jueves, 26 de octubre de 2017

Capítulo 122: ALIVIO

_ Si lo lastimas, te denunciaré y volverás a prisión_
_ No me harías eso, somos amigos_
_ Por eso mismo te pido que lo sueltes. Julián es mi hijo y también es el hermano de Agustín_
_ ¿Su hermano?... ¿Así que tú eres el Garcecito?_ preguntó mirando al niño _ Entonces Agus y su tío me lo agradecerán_
Aplicó aún más fuerza, Julián ya no podía respirar.
_ ¡Suéltalo!... César, si lo dejas ir, prometo no denunciarte… Por favor…

Estaba completamente aterrada, ver a su hijo así, en peligro, tan vulnerable, la tenía completamente asustada, sin embargo intentaba razonar con César, estaba segura que si apelaba a su lado humano, ese que sabía que existía… o existió cuando eran niños. Lo más valioso podía usar para salvar a Julián era su amistad con César.
_ Si lo dañas, jamás te perdonaremos, ni yo ni Agus… ¿Quieres arruinar una amistad de toda la vida por una venganza?_
Vio casi en cámara lenta como César liberaba al pequeño. Julián corrió hacia ella, tratando de reponer fuerzas.
Abrazó a Julián con fuerza, tenía miedo de volver a perderlo. Lo sujetó con fuerza y lo levantó en sus brazos.
_ ¡Flor!, ¡Julián!_ exclamó Mau corriendo a alcanzarlos _ ¿Están bien?_
Se percató de que su hijo temblaba y aunque intento separarse un poco, el niño no la soltaba.
_ Pensé que no los vería nunca más_ comentó sin soltarla
_ ¿Dónde está ese enfermo?_ preguntó Mau
Volteo en esa dirección, César ya no estaba ahí, pero no le importaba, solo le importaba que su hijo estaba a salvo y de vuelta con ella.
_ ¿Dónde están Lu y Arturo?_
_ En el auto, vamos_ respondió él
_ Vamos, enano_ indicó a su hijo
Julián seguía temblando, claramente asustado. Lo cargó y empezaron a avanzar hacía la salida.

Ahora que habían recibido el llamado de Mauricio informándoles que Lucía y Julián estaban bien, podían estar tranquilos. Los más jóvenes ya se habían marchado a dormir, mientras que los mellizos, Sara y Ezequiel se encontraban en la sala junto a él.
_ Me alegra que los hayan encontrado_ comentó Ezequiel
_ Si, pero César se escapó_ dijo Emi
_ Con él libre… No podemos estar tranquilos_ añadió Oscar
_ No creo que Mau y Flor permitan que él se vuelva a acercar por aquí… ¿Acaso no han visto cómo se pone Flor cuando se trata de cuidar al enano_ dijo Sara
_Si, los dos los cuidan muy bien_ comentó _ ¿Dónde está la madre de Arturo?_ cuestionó
_ Trabajando_ respondió Ezequiel _ Trabaja mucho_
_ No debería trabajar tanto estando embarazada… ¿Quién los cuida a ustedes?_
_ Están siempre aquí… como si no tuvieran casa_ exclamó Oscar
_ Bueno chicos, ya es tarde… deberían ir a dormir_
_ ¿Puedo quedarme aquí?... Quisiera ver a los chicos cuando lleguen_ preguntó Ezequiel
_ Si, pero vayan a dormir_
_ Gracias, señor Palacios_

Estacionó el auto en la entrada del Royal, si bien ya estaban más tranquilos, seguían alterados por los sucesos del día. Volteó al asiento trasero, los tres chicos se encontraban dormidos.
_ No quiero despertarlos_ comentó
_ Podemos cargar a los enanos, pero con Arturo es mucho más complicado_ bromeó Mau
_ ¿Cuándo hablaremos con él?_
_ Antes de la fiesta de año nuevo… creo que por ahora necesita reponerse_ respondió _ Fuiste muy valiente hoy_
_ Tenía que salvarlo… No sé qué haría sin el enano_ confesó
_ De verdad me encanta verte tan preocupada por ellos_ sonrió
La besó.
_ Vamos, los chicos deben estar preocupados_

Colocó a la niña en su cama, procurando no hacer demasiado ruido. Al parecer todos los chicos ya estaban dormidos y no quería despertarlos.
_ ¿Puedo quedarme aquí hoy?_ preguntó Arturo desde el marco de la puerta
_ Si, sabes que tu cama estará siempre disponible_ respondió
_ Mau… Gracias_ dijo el quinceañero
Sonrió.
_ ¿Qué te parece tan gracioso?_
_ Me llamaste Mau, hacía mucho que no lo hacías_
_ Me confundí, no te acostumbres, Fernández_ dijo saliendo hacía la habitación de los varones
_ ¿Todo bien con el quinceañero?_ preguntó Flor acercándose a él
_ Creo que si… ¿Cómo está el enano?_
_ Agotado… acabo de hablar con Agustín…
_ ¡Otra vez ese tipo!...
_ Nos ayudó a encontrar a los chicos y estaba muy preocupado por el enano_
_ Si estuviera tan preocupado vendría a verlo_ reclamó _ Flor, quédense aquí esta noche… por si acaso_

A la mañana siguiente despertó, estaba en su cuarto, a salvo. Se sintió feliz de saber que estaba nuevamente en casa. Sin embargo cuando buscó a las chicas, no las vio.
_ ¿Dónde están todos?_ preguntó saliendo de su cama
Abrió la puerta de su habitación y se encontró con todos reunidos en la sala, sobre la mesa se encontraba uno de esos desayunos que el señor Palacios acostumbraba llevarles.
_ Bienvenida de nuevo, enana_ comentó Ezequiel con una sonrisa
_ Si, ustedes nos pegaron un gran susto ayer_ añadió Oscar
_ Así que para festejar que están de regreso y César no les hizo nada, preparamos un desayuno genial_ sonrió Martín _ Perdóname por correr y no revisar si estabas bien_
_ No te preocupes, no le habrías ganado a César_ respondió
_ Pero mi mamá lo venció_ alardeó Julián orgulloso
_ Si, ¿Cómo hiciste para que soltara al enano?_ cuestionó Arturo
_ Aunque no lo crean, es buena persona_
Todos hicieron gestos de incredulidad.
_ César y yo somos amigos desde los cinco años, solo tuve que recordárselo_
_ Deberías elegir mejor a tus amistades_ comentó Paula _ Primero Garcés y ahora ese desquiciado_
_ Pero descuida, nosotros somos buena influencia_ bromeó Emi
Estaba en casa y estaba feliz por ello.

Después del desayuno se dirigía a la suite del señor Palacios, después de todo, debía continuar con su extraño empleo. Llamó el ascensor, el cual no tardó mucho en abrir. Candela se encontraba en el interior.
_ ¿A dónde vas, bonita?_ le preguntó
_ A la suite de Fernández… Benja me contó lo de Lu y Julián_ respondió saliendo del elevador
_ Cande… ¿Podemos hablar?_ pidió
_ ¡No!.. Arturo tú estás loco… pasas la vida entera peleando con todos… Y en definitiva no es eso lo que quiero para mí_
_ Mira sé que me he equivocado, pero quiero arreglar las cosas… quizá…
_ No_ lanzó un suspiro _ Volví con Fer anoche y quiero que nuestra relación funcione… así que lo mejor será que nosotros guardemos distancia_
Esas palabras lo golpearon con fuerza.
_ Pero somos amigos, ¿No?_
_ Ya no… De verdad no quiero que me causes más problemas_
Sintió rabia en ese momento, deseaba poder golpear algo, lo que fuera.
_ ¿Qué DICES?_ gritó furioso _ ¿CAUSARTE PROBLEMAS?... ¿YO TE CAUSO PROBLEMAS?_
_ Peleas con todos, rompes cosas, te lanzas sobre autos en movimiento, mientes sobre quien eres y no tienes ningún respeto por las reglas… si, causas muchos problemas y no quiero estar con una persona así, ni como novios, ni amigos, ¡NI NADA!_
_ ¡BIEN!_ exclamó molesto _ No volveré a causarte problemas_ concluyó entrando al ascensor
Apenas se cerró la puerta, comenzó a lanzar golpes contra las paredes.

Habían pasado la noche en la suite y ya era momento de volver a su apartamento. Ahora que la calma había vuelto.
_ ¿Ya estás listo?_ preguntó a su hijo
_ Si… mamá… quiero hacerte una pregunta_ dijo el niño acercándose a ella
_ ¿Qué pasa enano?_ cuestionó Mauricio acercándose a ellos
_ César mencionó a mi tío… ¿Tengo un tío?, ¿Cómo se llama?_ cuestionó curioso


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