_Oye…
¿Qué onda con mi hermana?_
_
¿De qué hablas?_
_
Hace días que están muy raros… ¿Son novios?_
_
¡No!_ intentó disimular
_
Más vale. Ella terminará siendo novia de Matías_ comentó el chico tomando una
manzana del frutero _ Así que no te hagas ilusiones con ella_
Era
demasiado tarde, ya estaba ilusionado, más que eso, estaba enamorado… ¿O no?
Resultaba
reconfortante cenar en la suite de vez en cuando, especialmente ahora que todo
parecía tomar su rumbo. Si bien disfrutaba el tiempo con los Lagos y su madre,
le gustaba volver con los chicos y Fernández.
_
Enano, ve por tus cosas, nos vamos en un rato_ indicó Flor a su hijo
_
Antes de que te vayas, ¿Puedo hablar con ustedes?_ preguntó sentándose en una
silla del comedor
Ellos
dos estaban limpiando la mesa, pero detuvieron sus actividades para escucharlo,
por eso le agradaban.
_
¿Qué ocurre?_ preguntó Mauricio
_
Besé a Candela este fin de semana. Ella no dijo nada, solo se fue y ahora no sé
qué hacer_
Ellos
sonrieron y se sentaron a su lado.
Sabía
que llevaría su tiempo, que debía actuar con cuidado y acercarse lentamente a
él, después de todo, se había marchado sin darle una explicación.
_
No quiero estar contigo_ comentó el niño cruzándose de brazos
_
Enano, yo…
_
¡Te fuiste!, ¡Me ocultaste la verdad y te fuiste!_ exclamó enojado _ ¿Por qué?_
_
Julián_ intentó acariciar su cabello pero él se apartó con brusquedad
Lo
observó detenidamente, era igual a su padre, igual a él mismo a su edad, solo
se diferenciaba por el color de su cabello, clara herencia de su madre.
_
¿Acaso no me querías como hermano?_ gritó conteniendo el llanto
No
dijo nada, solo lo abrazó. El niño comenzó a lanzar manotazos pidiendo que lo
soltara, pero no tardó mucho en corresponder el abrazo y soltarse a llorar.
_
¿Por qué te fuiste?_
_
No soy el mejor hermano del mundo_
_
Ni un poco_ comentó Mauricio entre dientes
Volteó
a verlo, a veces en verdad lo detestaba, pero la mayor parte del tiempo
agradecía que estuviera cerca para cuidar de su hermano.
_
¿Por qué te fuiste?_ insistió Julián entre llantos
_
Ya te lo dije, enano: No soy el mejor hermano. Me asuste_ explicó _ Julián,
perdóname, por todo_ suplicó _ Quiero hablar con los demás_ le dijo a Mauricio
Un
silencio total. Los dos sentados en la fuente del hotel sin nada que decirse.
Mauricio y Florencia le habían dicho que hablara con ella, que aclarara esa
situación y que si en verdad la quería, luchara por su amor. Pero, ¿Cómo podía
empezar?
_
Es un lindo atardecer_ comentó levantando la vista al horizonte
_
Si_ respondió ella
_
Cande, tenemos que hablar… sobre el beso_
Ella
volteó a verlo.
_
No hay nada que hablar_
_
Fue mi primer beso, me alegra que haya sido contigo_ confesó
_
Arturo…
Lanzó
un suspiro.
_
Eres mi amigo, no puedo verte de otra manera. Lo lamento_
_
Entiendo… pero creo que no estás siendo sincera conmigo y también creo que si
me esfuerzo lo suficiente, te podré conquistar_
Ella
formó una pequeña sonrisa, alimentando sus esperanzas.
No
importó cuantas veces insistió, Ezequiel se negó a acompañarla, al parecer
tenía un evento importante con Esmeralda. Así que estaba varada ahí, en la casa
de Guillermo cuidando a los gemelos con el insoportable Matías.
_
Esto no es tan difícil_ comentó engreído
_
Pensé que los machistas no cuidaban bebés_ dijo levantando una ceja
Matías
dejo al pequeño Francisco en su cuna y con un rápido movimiento, la acorraló
contra la pared.
_
No soy tan machista como crees. Admito que eres más fuerte y valiente que yo_
_
¡Aléjate!_ gritó empujándolo
Retrocedió
un par de pasos.
_
Emi, ¿Qué debo hacer para que te des cuenta?... ¡Me encantas!_
Nuevamente
esa sensación en el estómago. Quería golpearlo, pero al mismo tiempo deseaba
que la besara… ¡Pero que estaba diciendo!... ella era novia de Ezequiel. No
podía fijarse en Matías.
_
Lo único que notó es que eres insoportable y que debo cambiar a Mauro_ dijo con
firmeza
Al
día siguiente, después de la escuela, los ocho chicos se encontraban reunidos
en la sala de la suite. Era extraño que Sara no se encontrara en una reunión
familiar.
_
¿Para qué nos reunieron, Fernández?_ preguntó Arturo
_
Si, ¿Por qué estoy aquí?_ dijo Kía confundida
_
¿Y por qué no está Sara aquí?_ cuestionó Paula
_
Chicos hay alguien que quiere hablar con ustedes_ indicó abriendo la puerta de la suite, dejando entrar
a Agustín Garcés
_
¿Qué quieres?_ dijo Arturo a la defensiva
_
Turo, tranquilo_ indicó Garcés _ Solo quiero pedirles perdón por todo lo que
les hice_
_
¿Perdón?_ exclamó Martín con indignación _ ¡Yo no te perdono ni loco!... ¡Nos
golpeabas!_
_
¡Y nos obligabas a robar!_ gritaron los mellizos a la par
_
Además nos encerrabas si no cubríamos la cuota diaria_ añadió Paula
_
Y nos dejabas sin comer por días enteros_ comentó Lucía
Tuvo
que contenerse para no atacar a ese hombre, lo odiaba por todo lo que les había
hecho pasar a los chicos y se estaba esforzando por darle una segunda
oportunidad.
_
Y ni hablar de los tatuajes_ protestó Kía
_
Soy consciente de todo lo que les hice pasar. Sé que no puedo cambiar el
pasado, pero quiero compensarlos_
_
¿Cómo?_ cuestionó Martín enojado
_
Tincho, sé de dónde salió el último vuelo de tu padre. Paula tengo el número
del almirante. De los demás no tengo mucha información, pero puedo ayudarlos en
lo que necesiten_
_
¡Ni lo sueñe!_ exclamó Kía _ ¡Arruinó mi vida!, ¡Me alejó de mis padres por
años!, ¡Lo odio!_ gritó poniéndose de pie para marcharse dando un portazo
_
¿Qué hay de los demás?_ preguntó Agustín observando a los demás
_
De nada me sirve saber de dónde salió mi padre, él murió_ dijo Martín tratando
de ocultar su tristeza. Flor lo abrazó.
_
Puedo encontrar yo sola al almirante_ alardeó Paula
_
No hay nada con lo que nos pueda ayudar_ exclamaron los mellizos
_
Confórmese con que no lo golpeemos cada que lo vemos_ dijo Arturo retirándose
también
Los
chicos comenzaron a levantarse, retirándose de uno en uno, hasta quedar solo
Julián, Flor, Agustín y él.
_
Enano, ¿Tú me perdonas?_ preguntó Garcés acercándose a Julián
Le
costaba mucho mantenerse tranquilo cuando ese hombre se acercaba a los chicos,
especialmente a Julián.
_
Te perdono por todo lo que hiciste en el hogar_ dijo el niño _ Pero no por
abandonarme_ volteó a ver a Flor _ ¿Podemos irnos, mamá?_ suplicó
Ella
asintió y se despidió.
Finalmente
solo quedaron ellos dos.
_
Me odian_
_
Tienen suficientes motivos_ comentó por lo bajo
_
Ya lo sé… pero, el enano…
_
¿Por qué lo abandonaste?_ cuestionó con voz firme
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