_
Los derrotaremos_ sonrió Emi
_
Dejen de fanfarronear y empiecen a tocar_ dijo otra de las chicas, de unos 11 o
12 años
Ezequiel
comenzó a rasguear las cuerdas de su guitarra y la voz de su hijo empezó a
sonar. Miro en otra dirección, Leonardo y Sara parecían estar molestos, no pasó
mucho tiempo hasta que el señor Fernández y su novia se acercaron a ellos.
Lanzó
un suspiro al aire y se retiró de la suite, sabiendo que ese no era su lugar.
Entró
al ascensor y espero a que las puertas se cerraran, entonces abrió el sobre.
La
chica rubia se había convertido en una verdadera molestia. Nuevamente los
encontraba riendo juntos en el lobby del hotel. La detestaba.
_
¿Estás segura de que no quieres saber más sobre su historia?_ le preguntó
Candela
_
No lo sé… ¿Crees que Leo sea capaz de engañarme?_ cuestionó cruzándose de
brazos
_
Lo conozco hace un par de años, siempre ha sido mujeriego… hasta que te
conoció_ respondió ella
Esa
respuesta no la tranquilizó en absoluto, por el contrario, elevaba sus
inseguridades al máximo.
Se
encontraba ajetreado, desde que había despedido a Rodrigo debía sacar adelante
todo su trabajo por sí solo. Ahora le parecía increíble que tiempo atrás
logrará cubrir completamente su trabajo como gerente y decía sentirse agotado…
ahora con los chicos, realmente se daba cuenta de lo que era el trabajo duro.
_
¿Puedo entrar?_ escuchó una voz detrás de la puerta de su oficina
_
Adelante_ respondió buscando unos papeles en su escritorio
_
Señor Fernández, ¿Tiene un momento?_
_
Si, ¿Qué ocurre?_ preguntó extrañado de ver a Esmeralda en su oficina
_
Quiero hablar sobre Arturo y los muchachos: Leo y Eze… siento que no puedo
acercarme a ellos_ confesó
Ya
lo había notado, si bien la querían y eso estaba claro, podía darse cuenta como
los chicos la evadían cuando buscaban un consejo o un poco de ayuda con algún
tema que consideraban importante.
_
¿Qué tanto sabe sobre ellos?_ la cuestionó _ ¿Sabe que Ezequiel estaba
enamorado de Emi?_
_
Lo imaginaba_
_
¿Sabe que Leo y Sara han estado peleando por la llegada de su ex novia?, ¿O que
Arturo está enamorado?, ¿Conoce el origen de la rivalidad entre Arturo y Leo?,
¿La historia de cada uno de ellos al menos?_
Esmeralda
negó con la cabeza.
_
¿No tiene idea de cómo llegó Arturo al hotel?_
_
Vivió con un abusivo… ese hombre que a veces pasea por el hotel… y me parece
que una mujer los ayudó a escapar. Después llegaron aquí por casualidad_
_
Hable con ellos_ sentenció
Esa
tarde era el show de talentos, los vio alistándose para su presentación. Arturo
aflojó un poco su corbata y después despeinó el cabello negro de Ezequiel.
Ellos dos parecían haber formado una buena amistad desde que Arturo se había
mudado con ellos.
Ese
era su hijo, un adolescente de quince años muy parecido a su padre, lleno de
energía y sueños.
_
No es justo que los de preparatoria terminen clases hoy_ se quejó Ezequiel
_
No te quejes y ve por la guitarra_ respondió el quinceañero
_
Ya voy_ dijo Ezequiel saliendo de la habitación
_
Estaba pensando… No sé dónde aprendiste a tocar la guitarra_ comentó
acercándose a su hijo
_
Santiago, el amigo con el que me fugué del reformatorio me enseñó_
_
¿Cuánto tiempo viviste en las calles?_
_
Unos dos años… De hecho no fue tan malo… los chicos con los que viví eran
grandiosos_
Se
quedó en silencio. Trató de recordar que estaba haciendo ella entonces, estaba
en la universidad, en mitad de su carrera. Divirtiéndose en fiestas y
presentando exámenes mientras su hijo pasaba noches en las calles.
_
Lo difícil fue vivir con Garcés pero si no fuera por eso no habría conocido a
los chicos ni te habría encontrado_ confesó
No
pudo evitar sentirse culpable, Arturo había tenido que librar una serie de
batallas para estar con ella.
_
¿Nos vamos?_ preguntó Ezequiel interrumpiéndolos
_
Si_ respondió el quinceañero poniéndose de pie
Se
sentía orgulloso de ellos, eran magníficos en el escenario. Oscar tocaba el
piano con gran pasión y Emi cantaba con el sentimiento a flor de piel, era
claro que sus padres les habían heredado su amor por la música.
_
¿Crees que ganen?_ preguntó Flor _ Son grandiosos… aunque Ezequiel y
Arturo también_
Volteó
en dirección a ellos, se encontraban detrás del escenario, preparándose.
Pensó
en cuanto había cambiado Arturo desde el momento en el que lo había conocido,
primero fue el chico rebelde, desconfiado, desafiante que buscaba ponerlo a
prueba a cada momento, después se fue abriendo y todo se arruinó durante el
verano, cuando fueron separados. Al regresar, volvió frío, duro, agresivo y más
desconfiado que nunca, pero poco a poco fue volviendo a ser el de antes,
alegre, decidido y por primera vez, lleno de sueños.
_
Es turno del quinceañero_ comentó Flor emocionada
“El
quinceañero”. Así solían llamar a su hijo, un apodo bastante acorde tomando en
cuenta que era el único chico de quince años en el grupo que cuidaba el señor
Fernández. Quince, quince años en los cuales no había estado para él. Cuando
nació ella era demasiado joven, solo tenía dieciocho, a pesar de ello, pensaba
estar bien, era la pareja de un famoso basquetbolista que podía mantenerlos sin
problema. Pero se equivocó, las responsabilidades la agobiaron demasiado, hasta
que no pudo más y huyó.
_
Un fuerte aplauso para el dúo dinámico de los mellizos Guzmán_ dijo el
presentador
Aplaudió
casi por inercia, pues no había prestado atención a su número.
_
Ahora recibamos a Ezequiel y Arturo_
Lo
vio subir al escenario, tan seguro de sí mismo, tan maduro… nunca lo vio siendo
un niño, ahora era casi un hombre y no la necesitaba.
Sintió
su corazón acelerarse cuando lo vio subir al escenario, él había prometido
dedicarle su número. Desde que Arturo le había confesado sus sentimientos, todo
era muy confuso para ella.
_
La siguiente canción es para una persona muy especial, la chica que pone mi
mundo de cabeza_ dijo el quinceañero tomando el micrófono
Y
entonces las cuerdas de la guitarra comenzaron a generar un melodioso sonido, y
después su voz, entre profunda y cálida. La hacía sentir especial.
Arturo
significaba mucho en su vida, era quién siempre estaba para ella, el que la
apoyaba en cada una de sus vivencias. Empezó a cuestionarse si estaba enamorada
de él.
Las
palabras de Arturo le dolieron en el alma. Él, el muchacho perfecto, su sueño
de amor, estaba enamorado de otra.
_
¿Estás bien?_ le preguntó Matías acercándose a ella
_
Si_ respondió con dificultad
Observó
a su rival, esa chica de largo cabello castaño y ojos marrones. Ella era su
competencia.
Después
de su shock inicial, lo pensó mejor, el quinceañero era lo que siempre había
soñado y no pensaba rendirse tan fácil. Solo debía esforzarse un poco más.
El
quinceañero brillaba en el escenario, ¿De quién había heredado su talento? Ella
no cantaba y hasta donde podía recordar, su padre tampoco.
Cantaba
con todo el corazón, porque estaba enamorado, si, estaba enamorado de esa chica
castaña que vivía en el hotel. Era la primera vez que lo notaba, ¿Cuánto
llevaba fijándose en ella?
No
lo sabía, no sabía nada sobre su propio hijo. Tampoco era que él fuera un libro
abierto, de hecho Arturo la mantenía al margen de su vida, contándole solo los
hechos que consideraba adecuados.
Dio
media vuelta, había tomado una decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario