_ Aquí está el enano_ dijo empujando al niño dentro de la
oficina
_ Siéntate_ indicó Flor
_ Tenemos que decirte algo…
_ Sí, es…
Se disponía a marcharse cuando notó que la voz de Flor se
quebraba y sus ojos comenzaban a cristalizarse.
_ Enano…
Mauricio intentó tomar la palabra, pero le ocurrió lo
mismo.
_ ¡Bueno, basta!, ¡Se lo digo yo!_ exclamó
_ ¡Leo!_ lo reprimió Mauricio pero lo ignoró
_ Enano, escucha… Mau y Flor quieren contarte algo, es
sobre tu hermano_ comenzó a decir
_ ¿Qué pasa con Agus?_
_ Él… bueno… ¿Recuerdas cuando mi tío se fue de viaje?_
_ Si…
_ Pasó algo similar con tu hermano… él no podrá volver,
se fue al cielo_
_ ¿Agus murió?_ preguntó el niño a punto de llorar
_ Sí, pero ¿Sabes una cosa?_
Hubo un silencio abrumador.
_ Tu hermano te quería tanto que te dejó con estas dos
increíbles personas que te van a cuidar muy bien_ dijo señalando a su tutor y
Florencia _ Y él te seguirá cuidando desde el cielo_
Julián comenzó a llorar, una lágrima tras otra. Tuvo un
recuerdo, de cuando su padre había fallecido, fue él quien le dio la noticia a
su hermano, en ese entonces Ezequiel tenía siete años y había sido muy
complicado explicarle lo ocurrido.
Florencia y Mauricio abrazaron al niño. En verdad era
afortunado por tenerlos a ellos, él tuvo que lidiar solo con esa pérdida, y
además cuidar de Ezequiel.
Flor se había marchado con Julián, él decidió reunir a
los chicos para hablar con ellos. Apenas podía creer el motivo por el cual se
llevaba a cabo esa reunión familiar.
_ ¿Funeral?_ cuestionó Martín _ ¿Tenemos que ir al
funeral de Garcés, después de todo lo que nos hizo?_
_ Vamos para apoyar al enano_ intervino Arturo _ Era su
hermano y debe estar destrozado por la noticia_
_ Si… yo al sujeto apenas lo conocí, pero Flor y Julián
nos necesitan_ añadió Sara
_ Conmigo no cuenten, mañana tengo que trabajar_ comentó
Leo
_ Sabemos que no contamos contigo_ atacó Sara _ Siempre
lo hemos sabido_
_ ¿Cuándo será el entierro?_ preguntó Emi
_ Mañana a medio día_ respondió
_ ¿Podemos ir a visitar a Flor hoy?_
_ Si, Pau… iremos hoy por la noche_
_ Nuevamente, no cuenten conmigo_ dijo Leonardo
Sin duda tenía que hacer algo con el mayor de sus chicos,
siempre estaba renuente a mostrarse como parte de la familia. Incluso Sergio se
había integrado.
_ ¡Iremos todos!, ¡Es una orden!_ concluyó
Tener a los chicos cerca la ayudaba un poco, aunque no
impedía que sintiera que el alma se le rompía en mil pedazos. La muerte de Agus
le había dejado un hueco en el pecho, su mejor amigo, su compañero de
travesuras, su confidente de adolescencia, su socio e incluso el que fue su
novio en algún momento. Ese hombre que la había acompañado toda su vida, ya no
estaba.
_ ¿Dónde está Julián?_ preguntó Lucía
_ En su cuarto, está dormido_ respondió
La niña asintió, comprendiendo que no debía molestarlo y
fue corriendo a reunirse con los demás.
_ ¿Cómo está?_
_ Mau, nunca lo había visto llorar tanto_ respondió
abrazando a su novio _ Lloró durante horas, hasta que se quedó dormido_
_ Y tú, ¿Cómo estás?_
_ Sigo sin poder creerlo… Agus era…
Guardó silencio.
_ Sé lo importante que era para ti…. Flor, puedes hablar
conmigo, si quieres…
Lo sabía, pero Agustín era una parte muy importante de su
vida como para resumirlo en unas cuantas palabras.
_ Mañana lo enterraran…
_ ¿Has llamado a alguien?_
_ Agus no tenía familia, solo el enano y no tenía tampoco muchos amigos… No era la
persona más popular_
_ Si, imagino el por qué… Pero… ¿Tiene un tío, no?_
_ Sí, pero no vendrá_ respondió avanzando hacía los
chicos
No quería hablar sobre Cristián, no quería explicar
porque debía proteger a su hijo de aquel hombre.
Ver la tierra caer sobre el ataúd era tan surrealista,
los había dejado completamente atónitos. Tenía sentimientos encontrados al ver
la escena, sentía odio, rencor, tristeza, dolor, remordimiento, una ensalada de
sentimientos.
Julián lloraba sin consuelo alguno, abrazado por Flor
quien también lloraba pero con mayor disimulo.
_ ¿Imaginaste alguna vez que vendríamos al funeral de
Garcés?_ preguntó su hermano
_ Nunca… ni tampoco imaginé que alguien podría llorar por
él_ comentó
_ Me siento un poco mal… como triste_ confesó Oscar
_ Yo también… pero no tiene sentido. No lo queríamos_
_ Pero intentó reivindicarse_ dijo Paula entrando en su
conversación
_ Supongo que es eso_ aceptó
Pero la ensalada emocional continuaba arrasando con todo
en su interior.
Llevaba al niño en brazos, sujetándolo con fuerza. Julián
había caído rendido después de llorar toda la mañana. Observó a los chicos,
permanecían con la misma expresión contrariada del día anterior. Incluso ella
tenía sentimientos encontrados, pues le molestaba el hecho de saber que ahora
debía proteger sola a Julián.
_ Tú y Julián pueden pasar la noche en casa_ comentó Mau
_ No, ya hay mucha gente en tu casa_ respondió _ Además,
necesito estar a solas con el enano un tiempo_
_ Flor, ¿Qué ocurre con su tío?, ¿Por qué no vino?, ¿Por
qué me evades cada vez que pregunto?_ cuestionó
_ No es importante_ concluyó
Deseaba que fuera verdad, que ese tema no fuera
relevante, que no tuviera que resguardar a su hijo de la amenaza que
significaba su único familiar con vida.
No había tenido la oportunidad de conocer al señor Garcés
a detalle, sabía lo mismo que todos: que había sido tutor de los chicos, los
maltrataba y obligaba a robar, sabía que era el mejor amigo de Flor y que los
chicos no lo habían perdonado a pesar de su ofrenda de paz. Lo que no entendía
era porque si los chicos lo odiaban tanto, después del funeral parecían tan…
¿Tristes?
_ ¿Qué les pasa?_ preguntó finalmente Sara
_ Es muy extraño_ respondió Arturo _ Odiaba al sujeto,
¿Por qué diablos me siento así?_ cuestionó
_ Sí, me pasa lo mismo_ confesó Oscar _ Pensé que cuando
esto pasara, no me sentiría tan…
_ Triste, ¿Confundido?_ completó Emi
_ Se sienten culpables_ dedujo
_ ¿De qué?_ cuestionó Paula _ El sujeto nos arruinó la
vida_
_ Por qué ustedes no lo perdonaron_ dijo Lucía
_ ¡Exacto!_
_ Pago el viaje con mis padres y no se lo agradecí_
comentó Kía
_ Sí, pero… ¿Todas las palizas que nos dio?, ¿Las veces
que nos encerró?, ¿Sus castigos?, ¿La vez que casi me arrestan por su culpa?_
exclamó Arturo _ ¡Eso no se puede perdonar!_
_ Igual no importa, ¡Ya murió!_ dijo Sergio
Notó en el rostro de sus amigos que eso era lo que los
tenía tan mal, su verdugo había muerto, pero anteriormente intentó
reivindicarse con ellos. No lo perdonaron y ahora ese peso estaba sobre sus
consciencias.
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