_ Te juro que me volverán loco_ comentó
_ A mí me está volviendo loca el tema de Agus_ dijo ella
_ Volvió a abandonar al enano, ¿Qué te sorprende?_
Tocaron el timbre, así que se levantó del sillón,
tratando de ignorar la pelea que Paula y Martín tenían en la habitación de los
varones.
Del otro lado del umbral, se encontró con una gran
sorpresa. Un par de oficiales se encontraban parados frente a él.
_ ¿Usted es Mauricio Fernández?_ cuestionó uno de ellos
_ ¿Ahora que hizo Arturo?_ preguntó con fastidio
_ Tenemos que hablar con usted, acerca del señor Agustín
Garcés_
Volteó a ver a Flor con extrañeza.
Gracias a las habilidades de negociación de El Lobo, habían logrado salir antes del
trabajo. El departamento era tan pequeño que consideraba imposible que sus
amigos; por pocos que fueran; lograran entrar en él.
_ No quiero fiestas_ repitió por milésima vez en el día
_ Ya verás que te caerá bien_ dijo Kía con una sonrisa
_ Si… además no tienes idea de cuánto costó convencer a
mi primo_ comentó Sara
_ Sí, pero ahora tenemos guardia_ añadió Candela
_ Guille es agradable_ respondió _ Pero igual, no quiero
festejar_ insistió
_ Deja tu amargura principito, hoy será una gran noche_
concluyó Kía con una sonrisa
No. No. No. Se lo repetía una y otra vez. ¡No podía ser
verdad!... Simplemente no podía ser verdad.
_ ¿Están seguros?_ preguntó Mauricio a los oficiales
Ella sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
¡No podía estar pasando!
_ Nos llevó tiempo identificarlo, el cuerpo quedó
desfigurado y sus documentos se quemaron también_ explicó uno de los oficiales
_ ¿Por qué vinieron a esta dirección?_ cuestionó Mau
Ella seguía negando con la cabeza, solo que ahora las
lágrimas habían comenzado a escapar.
_ Es la dirección que tenían en su último empleo en caso
de emergencias_ respondió el segundo oficial
_ Necesitamos que vayan a reconocer el cuerpo_
_ ¡No puedo!_ gritó ella llorando a mares
Mauricio la abrazó con fuerza.
_ Iremos juntos_ le dijo intentando tranquilizarla
Pero era inútil, sentía que una parte de su mundo se
había destrozado. Su amigo, su mejor amigo, aquel que la había acompañado
durante toda su vida, ya no estaba más.
Sabía que lo más importante de toda fiesta era la música,
así que buscó su mejor lista de reproducción y dio inicio a la ambientación.
Comenzó a bailar, divertida, alegre, emocionada por la primera fiesta de
mayoría de edad del año.
De pronto su sonrisa se borró, al ver ese rubio cabello
entrar al apartamento. ¡Claro!... Leonardo era de los mejores amigos de Chaim…
¿Cómo había pensado que no estaría ahí?
_ Perdón por la tardanza, tenía mucho trabajo_ se excusó
el rubio
Formó una mueca de disgusto.
No quería estar ahí, así que tomó su abrigo y se marchó.
Seguía en shock, no podía creer lo que sus ojos habían
visto. Sentía un nudo en el estómago, unas nauseas terribles y una sensación
indescriptible. Observó a Flor, si él se encontraba mal, ella había llegado a
su límite.
Su novia miraba al vacío, estaba ausente. Notó que sus
manos temblaban y su rostro era casi trasparente, además podía notar las
lágrimas a punto de salir de sus ojos.
_ N-N-No lo p-p-pue-puedo creer_ tartamudeó Flor cerrando
la puerta del auto
La miró a los ojos, pudo ver su alma hecha pedazos.
_ Es que… simplemente no puede ser… ¡Ese no puede ser
Agus!_ exclamó furiosa
_ Mi amor, sé que es duro, pero acabamos de verlo_ dijo
con dificultad
_ Me niego a creerlo, ¡No puede ser!, ¡No puede ser!_
repitió ella en medio de un llanto desenfrenado
Recargó su cabeza sobre el respaldo del asiento. Él
tampoco podía creerlo. Garcés nunca había sido su persona favorita, pero no le
deseaba ningún mal.
_ ¿Cómo se lo diré a Julián?_ preguntó su novia calmando
un poco el llanto
Esa era una buena pregunta y tampoco tenía una respuesta.
La fiesta era un completo fracaso, de hecho, era el único
presente en ese lugar. Sara se había marchado al llegar Leo, el rubio se retiró
al ver que ella se iba. Candela se molestó porque Arturo y Sergio llamaron para
informar que no irían y Guillermo y El Lobo se habían marchado en busca de
comida.
_ ¿Listo para la gran sorpresa?_ preguntó Kía entrando al
departamento
_ La gran sorpresa es que esta fiesta es horrible_
respondió molesto _ ¡En Banjal tendría a todos mis súbditos llenando el
castillo de regalos y a todos mis cocineros preparando manjares exquisitos!_
exclamó irritado
_ Parece que volvió el principito arrogante_ comentó Kía
_ ¿Sabes?... Si tanto deseas ser de la nobleza, ¿Por qué no regresas a tu
país?_
<<Por ti>> pensó instantáneamente
_ Si vas a estar quejándote por tu nueva vida, ¡Ve y
regresa a tu vida de lujos!_
_ ¡No puedo!_ gritó _ ¡Renuncié a todo por ti!_ exclamó
observándola fijamente
_ ¿Pero qué dices?_ cuestionó ella
_ Renuncié a mi reino, a la corona, a toda la herencia de
la familia real, a mi título, ¡A todo!... solo para quedarme aquí… en este
sitio horrendo… ¡Por ti!_
Kía se cruzó de brazos.
_ ¿Así que si tu vida es un asco es culpa mía?_ cuestionó
furiosa
_ No dije eso…
_ ¡A veces eres tan insoportable!... Ahora entiendo por
qué se fueron todos_
_ Si quieres también te puedes ir_
No quería que se fuera, pero todo parecía estar tomando
un pésimo rumbo.
_ ¡Bien!... ¡Disfruta tu regalo, principito!_ concluyó dejando una caja sobre la mesa
La vio marcharse, dejándole un enorme dolor en el alma…
ese sin duda era su peor cumpleaños.
Llevaba ya más de un mes viviendo en el hotel, estaba
conociendo bastante bien a los chicos, por el momento quien más le agradaba era
Oscar. El chico era sumamente inteligente, un músico hábil y una buena compañía
para platicar.
_ ¿A dónde fueron?_ preguntó Paula sentándose a la mesa
_ Ya tardaron mucho… ¿Dónde creen que estén?_ comentó
Julián
_ Son novios, es muy obvio que están ocupados… solo
espero que regresen por ti_ dijo Leonardo
_ ¿En qué están ocupados?_ cuestionó Lucía
_ En una cita_ respondió apresurado
_ Si y ojalá que muy pronto… ¡No hay espacio para el
enano aquí!_ exclamó Leo
_ Eres insoportable_ comentó Sara de mal humor
_ Si, además esta es la casa del enano_ intervino Arturo
_ ¿Dónde está Oscar?_ preguntó
_ Ensayando… está vuelto loco de alegría con el piano_
respondió Emi
_ Yo lo único que espero es que nos lleve a la boda… esa
chica es bellísima_ comentó Ezequiel
_ ¿Si te gusta otra chica, porque sigues molesto conmigo
por lo de Amanda?_ cuestionó Arturo
_ La traición es lo que molesta_ respondió Sara mirando a
su ex novio
_ ¡Basta!... Terminando de cenar, se van a dormir_ indicó
Simplemente no sabía cómo Mauricio podía lograr llevar
las riendas de esa casa.
La puerta de la suite se abrió y vio entrar a dos figuras
que parecían ser Mauricio y su novia, pero le costaba reconocerlos debido a la
tristeza en sus rostros.
_ ¿Dónde estaban?_ preguntó Julián apenas los vio
_ Vamos, enano_ indicó Florencia a su hijo
_ Pero…
_ Vamos_ insistió
El niño obedeció sin cuestionar más.
Al final su gran celebración de mayoría de edad había
consistido en ver a Guillermo y El Lobo tomar unas cervezas y hacer chistes que
le parecían de mal gusto. De cierta forma añoraba su vida en el palacio, pero
sabía que no había marcha atrás… sin embargo su único rayo de esperanza era Kía
y sentía que perdió su amor para
siempre.
Se levantó de su cama y salió a la cocina, deseaba un
poco de agua. Pasó frente a la mesa y encontró la caja. El regalo de Kía.
Decidió abrirlo, llevándose una agradable sorpresa: ahí
dentro, en medio de seda purpura, se encontraba una corona. No era real, pero
era un gesto magnifico.
“Sé que ya no serás el rey en tu país, pero igual mereces
una corona por ser quien eres. ¡Feliz cumpleaños, principito!”
Sonrió al leer la nota.
Se colocó la corona, le quedaba perfecta. Después de
todo, aún tenía esperanza.
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