Retrocedió
un paso, sin saber qué hacer. Chocó de espaldas contra la pared, quedando
acorralado por esa chica de sensual mirada y cabello castaño.
_
Quizá necesitas probar otros labios_ dijo tomando su rostro
_
¿Qué…
No
pudo completar su pregunta, pues Amanda lo besó sorpresivamente.
_
¡Aléjate, loca!_ gritó apartándola _ ¿Qué te pasa?_
_
Quería que conocieras opciones_
_
¡Tú no eres una opción para mí!_ concluyó continuando con su camino
Estaba
lista para iniciar el partido, se sentía emocionada, era el primero de la
temporada, el primer paso para ganar la liga estatal. Había acordado ver a
Ezequiel antes de entrar a la cancha, así que dejó que sus compañeras se
adelantaran.
_
Hola, nena. ¿A quién esperas?_ la saludó Matías con una sonrisa fanfarrona
_
Espero a Eze_ respondió fastidiada
Le
molestaba que siempre estuviera donde ella iba.
_
¿En serio estás con ese idiota?_ cuestionó incrédulo
_
¿Y a ti que te importa?_
Tomó
su balón e intentó continuar con su camino, pero él se interpuso en su camino.
_
Me importa porque tú me gustas… ¿De verdad crees que estarás mejor con ese
aburrido niño rico que conmigo?_
_
Ese aburrido niño rico es divertido y dulce, dos cosas que tú jamás serás_
_
Pero soy valiente, atrevido y puedo hacer esto_ dijo tomando su rostro y
besándola
Ella
dejó caer su balón, dejándolo rodar y concentrándose en las sensaciones que
Matías despertaba en ella. Su beso era distinto a los besos de Ezequiel, con su
mejor amigo se sentía segura, con Matías sentía incertidumbre, una adrenalina
recorriendo sus venas y un deseo de que no se detuviera jamás.
_
¿Te gusto?_ preguntó el chico dejando de besarla
_
¡Eres un idiota!_ gritó _ No me gustas, ni un poco_
_
¿Por qué no me apartaste entonces?_
Quiso
responderle, pero no encontró ningún argumento.
_
Eso pensé_ sonrió y se apartó con un caminar alegre.
_
¿Estás lista?_ escuchó la voz de Ezequiel
Se
giró sobre sus talones y lo vio. La esperaba, la quería y cada vez que la
miraba, podía notar la sinceridad de sus sentimientos. Ella también lo quería,
jamás lo lastimaría pero no dejaba de sentir que hacía mal en estar con él.
Estaban
de fiesta, el equipo de Emi había ganado gracias a que ella anotó el gol
ganador, ahora festejaban con una comida en los jardines del hotel. Los
observó, a cada uno de ellos. Sara reía divertida compartiendo un trozo de
pastel con Leonardo, mientras que Arturo; más parecido al de antes; cantaba con
Ezequiel, Emi y Oscar. Un poco más lejos distinguió a Martín y Paula peleando
por algún tema sin relevancia. Lucía comía una rebanada de pastel mientras
platicaba con Flor y Julián. Esa era su familia, esa era su vida y le
encantaba.
Por
la noche se encontraba sola en su apartamento, abrigada con una cobija y viendo
televisión. Entonces recordó aquella noche, aquella en que Mauricio había
llegado a buscarla y pasaron la noche entera platicando en ese mismo sillón.
¿Su historia había acabado ya?
Parecía
demasiado injusto que fuera tan fugaz, que lucharan tanto para estar juntos y
se disolvieran tan rápidamente.
_
Perdón por llegar tarde_ comentó Rodrigo entrando al apartamento
_
¿Dónde estuviste hoy?_ preguntó alejando sus recuerdos de su mente
_
Buscando empleo, creo que en el Castillo hay una posibilidad… no tendré el
puesto que me darían en el Royal, pero es un avance_
El
hotel Castillo. El rival del Royal a solo una cuadra de distancia.
_
¿Ya me dirás porque te despidieron?_
_
Tuve problemas con los chiquillos de Fernández, es todo lo que te diré_
respondió tomando el control remoto _ Ahora disfrutemos nuestra noche juntos,
belleza_
Lo
quería, pero no dejaba de preguntarse la verdadera razón de su despido.
Una
vez que estuvo de regreso en casa, tuvo tiempo de pensar en el beso de Amanda y
en el sentimiento de culpa que le causaba, no solo por ocultárselo a Emi, sino
porque en realidad lo había disfrutado. Quería a Emi con todo su corazón pero
de pronto se sentía mal por estar con ella, porque había besado a otra chica,
porque lo había disfrutado y porque lo que más deseaba en el mundo era
contárselo.
_
¿Estás bien?_ le preguntó Esmeralda entrando en su habitación
Necesitaba
un consejo, si, pero no de ella. La experiencia le decía que no era la persona
correcta para desahogarse, así que decidió que lo hablaría con alguien más.
_
Todo bien_ respondió _ Solo necesito descansar_
Esmeralda
asintió y salió del cuarto.
Cerró
la puerta lanzando un suspiro, no solo era Ezequiel, sino que también Leo e
incluso el propio Arturo la mantenían al margen de sus vidas. Los veía todo el
tiempo buscando al señor Fernández y a su novia en busca de consejos. ¿Era
culpa suya? Estaba segura que si.
Avanzó
hacía la habitación de su hijo.
_
¿Cómo te fue hoy?_ preguntó
_
Bien, estuve ensayando con Ezequiel… El lunes son las audiciones para el show
de talentos, ¿Nos irás a ver?_
Le
parecía divertido hablar con él, pues tenía la sensación de que volvía a ser un
niño cuando estaban juntos.
_
Claro que si_
La
abrazó sin previo aviso.
_
Me alegra volver a tenerte_ comentó el quinceañero con una sonrisa
_
A mí también_ respondió tratando de ahogar el vacío que sentía en su interior
A
la mañana siguiente se despertó más temprano de lo que debería para un domingo
y es que el beso de Matías no dejaba de rondar su mente, repetía ese momento
una y otra vez. Se sentía fatal por guardarle ese secreto a Ezequiel, aún más
porque deseaba contarle.
Tocó
a la puerta y espero paciente, pronto ella apareció en bata y despeinada.
_
Buenos días, Flor. Necesito platicar contigo_ dijo
Ella
la invitó a pasar y pronto comenzó a contarle todo lo ocurrido en las últimas
semanas.
Sus
opciones eran limitadas, no conocía a muchas personas con las cuales pudiera
conversar sobre temas del corazón, al menos no sin que quisieran asesinarlo por
besar a Emilia.
Sabía
que ella llegaría, que vendría a visitar a Mauricio y los chicos, así que la
espero en el lobby con impaciencia.
_
¡Flor!_ exclamó al verla _ Necesito platicar contigo_ comentó haciéndola tomar
asiento junto a él.
Tras
un incómodo momento con Estrella, se dirigió a su oficina, sabiendo que alguien
lo esperaba ahí, o al menos eso había dicho ella. Que complicado resultaba
trabajar con su ex, especialmente sabiendo que ambos habían retomado su vida
amorosa. Abrió la puerta, llevándose una gran sorpresa.
_
¿Cómo está, hombre rico?_ preguntó su visitante
Después
de su charla con Flor ella lo acompañó a ver a Emi, les dijo que tenían que
hablar y fue con ellos hasta la fuente del hotel.
_
Ustedes dos tienen algunos secretos que contarse_ les indicó _ Los dejó para
que hablen tranquilos_ concluyó alejándose
Quedaron
solos, en la misma fuente que habían mantenido su primera conversación real,
ahí donde nació su amistad e inició su historia.
_
Tengo algo que contarte_ dijo armándose de valor.
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