_
Ojalá Cande pensara así… Es tu amiga, ¿Y si hablas con ella?_
_
Mañana Chaim y yo acompañaremos a Tincho y Nadia en su primera cita, ¿Qué tal
si vienen con nosotros?_
_
¿Tincho y Nadia?... Ellos son unos nenes… Eso me suena a una excusa para que
Chaim salga contigo… No quiero arruinar su cita_
_
Nada de eso, nosotros ahora somos amigos… Además me interesa otro chico ahora…
El lobo_ sonrió
Observó el calendario, ese era el día. Era
momento de llevar a cabo su tan esperada venganza hacía “Los siete de Garcés”.
_
Todo listo, Sergio_ comentó Rodrigo
_
Perfecto, mañana esos mocosos me las pagaran todas juntas_ sonrió
Avanzó
hacia la ventana de su sala y comenzó a hacer un recuento de su vida.
Dieciocho
años atrás.
Flor
era su amiga desde siempre, desde el momento mismo en que entraron juntos al
preescolar. Estaban siempre juntos, en cada momento del día.
_
Eres un tonto_ bufó la pequeña Flor _ ¿Cómo vamos a sacar la pelota de ahí?_
preguntó señalando la barda de una hermosa mansión
_
Yo lo soluciono_ respondió empezando a trepar
Subió
la barda y saltó sin problema. En medio de ese enorme y bien cuidado jardín
encontró su pelota. Corrió a tomarla, pero un niño fue más rápido que él.
_
¿Qué haces en mi casa?_ reclamó el otro infante
_
Vine por mi pelota_ dijo intentando tomar lo que le pertenecía
_
Está en mi casa, así que es mía_ respondió arrogante
_
¡Es mía!_ exclamó y tomó la pelota para después echar a correr
_
¡Mamá!, ¡Papá!... ¡Un ladrón entró a la casa!_ gritaba el niño persiguiéndolo
Casi
llegaba a la barda cuando escuchó que el otro niño caía al piso.
_
¿Estás bien?_ preguntó Flor acercándose al pequeño malcriado que lloraba
tumbado en el pasto
_
¿Qué haces aquí?_ cuestionó a su amiga _ Te dije que me encargaría_
_
César, espera…Creo que se lastimó_
_
¿Qué importa?, ¡Quería robar nuestra pelota!_
Flor
se acercó más al niño llorón.
_
¿Estás bien?_ insistió _ ¿Quieres jugar con nosotros?_
Para
su sorpresa, aquel niño rico y llorón, asintió.
_
¿Cómo te llamas?_ le preguntó Flor
_
Agustín_
Desde
entonces habían sido amigos, los tres inseparables, los tres mosqueteros.
Condujo
su auto hasta encontrarse frente al hotel. ¿Cómo había pasado de ser el niño
que jugaba a la pelota a ser el adulto que planeaba una venganza contra un
grupo de niños?
Trece
años atrás.
Poco
a poco estaban dejando de ser unos niños. Agustín festejaba su fiesta de trece
años, con una fiesta que él ni en sueños podría tener.
_
¿Quieres bailar?_ preguntó Agustín a Flor
_
Bailará conmigo_ se interpuso tomando la mano de su amiga
_
Es mi fiesta_
Agustín
mantenía esa actitud egoísta, aunque con esa casa, con todos los lujos que lo
rodeaban, no lo culpaba.
_
Bailaré con los dos_ dijo Flor tomando a ambos
Ese
día, durante esa fiesta, decidió que Agus podía tener todo lo que quisiera,
pero el primer beso de Flor, ese sería suyo.
Vio
el amanecer aun dentro de su auto. Ya se encontraba listo para da el siguiente
paso de su plan.
Diez
años atrás.
Era
la fiesta de quince años de Flor, tan ostentosa como los escasos recursos de
sus padres habían podido financiar. Él y Flor habían crecido en un mundo muy
diferente al de su amigo, venían de familias comunes, con trabajos simples y
casa tamaño ordinario.
_
Es momento de tu vals_ dijo tomando la mano de su amiga
Bailaron
juntos, a un ritmo lento, y entonces, después de una larga espera, lo logró.
Besó finalmente a Flor.
Todos
aplaudieron ese beso, todos menos Agustín que salió furioso de aquella fiesta.
Dos
días más tarde, estalló la bomba. Agus le soltó un puñetazo llamándolo traidor
y lo echó de su casa.
La
noticia de la pelea llegó a oídos de Flor y los obligó a reunirse y
reconciliarse.
_
Nunca más besaré a uno de ustedes_ dijo _ Somos los tres mosqueteros y debemos
seguir así_ concluyó
Y
así fue, el romance se alejó de su relación. Volvieron a ser los tres
mosqueteros y a disfrutar de su amistad.
Salió
del auto y entro al Royal, completamente decidido a continuar con su venganza.
Siete
años atrás.
Llegó
esa dura época en la que sus amigos buscaban hacer su propio camino, Agustín
llevaba ya un año en la universidad y ahora era turno de Flor. Él no
estudiaría, su familia no podía pagarlo.
_
¡Los extrañaré tanto!_ dijo Flor abrazándolos
Había
conseguido una beca para la carrera que tanto anhelaba y debía marcharse a
estudiar lejos. Ese día se marcharía.
_
Es una lástima que debas marcharte ahora… Necesitaré una niñera para cuando
nazca el bebé_ comentó la madre de Agustín
_
Vendré a visitarlos. Cuídense_ concluyó
ella subiendo al autobús
Ese
fue el fin de los tres mosqueteros, sin Flor y con Agus estudiando, pronto él
quedó solo trabajando como cargador en un mercado local.
Fueron
meses en los que no supo nada de sus amigos, solo se dedicó a trabajar. Un día
recibió una llamada de Agustín. Sus padres habían muerto y no tenía nada, solo
esa vieja casa hogar que sus padres ocupaban para evadir impuestos… era su
única salvación y lo necesitaba para mantenerse a flote.
Aceptó
el trabajo sin pensarlo, era mejor que matarse cargando cajas en el mercado. Y
así empezó su asociación maligna.
Encontró
a los infantes jugando en el jardín del hotel. Tenía muy en claro cuál de ellos
era su objetivo: Martín.
Durante
años se encargó de reclutar a los chicos que podían ayudar a su pequeña
corporación del robo. Sabía elegir a los niños con potencial y que no generaban
demasiados problemas, pero cuando su socio llegó con ese niño supo que traería
problemas.
_
No entiendo porque lo quieres aquí_ reclamó después de haber llevado a Julián a
ser tatuado _ Intentó escaparse y eres demasiado blando con él_
_
Es útil, lo sé_
_
Yo sé que si lo mantienes aquí, nos hundirá_ exclamó _ ¡Si tanto insistes en
tenerlo aquí, tendré que disciplinarlo!_
_
Es muy pequeño para tus castigos_
_
Tonterías…
No
se equivocaba, ese niño terminó por llevarlos a la ruina… Por eso lo odiaba
tanto, pero ese día no era su deber ocuparse de él.
Se
encontraba jugando con Nadia, Benjamín y Lucía en el jardín del hotel. Estaba
emocionado, esa tarde iría al cine con Nadia y Kía, sus dos amores.
_
Hola, ¿Me extrañaron?_ preguntó una voz que le hizo quedar paralizado
Sergio.
Su verdugo.
Tomó
la mano de Nadia y echó a correr.
Lu
y Benja intentaron correr también, pero Sergio logró capturar a su amiga,
llevándosela.
No
había podido capturar a Martín, pero tenía a Lucía y eso era suficiente. Había
dormido a la niña y ahora la llevaba a su guarida.
_
Todo salió bien_ comentó Rodrigo a su llegada
Cargó
a la niña y la llevó a una habitación, donde la dejó junto a Julián.
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