martes, 13 de junio de 2017

Capítulo 90: OCULTANDO UN SECRETO

Retrocedió un paso, sin saber qué hacer. Chocó de espaldas contra la pared, quedando acorralado por esa chica de sensual mirada y cabello castaño.
_ Quizá necesitas probar otros labios_ dijo tomando su rostro
_ ¿Qué…
No pudo completar su pregunta, pues Amanda lo besó sorpresivamente.
_ ¡Aléjate, loca!_ gritó apartándola _ ¿Qué te pasa?_
_ Quería que conocieras opciones_
_ ¡Tú no eres una opción para mí!_ concluyó continuando con su camino

Estaba lista para iniciar el partido, se sentía emocionada, era el primero de la temporada, el primer paso para ganar la liga estatal. Había acordado ver a Ezequiel antes de entrar a la cancha, así que dejó que sus compañeras se adelantaran.
_ Hola, nena. ¿A quién esperas?_ la saludó Matías con una sonrisa fanfarrona
_ Espero a Eze_ respondió fastidiada
Le molestaba que siempre estuviera donde ella iba.
_ ¿En serio estás con ese idiota?_ cuestionó incrédulo
_ ¿Y a ti que te importa?_
Tomó su balón e intentó continuar con su camino, pero él se interpuso en su camino.
_ Me importa porque tú me gustas… ¿De verdad crees que estarás mejor con ese aburrido niño rico que conmigo?_
_ Ese aburrido niño rico es divertido y dulce, dos cosas que tú jamás serás_
_ Pero soy valiente, atrevido y puedo hacer esto_ dijo tomando su rostro y besándola
Ella dejó caer su balón, dejándolo rodar y concentrándose en las sensaciones que Matías despertaba en ella. Su beso era distinto a los besos de Ezequiel, con su mejor amigo se sentía segura, con Matías sentía incertidumbre, una adrenalina recorriendo sus venas y un deseo de que no se detuviera jamás.
_ ¿Te gusto?_ preguntó el chico dejando de besarla
_ ¡Eres un idiota!_ gritó _ No me gustas, ni un poco_
_ ¿Por qué no me apartaste entonces?_
Quiso responderle, pero no encontró ningún argumento.
_ Eso pensé_ sonrió y se apartó con un caminar alegre.
_ ¿Estás lista?_ escuchó la voz de Ezequiel
Se giró sobre sus talones y lo vio. La esperaba, la quería y cada vez que la miraba, podía notar la sinceridad de sus sentimientos. Ella también lo quería, jamás lo lastimaría pero no dejaba de sentir que hacía mal en estar con él.


Estaban de fiesta, el equipo de Emi había ganado gracias a que ella anotó el gol ganador, ahora festejaban con una comida en los jardines del hotel. Los observó, a cada uno de ellos. Sara reía divertida compartiendo un trozo de pastel con Leonardo, mientras que Arturo; más parecido al de antes; cantaba con Ezequiel, Emi y Oscar. Un poco más lejos distinguió a Martín y Paula peleando por algún tema sin relevancia. Lucía comía una rebanada de pastel mientras platicaba con Flor y Julián. Esa era su familia, esa era su vida y le encantaba.

Por la noche se encontraba sola en su apartamento, abrigada con una cobija y viendo televisión. Entonces recordó aquella noche, aquella en que Mauricio había llegado a buscarla y pasaron la noche entera platicando en ese mismo sillón. ¿Su historia había acabado ya?
Parecía demasiado injusto que fuera tan fugaz, que lucharan tanto para estar juntos y se disolvieran tan rápidamente.
_ Perdón por llegar tarde_ comentó Rodrigo entrando al apartamento
_ ¿Dónde estuviste hoy?_ preguntó alejando sus recuerdos de su mente
_ Buscando empleo, creo que en el Castillo hay una posibilidad… no tendré el puesto que me darían en el Royal, pero es un avance_
El hotel Castillo. El rival del Royal a solo una cuadra de distancia.
_ ¿Ya me dirás porque te despidieron?_
_ Tuve problemas con los chiquillos de Fernández, es todo lo que te diré_ respondió tomando el control remoto _ Ahora disfrutemos nuestra noche juntos, belleza_
Lo quería, pero no dejaba de preguntarse la verdadera razón de su despido.

Una vez que estuvo de regreso en casa, tuvo tiempo de pensar en el beso de Amanda y en el sentimiento de culpa que le causaba, no solo por ocultárselo a Emi, sino porque en realidad lo había disfrutado. Quería a Emi con todo su corazón pero de pronto se sentía mal por estar con ella, porque había besado a otra chica, porque lo había disfrutado y porque lo que más deseaba en el mundo era contárselo.
_ ¿Estás bien?_ le preguntó Esmeralda entrando en su habitación
Necesitaba un consejo, si, pero no de ella. La experiencia le decía que no era la persona correcta para desahogarse, así que decidió que lo hablaría con alguien más.
_ Todo bien_ respondió _ Solo necesito descansar_
Esmeralda asintió y salió del cuarto.

Cerró la puerta lanzando un suspiro, no solo era Ezequiel, sino que también Leo e incluso el propio Arturo la mantenían al margen de sus vidas. Los veía todo el tiempo buscando al señor Fernández y a su novia en busca de consejos. ¿Era culpa suya? Estaba segura que si.
Avanzó hacía la habitación de su hijo.
_ ¿Cómo te fue hoy?_ preguntó
_ Bien, estuve ensayando con Ezequiel… El lunes son las audiciones para el show de talentos, ¿Nos irás a ver?_
Le parecía divertido hablar con él, pues tenía la sensación de que volvía a ser un niño cuando estaban juntos.
_ Claro que si_
La abrazó sin previo aviso.
_ Me alegra volver a tenerte_ comentó el quinceañero con una sonrisa
_ A mí también_ respondió tratando de ahogar el vacío que sentía en su interior

A la mañana siguiente se despertó más temprano de lo que debería para un domingo y es que el beso de Matías no dejaba de rondar su mente, repetía ese momento una y otra vez. Se sentía fatal por guardarle ese secreto a Ezequiel, aún más porque deseaba contarle.
Tocó a la puerta y espero paciente, pronto ella apareció en bata y despeinada.
_ Buenos días, Flor. Necesito platicar contigo_ dijo
Ella la invitó a pasar y pronto comenzó a contarle todo lo ocurrido en las últimas semanas.

Sus opciones eran limitadas, no conocía a muchas personas con las cuales pudiera conversar sobre temas del corazón, al menos no sin que quisieran asesinarlo por besar a Emilia.
Sabía que ella llegaría, que vendría a visitar a Mauricio y los chicos, así que la espero en el lobby con impaciencia.
_ ¡Flor!_ exclamó al verla _ Necesito platicar contigo_ comentó haciéndola tomar asiento junto a él.

Tras un incómodo momento con Estrella, se dirigió a su oficina, sabiendo que alguien lo esperaba ahí, o al menos eso había dicho ella. Que complicado resultaba trabajar con su ex, especialmente sabiendo que ambos habían retomado su vida amorosa. Abrió la puerta, llevándose una gran sorpresa.
_ ¿Cómo está, hombre rico?_ preguntó su visitante

Después de su charla con Flor ella lo acompañó a ver a Emi, les dijo que tenían que hablar y fue con ellos hasta la fuente del hotel.
_ Ustedes dos tienen algunos secretos que contarse_ les indicó _ Los dejó para que hablen tranquilos_ concluyó alejándose
Quedaron solos, en la misma fuente que habían mantenido su primera conversación real, ahí donde nació su amistad e inició su historia.
_ Tengo algo que contarte_ dijo armándose de valor.


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