Capítulo 1: CONVIVENCIA
Despertó al sentir los primeros rayos del sol hacer
contacto con su pálida piel. Era momento de levantarse. Al abrir los ojos se
encontró con la misma realidad que los últimos días: una pared con ladrillos al
descubierto, unas cortinas rotas y desgastadas y un cuadro a punto de caer de
la pared.
_ Despierta, hoy te toca lavar los platos_ dijo El Lobo
colocando un plato sobre su improvisada mesa
Si, él, el heredero de Banjal ahora vivía en un diminuto
apartamento y lavaba platos por las mañanas, justo antes de ir a su trabajo.
¿De verdad esa era su vida?, ¿Valía la pena haber renunciado al trono?
Lo sabría cuando Kía volviera, cuando retomara su lucha
para recuperar su amor.
Esa mañana lo primero que recibió fue un lengüetazo en la
cara. Abrió los ojos y se encontró con esa cara peluda, Mike estaba parado en
sus patas traseras lamiendo su cara.
_ ¡Largo de aquí, perro estúpido!_ exclamó empujando al
cachorro con tanta fuerza que lo hizo caer
_ ¡Idiota!, Lo lastimaste_ dijo Martín bajando de su cama
de un salto para auxiliar a su mascota
_ Es su culpa, ¿Por qué diablos debe dormir el perro en
este cuarto?_ cuestionó molesto _ ¡Ya somos demasiados aquí!_
_ Sabes que una noche se queda aquí y otra con las
chicas_ intervino Oscar cubriéndose con su almohada _ ¡Ahora dejen dormir!_
_ ¿Dormir?, ¡Apenas y se puede respirar en este lugar!_
exclamó levantándose de su cama
Apenas logró dar dos o tres pasos cuando tropezó con la
colchoneta que estaba en el piso.
_ ¡Ten cuidado!, ¡Ahora no podré volver a dormir!_
reclamó Sergio haciéndolo rodar para que saliera de su cama
_ ¡Quieren por favor callarse!, ¡Son vacaciones, necesito
dormir!_ dijo Arturo desde su cama
_ ¡Estoy harto!_ gritó furioso _ ¡Aquí no hay espacio!...
¡Además… si ese estúpido perro es de Julián, ¿Por qué no se lo lleva a su
casa?!_
_ ¡Es nuestra mascota!_ respondió Martín abrazando a su
cachorro
_ Pues más vale que lo mantengas lejos de mí… o lo
mataré_ amenazó mientras salía de ese abarrotado cuarto
En el comedor se encontraban Mauricio, el señor Palacios
y las dos más pequeñas colocando platos sobre la mesa.
_ ¿Intentaban iniciar una guerra?_ preguntó Paula _ Sus
gritos se escuchan por todos lados… la suite de al lado está ocupada,
¿Sabes?... ¡Vas a ahuyentar a los huéspedes!_
_ ¡Ojalá!... Así al menos habrá un sitio libre en este
hotel_ bufó
_ Buenos día…
Sara detuvo su frase al verlo, sabía perfectamente porque
estaba molesta, lo había estado todo lo que iba del año y el hecho de vivir
juntos no estaba facilitando en nada la situación.
_ Iré a darme un baño al gimnasio y después al trabajo_
anunció avanzando hacía la salida
_ ¿No llevarás un cambio de ropa?_ cuestionó Lucía
_ Iré por ella a mi suite_
_ Recuerda que deben desocuparla antes del día diez_ dijo
Mauricio
Asintió y salió de aquel lugar, sentía que se quedaba sin
aire cada vez que estaba ahí, ¿Cómo sobreviviría a ese infierno?
Tomó asiento, estaba hambrienta y deseosa de iniciar un
nuevo día, por suerte Leonardo se había marchado, odiaba encontrarlo en su
propia casa. Odiaba compartir espacio con él, odiaba verlo, pero sobretodo
odiaba esa punzada que causaba en su pecho cada vez que su rubio cabello
aparecía en algún rincón o cuando se cruzaba con su sonrisa, cuando eso pasaba,
podía sentir con claridad como su corazón era exprimido.
_ ¿Qué hay para desayunar?_ preguntó tratando de ignorar
el dolor de su alma al ver a su ex novio
_ Licuado de fresas y huevo revuelto con tocino_
respondió Lucía alegremente
_ Suena delicioso_ comentó Sergio rascándose la cabeza
_ Tengo que hablar contigo más tarde_ comentó Mau
apuntando al adolescente
Su teléfono sonó anunciando la llegada de un nuevo
mensaje de texto.
_ ¿Tienes nuevo novio?_ preguntó Martín intentando ver la
pantalla teléfono
_ ¡No!_ exclamó ocultando su móvil
No respondió el mensaje, pues sabía bien quien le había
escrito y no deseaba que el resto de su extraña familia lo supiera.
Candela levantó los platos de la mesa, esa mañana habían
desayunado todos juntos, aprovechando que la señora Ochoa había vuelto de su
viaje.
_ ¿Qué harán hoy?_ preguntó el señor Ochoa antes de salir
_ Iré con Sara al cine… la pobre necesita estar lo más
lejos posible del hotel_ comentó Cande
_ Y yo iré con Lu, vamos a escribir nuestras cartas a los
reyes_ sonrío
_ Pero solo vendrán si se portan bien_ dijo la madre de
Candela
Benja sabía de sobra que eran los padres de Cande, no lo
suyos, pero los quería de ese modo. Amaba vivir con los Ochoa y amaba tener a
su mejor amiga tan cerca.
Estaba en su cuarto, desde la llegada de Sergio, solía pasar más
tiempo en la suite. Le alegraba demasiado tener a su amigo con él. Sergio lo
había ayudado durante su estancia en la escuela militar, y ahora era su turno
de ayudarlo.
_ Me preocupa que Fernández quiera hablar conmigo_
comentó su amigo
_ Relájate, ya se nos ocurrirá algo_ dijo subiendo a su
cama
La puerta de la habitación se abrió, estaban seguros que
sería Mauricio, pero no lo era.
_ ¡No quiero jugar videojuegos!_ exclamó Oscar
_ Emi, ¡Deja ya de rogarle!_ suplicó Ezequiel
_ Es mi hermana y hoy acordamos estar juntos_
_ Pero es mi mejor amiga, lo que significa que a mí me
eligió… contigo tuvo que conformarse_
_ Parecen dos niños_ intervino
De inmediato los dos adolescentes voltearon a verlo con
recelo.
_ Pensándolo mejor, vayamos a jugar videojuegos_ dijo
Oscar _ No quiero estar en el mismo cuarto que este_
_ Por primera vez estoy de acuerdo contigo_ secundo
Ezequiel saliendo nuevamente del cuarto
Oscar lo siguió.
_ ¿Siguen molestos?_ cuestionó
_ Besaste a su chica, ¿Tú que crees?_ respondió Emi
sarcástica _ Pero debo felicitarte, su odio por ti es lo único que los une_
Lanzó un bufido al aire, estaba cansado de su actitud.
Al llegar la hora de la comida, la suite era un completo
caos, sin importar cuanto tratara de mantener el orden, siempre existía algún
conflicto entre los chicos. Las rivalidades y las asperezas parecían haberse
incrementado al iniciar el año.
_ Pásame la salsa_ indicó Paula
_ Tómala tú misma_ dijo Martín de mala gana
_ Toma _ comentó Leo entregando la salsera a la niña
_ Ahora sí, muy amable, ¿No?_ dijo Sara con mala actitud
_ ¿Cuántas veces tengo que pedirte perdón?_ preguntó el
rubio
_ Ninguna, porque no pienso perdonarte jamás_ respondió
Sara
_ Bien dicho, los traidores no deben perdonarse nunca_
añadió Oscar
_ Si_ agregó Ezequiel mirando a Arturo
_ ¿Qué hay de comer?_ preguntó Edgar entrando a la suite
_ ¡Largo de aquí!_ exclamó poniéndose de pie
_ Si, ya somos demasiados aquí_ comentó Leonardo
_ ¿Qué quieres aquí?_ preguntó impidiendo que el
adolescente continuara avanzando
_ Dos cosas: primero, comer. No tienes idea de lo mal que
cocina Clarisa. Y segundo: Memo me pidió que te avisara que te están buscando_
explicó Edgar
_ ¿Quién me busca?_ cuestionó extrañado
_ Ellos_ respondió abriendo más la puerta de la suite
De inmediato Lucía y Benjamín se pusieron de pie,
completamente sorprendidos.
Así arranca la tercera temporada, ¿Qué les pareció?
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