lunes, 16 de enero de 2017

Capítulo 66: DUDAS


_ Buenas noches_ dijo Agustín manteniendo la mirada clavada en Mauricio
_ Tiene llaves de la casa, que conveniente_ comentó Mau sarcástico
Se sintió incomoda al instante. Esos dos hombres juntos no parecían una buena combinación, especialmente después de aquella cena con Mauricio.
_ ¿De qué quieres hablar, Mau?_ preguntó al tiempo que Agustín se sentaba a su lado
_ Sobre un tal César_ respondió
_ ¿Qué pasa con esa basura y cómo es que tú sabes de él?_ interrumpió Arturo entrando a la sala.
_ ¿Qué haces despierto?_ exclamó Flor
_ Venia por un poco de agua… pero respóndanme, ¿Por qué hablan de ese idiota?, ¿Cómo es que Fernández sabe de él?_ insistió el quinceañero
_ Oscar dice que lo vio esta mañana en el lobby del hotel_
_ Creo que fue a buscarme_ dijo Agustín
_ ¿Le dijiste que vivimos en el hotel?, ¿Acaso no piensas en tu hermano?_ exclamó el chico enojado, intentó abalanzarse a golpes contra él, pero Mauricio lo detuvo
_ Cálmate, Turo. No sabe que viven ahí. Me ha ido a buscar antes, quiere vengarse de ustedes, aunque le dejé en claro que no planeo ayudarlo ni revelarle dónde están. Más aún que si se mete con ustedes, se las verá conmigo_
_ Sabe que adopté a Julián_ intervino ella finalmente _ Vino a visitarme y lo vio_
_ Yo me encargo de él_ dijo Agustín _ No volverá a acercarse a ninguno de ustedes_ aseguro.

Una vez que Mauricio se fue y Arturo se había quedado dormido. Consideró prudente hablar con Flor sus temores respecto a la amenaza que César representaba para los chicos.
_ ¿Crees que les haga daño?_ preguntó Florencia preocupada
_ César es…
Fueron interrumpidos por los gritos infantiles de Julián.
_ ¡Mami!, ¡Mamá!_
Se pusieron de pie de inmediato y corrieron a la habitación del pequeño. Julián se encontraba despierto, sudando y respirando con dificultad.
_ ¿Estás bien, enano?_ preguntó Flor sentándose al lado del niño
_ Tuve ese sueño otra vez. Que estaba adentro de un auto que se quemaba y me decían “Valentín”. Me iba a quemar y nadie me ayudaba_ explicó asustado
Sintió una punzada en el pecho al escucharlo. Le estaba negando a un niño la oportunidad de conocer su historia, pero no quería arriesgarse, quizá si lograba protegerlo, podría limpiar su consciencia.
_ Fue solo un sueño, campeón_ escuchó a Flor intentar calmarlo
_ Tranquilo, enano_ se acercó a él
Lo abrazó. Pudo notar que temblaba.
_ Nosotros te cuidamos_

Terminó de servir el desayuno. Pensando en la noche anterior. Al ver a Agustín había deseado golpearlo, especialmente cuando antes de marcharse, lo había visto besar a Flor. ¿Cómo había pasado eso?, ¿En qué momento ella lo había dejado de amar?
_ Buenos días_ saludo Emi sentándose a la mesa
_ ¿A dónde fuiste anoche?_ le preguntó Martín
_ A conquistar a una mujer_ intervino Sara sonriendo
_ Flor no es una mujer, ¡Es una bruja!_
_ ¿Saliste con Flor?_ cuestionó Oscar
_ ¿Volverás con ella?_ continuó Luci
_ ¡No!, ¡No puedes volver con esa bruja!_ exclamó Martín
_ Ya no es una bruja. Ahora es buena_ dijo Paula
_ ¡Claro que no!, Lo que pasa es que como tú también eres una bruja, por eso se llevan bien_
Paula y Martín comenzaron a discutir, tal como solían hacerlo.
_ ¡Chicos!_ gritó Mau _ No peleen. Y si, fui con Flor, pero no volveré con ella. Ya tiene novio_ dijo cabizbajo
El silencio reino en la mesa de inmediato. Parecía que ninguno era capaz de creer que ella amara a otro hombre. Y es que en tres años, Flor siempre lo había amado a él. ¿Cómo podía eso cambiar tan de golpe?

Colocó la jarra llena de jugo sobre la mesa. El desayuno se veía delicioso. Vio a Arturo entrar a la cocina hablando por teléfono.
_ Nos vemos_ dijo el quinceañero con una sonrisa antes de colgar
_ ¿Por qué tan contento?_ preguntó _ ¿Hablabas con alguna chica?, ¿Quizá la admiradora secreta?_
_ Nada de eso, era mi mamá. Quiere hablar conmigo_ sonrió
_ ¿Qué hacen?_ preguntó Flor entrando a la cocina
_ Te ves cansada_ comentó Arturo
_ Julián tuvo pesadillas toda la noche_ explicó _ Deberías contarle la verdad_ volteó a verlo
_ Coincido con Flor. El enano tiene derecho a saber la verdad_ dijo el muchacho
_ Lo cuidaré a mi manera_ concluyó _ Por ahora lo primero es hablar con César_

Se encontraba llenando las estadísticas del hotel del mes pasado. En muy poco tiempo tendría la siguiente visita del Sr. Palacios. Escuchó como tocaban a la puerta, estaba seguro que sería Franco con los documentos que había pedido así que pidió que pasara. Pero fue Estrella quien entró a su oficina.
_ Vengo a traerle los pagos del mes_ explicó ella
_ Gracias, Estrella_ respondió
_ De nada, Sr. Fernández_ concluyó colocando las hojas sobre el escritorio para después salir.
También la había perdido a ella. Dos fallas épicas en muy corto tiempo. Quería reparar una de esas relaciones, pero ¿Cuál de ellas?

 Le resultaba extraño estar nuevamente ahí, no había hablado mucho con ella desde el funeral. Desde su primer encuentro, ella no había hecho más que alejarlo y ahora le pedía que hablaran, que se vieran.
_ ¿Cómo estás?_ le preguntó sirviendo una taza de té frente a él
_ Bien_ respondió nervioso _ ¿No están los Lagos?_
_ Leo está su habitación y Ezequiel en tu suite con Emilia_ explicó
El asintió y dio el primer sorbo a la bebida humeante.
_ ¿Para qué me pediste venir?_ dijo ansioso
_ He estado pensando mucho. Creo que no es justo todo por lo que te he hecho pasar y quisiera compensarte, ¿Quisieras venir a vivir conmigo?
_ ¿Aquí?_ exclamó sorprendido _ ¿Cómo vas a explicar eso a Ezequiel y cómo se los explicaré a los chicos?_
_ Les diré que eres mi hijo_
Se sintió feliz, inmensamente feliz, como no lo había sido en mucho tiempo. Sin pensarlo dos veces se puso de pie y caminó a abrazar a su madre. Ese abrazo que había esperado desde niño, y esta vez fue correspondido.

Un par de horas más tarde, en el salón Real, se encontraban reunidos los Lagos, Mauricio, Florencia, Chaim, Kía y el resto de los chicos por órdenes de Arturo. La última vez que habían estado todos juntos fue para recibir una mala noticia, pero ahora, era diferente.
_ ¿Para qué nos pediste que viniéramos, callejerito?_ cuestionó Leo
_ ¿Pasó algo malo?_ preguntó Lucía temerosa
_ No, nada de eso. Pero quiero darles una noticia_ respondió feliz
Se encontraba sobre el escenario del salón, extendió su mano para ayudar a Esmeralda a subir.
_ Tenemos que darles una noticia_ rectificó una vez que estuvieron los dos al frente
_ Algunos de ustedes ya lo saben, pero tengo un hijo_
_ Todavía no_ interrumpió Ezequiel _ Mi primo aún no nace_

_ Lo sé, pero tengo un hijo un tanto más grande. Quince años más grande, de hecho y es Arturo_ explicó ante los ojos sorprendidos de la mayoría



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