lunes, 16 de julio de 2018

Capítulo 5: PORTADOR DE MALAS NOTICIAS




Se levantó de su cama y salió a la cocina, deseaba un poco de agua. Pasó frente a la mesa y encontró la caja. El regalo de Kía.
Decidió abrirlo, llevándose una agradable sorpresa: ahí dentro, en medio de seda purpura, se encontraba una corona. No era real, pero era un gesto magnifico.
“Sé que ya no serás el rey en tu país, pero igual mereces una corona por ser quien eres. ¡Feliz cumpleaños, principito!”
Sonrió al leer la nota.
Se colocó la corona, le quedaba perfecta. Después de todo, aún tenía esperanza.

Le parecía extraño que Flor se hubiera llevado a Julián apenas llegó y que Mau hubiera entrado a su habitación inmediatamente. Algo extraño estaba pasando y debía averiguar de qué se trataba.
Los más pequeños ya se habían ido a dormir cuando Mauricio finalmente salió de su recamara, todos excepto Oscar y Sara seguían sentados a la mesa.
_ Chicos, tengo que hablar con ustedes_ indicó su tutor sentándose en su sitio
_ ¿Qué pasa?_ preguntó Paula _ ¿Tú y Flor se pelearon?_
Notó de inmediato los rostros de preocupación de sus amigos. Lo cierto es que a él también le preocupaba.
_ No, no chicos_
_ Pero llegó extrañísima y se fue enseguida, ¡No mientas Fernández!_ exclamó la niña
_ No miento_
_ ¿Entonces, que pasó?_ cuestionó
_ A mí no me importan sus problemas de pareja… ¡Me largo a dormir!_ dijo Leonardo levantándose
_ ¡Pero eres idiota!_ comentó Ezequiel _ Ahora esta es nuestra familia_
_ No la mía_ concluyó retirándose
_ ¡Leo!_
_ Déjalo, igual no creo que le importe lo que voy a decirles_
_ ¿Qué pasa Fernández?, ¡Deja ya el misterio!_ exclamó impaciente
Mauricio lanzó un profundo suspiro.
_ Garcés…
_ ¿Qué pasa con ese sujeto?_
_ ¡Pau!, ¡Ya déjenlo hablar!_ gritó Sergio
_ Gracias. Bueno… lo que pasa es que Garcés… Garcés… está muerto_
La noticia lo dejó pasmado, odiaba a Garcés, era la persona que menos le agradaba en el mundo, quien había arruinado su infancia y la de sus amigos.
Observó a los chicos, todos estaban tan sorprendidos como él.
_ ¿Garcés es el tipo que los maltrataba?_ cuestionó Sergio _ ¿El que les hizo los tatuajes?_
_ Si, ese_ respondió casi por inercia
_ ¿C-Co-cómo murió?_ preguntó Emi tan sorprendida como él
_ Parece que chocó de camino al aeropuerto… recién ingresaron su cuerpo al país esta mañana… Flor y yo fuimos a hacer el reconocimiento_
_ Por eso estaba tan mal_ dedujo
_ ¿El enano ya lo sabe?_ preguntó Paula
_ No… Flor comentó que le diría… pero… ella está muy mal, no creo que lo haga_

Todo el camino tuvo que luchar por no soltarse a llorar, Julián la miraba extrañado, pero no le decía nada. No tenía idea de cómo podría darle una noticia tan desgarradora a su hijo.
_ ¿Peleaste con Mau?_ preguntó el niño cuando entraban a su apartamento _ ¿Te hizo algo, mamá?_
Pensó en lo mucho que había buscado Julián a su familia, todo lo que tuvo que pasar antes de descubrir la verdad y lo mucho que sufrió cuando Agustín se fue la primera vez y cuanto se había enojado en la segunda ocasión.
_ No, enano. Mau y yo estamos bien_ respondió avanzando hacía la habitación del pequeño
_ ¿Segura?_ insistió _ Si te hizo sufrir, se las verá conmigo_
El gesto de su hijo la conmovió y tuvo que esforzarse aún más para no llorar.
_ Estoy segura_ reitero distendiendo la cama
_ Está bien, porque no me gustaría que se pelearan_ comentó _ Me gusta que mi familia esté junta y ahora que Agus vuelva, estaremos todos_ sonrío
Sintió como su alma rota, se quebraba aún más. No podía darle esa noticia a su hijo.

Estaba muy contento, ese era el mejor regalo que había recibido en toda su vida. Durante toda la tarde estuvo practicando las canciones que ejecutaría en la boda en la cual había sido contratado para tocar.
_ ¡Excelente!_ lo felicitó el señor Palacios ingresando al salón
_ ¡Gracias!_ exclamó
_ ¿Por qué?_
_ Sé que el piano y todos los regalos que recibimos hoy, los compró usted_
_ No todos_ dijo sentando a su lado en el banquillo _ La novia de Fernández compró varios de ellos_
_ Pero el piano fue su idea, ¿No?_
_ Eres muy talentoso, creo que fue un buen regalo_
_ Lo que no entiendo, es ¿Por qué?_ preguntó _ No entiendo ¿Por qué hace todo esto?, ¿Por qué darnos regalos?, Bueno… ¿Por qué dejarnos vivir en el hotel en primer lugar?_
Tenía esa duda desde el momento en que habían llegado al Royal, ¿Por qué un hombre con tanto dinero les daba a ellos, unos chicos de la calle,  la oportunidad de vivir en ese sitio tan lujoso?
_ Me agradan_ respondió _ Además… le han sido de mucha ayuda a Fernández_
_ Quizá, ha cambiado mucho_ sonrío
_ ¿Hace cuánto aprendiste a tocar?_
_ Desde los cuatro años… mis padres eran músicos. Desde siempre Emi y yo hemos sido músicos_
_ ¿Podrías enseñarme?_
_ Mau me mata si llegó tarde_
_ Yo le explicó_ sonrío

Escuchaba a Paula y Emilia, hablaban sobre la muerte del señor Garcés, si bien ella no lo había conocido, la noticia la tenía tan extrañada como a todos.
_ Pobre enano_ comentó
_ Si… digo Garcés no era la mejor persona, pero era su única familia_ dijo Emi
_ ¿Ya le habrá dicho Flor?_ preguntó Paula
_ No creo… ella también debe estar fatal… Garcés era su mejor amigo_ respondió Emilia _ Si Lu, con un día que no ve a Benja se siente mal, imaginen ella_
Asintió. Sin duda alguna, al día siguiente iría a buscar a Flor.

Odiaba vivir en esa suite, odiaba tener que dormir ahí. Odiaba el hecho de que su cama no era más que un colchón tumbado en el piso. Odiaba escuchar los ronquidos de Oscar. Odiaba que Martín tirara su almohada cada noche y le cayera en la cara. Odiaba con toda su alma vivir ahí. Pero lo que más odiaba eran las mañanas, cuando todos comenzaban a platicar mientras se alistaban.
_ ¿Y que si se murió el tipo que los explotaba?_ cuestionó molesto
Esa mañana, parecía que ese era el tema del día, no hablaban de otra cosa.
_ ¿No se supone que lo odiaban?_
_ Sí, pero también intento arreglarse con nosotros_ respondió Oscar
_ Y bueno… yo viví muchos años con él… Lo odiaba, pero no le deseaba la muerte_ comentó Arturo
_ Cuando el enano se entere…
_ ¿Creen que Flor ya le haya dicho?_ preguntó Ezequiel
_ La verdad, yo creo que no… a Flor le cuesta mucho darle malas noticias al enano_
_ Y Mau tampoco es muy bueno_ añadió Martín
_ ¡Bueno alguien tendrá que decirle al mocoso!_ exclamó enojado _ Yo me voy, ¡Ustedes son insoportables!_

No se había animado a decirle nada a Julián, apenas estaba procesando la información, y no tenía idea de cómo explicárselo a un niño. Su único familiar biológico.
Julián ya había perdido a sus padres, y ahora a su hermano. ¿Cómo diría algo así a su hijo?
_ Tienes que decirle_ indicó Mauricio
_ No puedo… ayer lo intenté, pero no puedo decirle algo así_
_ Le decimos juntos_ dijo Mau tomando sus manos
Leonardo entró a la oficina sin previo aviso
_ No quería interrumpir, solo vine a avisar que ya regresé del trabajo_ comentó el rubio _ Si alguien me necesita, estaré en mi suite_
_ Espera un poco, recuerda que el día diez tiene que estar libre_
_ Ojalá tuviera suficiente para pagar mi suite, o un departamento, o lo que sea… ¡Estoy harto de ese cuarto!_ exclamó Leo
_ Espera, Leo… ¿Sabes dónde está Julián?_
_ En ese micro-espacio que llaman casa, supongo… ¿Ya le dijeron lo de su hermano?_
_ Aún no… le diremos hoy… ¿Podrías decirle que venga?_
_ Como sea_ concluyó saliendo de la oficina
_ Parece que el enano no es tu único problema_
_ No sé qué hacer con él… Solo se habla con su hermano y no muy bien… después de lo que pasó en la fiesta de fin de año, todos lo desprecian_

Faltaban solo cuatro días para que no pudiera volver a su suite, a su espacio. Llegó al Royal cuando tenía doce años, después de la muerte de su padre y desde entonces ese era su único hogar. Ahora su vida parecía bastante horrible, teniendo que compartir habitación, viviendo bajo el mismo techo que su ex novia que lo odiaba a muerte.
_ ¡Lagos!_ escuchó la voz de Olivia acercándose a él
_ ¿Qué pasa?_ preguntó
_ Eso mismo quiero saber, no hemos ni hablado desde año nuevo_
_ Tengo ya suficientes problemas, Oli _ respondió avanzando por el pasillo
_ Por eso mismo, una salida nos caería bien. Hoy a la noche… ¿A las ocho en el lobby?_
_ Si, allá te veo_
_ ¡Perfecto!_ exclamó la rubia plantándole un beso en la mejilla _ Te veo a la noche_ sonrió y se marchó
_ ¿Tienes cita esta noche?_ preguntó Sara acercándose a el
Quiso responder, pero ella no lo dejó.
_ No me importa, puedes hacer con tu vida lo que quieras_ se cruzó de brazos _ ¿Me puedes hacer un favor?_
_ Si_
_ Si Mau pregunta por mí, dile que fui a casa de Kía, ¿Puedes?_
Se encogió de hombros. Le dolía su indiferencia, pero no dejaría que ella lo notara.
Entró a la suite, ahí estaba el niño jugando con Martín y Lucía.
_ Mau y tu mamá quieren verte_ indicó _ Te esperan en la oficina de Fernández_
_ ¿Puedes acompañarlo?_ preguntó el señor Palacios
_ Bien. Vamos, enano_ dijo tomando la mano de Julián
Llevó al niño de mala gana hasta la oficina, simplemente estaba harto de vivir con tanta gente.
_ Aquí está el enano_ dijo empujando al niño dentro de la oficina
_ Siéntate_ indicó Flor
_ Tenemos que decirte algo…
_ Sí, es…
Se disponía a marcharse cuando notó que la voz de Flor se quebraba y sus ojos comenzaban a cristalizarse.
_ Enano…
Mauricio intentó tomar la palabra, pero le ocurrió lo mismo.
_ ¡Bueno, basta!, ¡Se lo digo yo!_ exclamó

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