jueves, 12 de octubre de 2017

Capítulo 118: LOS TRES MOSQUETEROS

_ Ojalá Cande pensara así… Es tu amiga, ¿Y si hablas con ella?_
_ Mañana Chaim y yo acompañaremos a Tincho y Nadia en su primera cita, ¿Qué tal si vienen con nosotros?_
_ ¿Tincho y Nadia?... Ellos son unos nenes… Eso me suena a una excusa para que Chaim salga contigo… No quiero arruinar su cita_
_ Nada de eso, nosotros ahora somos amigos… Además me interesa otro chico ahora… El lobo_ sonrió

 Observó el calendario, ese era el día. Era momento de llevar a cabo su tan esperada venganza hacía “Los siete de Garcés”.
_ Todo listo, Sergio_ comentó Rodrigo
_ Perfecto, mañana esos mocosos me las pagaran todas juntas_ sonrió
Avanzó hacia la ventana de su sala y comenzó a hacer un recuento de su vida.
Dieciocho años atrás.
Flor era su amiga desde siempre, desde el momento mismo en que entraron juntos al preescolar. Estaban siempre juntos, en cada momento del día.
_ Eres un tonto_ bufó la pequeña Flor _ ¿Cómo vamos a sacar la pelota de ahí?_ preguntó señalando la barda de una hermosa mansión
_ Yo lo soluciono_ respondió empezando a trepar
Subió la barda y saltó sin problema. En medio de ese enorme y bien cuidado jardín encontró su pelota. Corrió a tomarla, pero un niño fue más rápido que él.
_ ¿Qué haces en mi casa?_ reclamó el otro infante
_ Vine por mi pelota_ dijo intentando tomar lo que le pertenecía
_ Está en mi casa, así que es mía_ respondió arrogante
_ ¡Es mía!_ exclamó y tomó la pelota para después echar a correr
_ ¡Mamá!, ¡Papá!... ¡Un ladrón entró a la casa!_ gritaba el niño persiguiéndolo
Casi llegaba a la barda cuando escuchó que el otro niño caía al piso.
_ ¿Estás bien?_ preguntó Flor acercándose al pequeño malcriado que lloraba tumbado en el pasto
_ ¿Qué haces aquí?_ cuestionó a su amiga _ Te dije que me encargaría_
_ César, espera…Creo que se lastimó_
_ ¿Qué importa?, ¡Quería robar nuestra pelota!_
Flor se acercó más al niño llorón.
_ ¿Estás bien?_ insistió _ ¿Quieres jugar con nosotros?_
Para su sorpresa, aquel niño rico y llorón, asintió.
_ ¿Cómo te llamas?_ le preguntó Flor
_ Agustín_
Desde entonces habían sido amigos, los tres inseparables, los tres mosqueteros.

Condujo su auto hasta encontrarse frente al hotel. ¿Cómo había pasado de ser el niño que jugaba a la pelota a ser el adulto que planeaba una venganza contra un grupo de niños?
Trece años atrás.
Poco a poco estaban dejando de ser unos niños. Agustín festejaba su fiesta de trece años, con una fiesta que él ni en sueños podría tener.
_ ¿Quieres bailar?_ preguntó Agustín a Flor
_ Bailará conmigo_ se interpuso tomando la mano de su amiga
_ Es mi fiesta_
Agustín mantenía esa actitud egoísta, aunque con esa casa, con todos los lujos que lo rodeaban, no lo culpaba.
_ Bailaré con los dos_ dijo Flor tomando a ambos
Ese día, durante esa fiesta, decidió que Agus podía tener todo lo que quisiera, pero el primer beso de Flor, ese sería suyo.

Vio el amanecer aun dentro de su auto. Ya se encontraba listo para da el siguiente paso de su plan.
Diez años atrás.
Era la fiesta de quince años de Flor, tan ostentosa como los escasos recursos de sus padres habían podido financiar. Él y Flor habían crecido en un mundo muy diferente al de su amigo, venían de familias comunes, con trabajos simples y casa tamaño ordinario.
_ Es momento de tu vals_ dijo tomando la mano de su amiga
Bailaron juntos, a un ritmo lento, y entonces, después de una larga espera, lo logró. Besó finalmente a Flor.
Todos aplaudieron ese beso, todos menos Agustín que salió furioso de aquella fiesta.
Dos días más tarde, estalló la bomba. Agus le soltó un puñetazo llamándolo traidor y lo echó de su casa.
La noticia de la pelea llegó a oídos de Flor y los obligó a reunirse y reconciliarse.
_ Nunca más besaré a uno de ustedes_ dijo _ Somos los tres mosqueteros y debemos seguir así_ concluyó
Y así fue, el romance se alejó de su relación. Volvieron a ser los tres mosqueteros y a disfrutar de su amistad.

Salió del auto y entro al Royal, completamente decidido a continuar con su venganza.
Siete años atrás.
Llegó esa dura época en la que sus amigos buscaban hacer su propio camino, Agustín llevaba ya un año en la universidad y ahora era turno de Flor. Él no estudiaría, su familia no podía pagarlo.
_ ¡Los extrañaré tanto!_ dijo Flor abrazándolos
Había conseguido una beca para la carrera que tanto anhelaba y debía marcharse a estudiar lejos. Ese día se marcharía.
_ Es una lástima que debas marcharte ahora… Necesitaré una niñera para cuando nazca el bebé_ comentó la madre de Agustín
_ Vendré a visitarlos. Cuídense_  concluyó ella subiendo al autobús
Ese fue el fin de los tres mosqueteros, sin Flor y con Agus estudiando, pronto él quedó solo trabajando como cargador en un mercado local.
Fueron meses en los que no supo nada de sus amigos, solo se dedicó a trabajar. Un día recibió una llamada de Agustín. Sus padres habían muerto y no tenía nada, solo esa vieja casa hogar que sus padres ocupaban para evadir impuestos… era su única salvación y lo necesitaba para mantenerse a flote.
Aceptó el trabajo sin pensarlo, era mejor que matarse cargando cajas en el mercado. Y así empezó su asociación maligna.

Encontró a los infantes jugando en el jardín del hotel. Tenía muy en claro cuál de ellos era su objetivo: Martín.
Durante años se encargó de reclutar a los chicos que podían ayudar a su pequeña corporación del robo. Sabía elegir a los niños con potencial y que no generaban demasiados problemas, pero cuando su socio llegó con ese niño supo que traería problemas.
_ No entiendo porque lo quieres aquí_ reclamó después de haber llevado a Julián a ser tatuado _ Intentó escaparse y eres demasiado blando con él_
_ Es útil, lo sé_
_ Yo sé que si lo mantienes aquí, nos hundirá_ exclamó _ ¡Si tanto insistes en tenerlo aquí, tendré que disciplinarlo!_
_ Es muy pequeño para tus castigos_
_ Tonterías…
No se equivocaba, ese niño terminó por llevarlos a la ruina… Por eso lo odiaba tanto, pero ese día no era su deber ocuparse de él.

Se encontraba jugando con Nadia, Benjamín y Lucía en el jardín del hotel. Estaba emocionado, esa tarde iría al cine con Nadia y Kía, sus dos amores.
_ Hola, ¿Me extrañaron?_ preguntó una voz que le hizo quedar paralizado
Sergio. Su verdugo.
Tomó la mano de Nadia y echó a correr.
Lu y Benja intentaron correr también, pero Sergio logró capturar a su amiga, llevándosela.

No había podido capturar a Martín, pero tenía a Lucía y eso era suficiente. Había dormido a la niña y ahora la llevaba a su guarida.
_ Todo salió bien_ comentó Rodrigo a su llegada
Cargó a la niña y la llevó a una habitación, donde la dejó junto a Julián.


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