lunes, 9 de julio de 2018

Capitulo 3: DÍA DE REYES





Era casi media noche, se suponía que todos debían estar dormidos, pues los reyes magos llevarían regalos a los niños. Pero él estaba despierto, porque no era un niño, ni creía en que unos sabios del oriente fueran a llevarle regalos. Esperaba la llegada de la media noche, porque al dar las doce, sería oficialmente mayor de edad.
_ ¡Feliz cumpleaños, principito!_ exclamó El Lobo bajando de su litera
_ Gracias_ dijo forzando una sonrisa
Aun no se acostumbraba a compartir habitación con él, y aunque ambos trataban de disimularlo, existía cierta fricción en su trato.
_ ¿Qué harás para celebrar?, ¿Tendremos un reventón?_ preguntó
_ No, no quiero festejar… así que vamos a dormir_ concluyó

Despertó esa mañana sintiendo que sería un gran día, salió de su cama de un salto, lleno de emoción. Corrió a la sala y ahí, justo debajo del árbol de navidad, se encontraban un par de cajas de regalos.
_ ¡Mamá!, ¡Despierta!, ¡Despierta!_ exclamó corriendo al cuarto de su madre
_ ¿Qué pasa, enano?_ preguntó ella cubriéndose con las cobijas
_ ¡Si vinieron!, ¡Los reyes magos si vinieron!_ dijo con una sonrisa
_ Claro que sí, enano. Fuiste bueno este año_
_ No sé cómo lo hacen… ¡Siempre me encuentran!_ comentó tomando una de las cajas
_ ¿Cómo?_
_ No sé cómo saben dónde estoy, cuando estaba en el orfanato, y cuando vivía en la calle, con Mónica o aquí_
Su madre formó una sonrisa.
_ Ábrelo_ indicó

Las caras de alegría de los chicos eran algo que apenas podía creer, se sentía mal por no poder pagar él mismo por todos esos preciados regalos, pero le alegraba verlos tan emocionados.
_ ¡Increíble!_ exclamó Arturo abriendo la caja de una nueva laptop
_ Al fin dejarás de pedirme la mía_ comentó Sara
_ Y nosotros dejaremos de pedirles sus teléfonos_ exclamaron los mellizos a coro
_ ¡Yo también debería tener un teléfono!_ reprochó Paula
_ Aun eres muy pequeña_ comentó _ Además ese traje será perfecto para tu siguiente competencia_
_ ¿Una bici?_ cuestionó Lucía _ Pero sin Benja, ya no tengo con quien salir a pasear_
_ Quizá puedas ir con un nuevo amigo_ sonrío Ezequiel
_ ¿Dónde está Leonardo?_ preguntó
_ Afortunadamente, muy lejos de aquí_ respondió Sara
La puerta de la suite se abrió y el señor Palacios ingreso.
_ Os, me parece que dejaron algo para ti en el salón Real_ indicó
El chico formó una sonrisa enorme y salió corriendo de la suite, los demás lo siguieron con la misma emoción.
Bajaron por las escaleras en caravana, corriendo a toda prisa hasta el salón Real. Ahí con un moño gigante se encontraba un elegante piano negro.
_ ¿Es en serio?_ preguntó Oscar sorprendido
_ Eso dice la tarjeta_ respondió el señor Palacios _ Supongo que te portaste muy bien este año_
Los ojos de Oscar brillaron, estaba radiante de felicidad. Corrió a sentarse en el banquillo y sin pensarlo, comenzó a tocar.
_ ¿No le parece demasiado?_ cuestionó a su jefe
_ ¡Para nada!_ exclamó el señor Palacios _ Y para ti también hay un regalo, Fernández… pero ya lo verás a su debido tiempo_

Dieciocho años, la mayoría de edad. En su pueblo se festejaría una gran celebración: la fiesta de coronación. Todos sus súbditos estarían adornando las calles y preparando suculentos platillos. En su castillo habría un bufet y él recibiría finalmente  la corona, convirtiéndose en el absoluto soberano de Banjal.
_ ¡Vamos!, ¡Despierta principito!_ gritó El Lobo lanzándole las llaves de un auto
Su cumpleaños número 18 y él se encontraba trabajando, ¡Vaya fiesta!
_ ¡Principito!_ escuchó una voz conocida a su espalda
Al instante sintió sus brazos rodeándolo, detectó su perfume al instante y volteó para encontrarse con ella.
_ ¡Kía!, ¡Volviste!_ exclamó con una sonrisa
_ Si, y quería darte tu abrazo de cumpleaños_ sonrío
_ Hay fiesta esta noche en el de…_ dijo El Lobo
_ Nada de fiestas_ bufó
_ ¡Nada de ser el principito aburrido hoy!_ exclamó Kía _ ¡Hoy festejamos si o si!_ concluyó

A pesar de haberlo visto tan alegre esa mañana, ahora notaba a Julián un poco cabizbajo, no entendía porque, pues imaginaba que estaría emocionado de poder mostrar a Lucía y Martín los juguetes que había recibido.
_ ¿Qué pasa enano?_ preguntó estacionando el auto
_ Nada_ respondió su hijo con una sonrisa forzada
_ Enano, dime, ¿Qué pasa?_ insistió bajando del auto
Julián bajó también, llevando en sus pequeñas manos su cochecito a control remoto.
_ ¿No te gustaron los juguetes?_
_ Si…
_ ¿Entonces?_
_ Nada_ repitió el niño bajando la mirada
_ Julián, vamos, puedes contarme_ dijo bajando al nivel del niño
_ Es solo que pensé que Agus ya estaría aquí y podríamos jugar juntos_ explicó triste
_ Enano, él ya vendrá_ respondió abrazando a su hijo _ Agus me prometió que vendría_
_ ¡Pero no llega!_ exclamó _ ¡Quiero verlo!, ¡Ni siquiera ha llamado!_
_ Es por que viene en camino_ explicó _ Te aseguro que llegará pronto_

Le gustaba la vida en el hotel, siempre había ruido y movimiento. No conocía muy bien a los chicos, pero le agradaban, todos excepto Leonardo.
_ Tú y yo tenemos que hablar_ le dijo Mauricio sentándose a su lado
Sabía bien lo que quería decirle, pero prefería no escucharlo.
_ Tenemos que ir con el señor Palacios_ los interrumpió Arturo
_ Irán en un momento_ espetó Mau
_ ¡Fiesta!, ¡Una fiesta de locura!_ exclamó Candela entrando a la suite, acompañada de Kía y Sara
_ ¿Qué fiesta?_ cuestionó el gerente del hotel
_ Es cumpleaños de Chaim, festejaremos en su apartamento_ explicó Sara
_ Sin supervisión de un adulto, no lo creo_
_ Como sea, yo no iré_ dijo Arturo _ Las fiestas deben ser entre amigos_ refunfuñó mirando con desprecio a Candela _ Vamos, Sergio_ indicó poniéndose de pie
Se levantó también, cruzando miradas con Candela. Su mejor amigo no lo sabía, pero estaba interesado en ella, desde la noche de año viejo, desde ese beso.
_ Hablaremos luego_ concluyó despidiéndose de Mauricio

Deseaba con ansias que las vacaciones de invierno terminaran ya. Aunque le gustaba tener a los chicos en la suite, sus peleas, discusiones y problemas se incrementaban de manera proporcional a la falta de espacio que generaba tenerlos a todos ahí.
_ ¿Dónde están los demás?_ preguntó Flor dejándose caer sobre el sillón
_ ¡No los invoques!_ exclamó con tono exagerado _ Con los que están ahora, tengo suficiente_ río
_ ¡Cállate!_ gritó Martín desde el interior de su habitación
_ ¡No puedes jugar con esto adentro!_ exclamó Paula
_ Te juro que me volverán loco_ comentó
_ A mí me está volviendo loca el tema de Agus_ dijo ella
_ Volvió a abandonar al enano, ¿Qué te sorprende?_
Tocaron el timbre, así que se levantó del sillón, tratando de ignorar la pelea que Paula y Martín tenían en la habitación de los varones.
Del otro lado del umbral, se encontró con una gran sorpresa.

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