluco amarillo. Estaba embarazada de un
hombre que ya no existía. Tomó la diminuta prenda, abrazándola con fuerza y
empezó a llorar.
Escuchó
la puerta de su recamara abrirse, pero no se molestó en mirar quien era. Sintió
unos brazos rodearla y entonces supo que se trataba de Arturo.
_
Sé que es difícil, pero pasará. Todo pasa_ dijo el quinceañero
_
¿Por qué me tratas así?... No lo merezco_
_
Eres mi mamá, y aunque tú no me quieras, yo a ti si_ respondió el chico
Lo
abrazó con fuerza, era un gran chico y se había perdido trece de sus quince
años de vida. Quizá había hecho bien, Mauricio había hecho un buen trabajo al
cuidarlo.
Siguió
abrazando a su hijo al tiempo que lloraba la pérdida de su amado.
_
No estás sola_ susurró Arturo dándole un beso en la frente
Ezequiel
entró en su habitación. Seguía sin poder creer lo ocurrido. Emilia lo siguió.
El
chico se dejó caer sobre su cama, ocultando su rostro. Su amiga lo rodeo con
los brazos, sin decir una sola palabra. Él se incorporó, la abrazó con fuerza y
se soltó a llorar.
_
No estás solo_ dijo Emi abrazándolo con más fuerza.
A
pesar de que disfrutaba de conversar con él, no dejaba de sentirse incomoda por
la situación: una cena para dos, con Mauricio.
_
Te has vuelto cercana a los chicos_ comentó el gerente
_
Si. Un poco. Creo_ respondió para después tomar un sorbo de agua
_
Paula está siempre hablando de lo bien que patinas, Emi parece tenerte bastante
confianza… el enano te llama “mamá” y ahora hasta Arturo decidió mudarse
contigo_ resumió
_
Solo quería alejarse de Esmeralda_
_
Y de mí_ añadió
_
No lo creo, es solo que…
_
¡Me gustas!_ soltó de golpe
Y
sin darle tiempo a responder, a pensar o incluso a sentir, Mauricio se puso de
pie y la besó con la misma intensidad que había hecho años atrás en su primera
cita.
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