martes, 10 de mayo de 2016

Capítulo 10: LA IRA DE ARTURO

_ ¡No!, mejor acompáñame a tomar la prueba y después vamos al cine_ sugirió Fernando tomando la mano de su novia para salir juntos del salón, antes de hacerlo, se acercó a Arturo _ Aléjate de mi chica, callejerito_ le susurró con desdeño
El quinceañero sintió entonces que toda la ira que había acumulado durante el día, explotaba en su interior y ya no fue capaz de mantener sus puños cerrados pegados a su cuerpo, sino que uno de ellos se estampó en la nariz de su compañero, haciéndolo sangrar.
Fernando tardó unos segundos en reaccionar. Limpió la sangre con la manga de su saco y avanzó hacia su compañero.
_ Ya veo que ni el vivir en un hotel cinco estrellas te ha ayudado a adquirir modales, no eres más que un salvaje recogido de la calle_ dijo con desprecio
Arturo no pudo evitar soltar otro puñetazo y derribar a su compañero de clase, para después colocarse sobre él y continuar con la golpiza, seguramente lo habría dejado inconsciente salvo porque Candela detuvo su puño justo antes de que soltará otro golpe sobre la cara de Fernando.
_ ¡Detente!_ gritó enfadada _ ¿Por qué te comportas asi?_
_ Porque es un pobre diablo_ respondió Fernando
_ ¡Cállate o te callo!_ dijo el quinceañero levantándose _ Por ti, lo dejo en paz… pero a la próxima que me haga enfadar, en verdad lo va a lamentar_ concluyó tomando su mochila para finalmente salir del salón

Mauricio entró a la suite, era la hora de la comida y moría de hambre. Durante toda la mañana había estado esperando a su nuevo aprendiz, pero este no se había presentado. Iba acompañado por Estrella, quien se encontraba dentro de su horario de comida, y eso era perfecto, pues podían comer todos juntos. Cuando llegó, Paula y Lucia se encontraban ya sentadas a la mesa, mientras que Sara y Martín servían la comida.
_ ¿Dónde están Arturo y los mellizos?_ preguntó el gerente a los chicos
_ A los mellizos los castigaron, asi que llegaran tarde, y de Arturo no sé nada_ respondió Sara
Tocaron a la puerta y Paula se levantó de un brinco para ir a abrir, ella esperaba a Nico, quien prometió ir a visitarla después de clases. Pero al abrir no era su amigo quien estaba detrás de la puerta, sino el muy bien parecido Rodrigo De la Cruz.
_ Buenas tardes, ¿Está el señor Fernández?_
_ Si, pasa_ respondió la niña sin despegar la mirada de ese hombre tan perfecto
Rodrigo avanzó hacia el comedor, atrayendo la atención de todos, especialmente de Mauricio, ya que no entendía que estaba haciendo él en su casa.
_ Perdón por no presentarme antes, el señor Palacios insistió en salir a conocer la ciudad, dice que…
_ Un buen gerente siempre conoce un buen lugar para recomendar a los huéspedes_ Mauricio terminó la frase, recordaba muy bien cuando la había aprendido, hacía más de dos años cuando se preparaba para quedar a cargo del Royal.
_ Bien, primero que nada, te presentaré a los chicos… creo que los verás mucho por aquí_ comentó
_ Si, por suerte te veremos seguido_ suspiro Paula observando al recién llegado fijamente
_ Ella es Paula, la mayor es mi prima Sara, la pequeña es Lucia, él es Martin y finalmente ella es Estrella, la recepcionista del hotel y mi novia_
_ ¿Faltan más chicos, no es asi?_
_ Si, Arturo, el mayor, los mellizos; Oscar y Emilia; y el enano que no vive ahora con nosotros_ explicó _ Toma asiento, empezaremos con tus lecciones después de comer_

El aserrín se encontraba en una enorme pila, la cual era necesario dividir en dos partes para poder ser llevada al bote de basura. Ezequiel lleno el recogedor y salió para tirar los restos de madera del taller.
_ Bueno, terminé mi parte… los espero afuera chicos_ dijo Oscar saliendo del aula
Emi se dedicó a juntar los restos de aserrín, para completar el segundo viaje de basura.
_ Todo por tu culpa tengo que hacer esto. Ahora veo para que estás en el taller, eres la que limpia el lugar… digo, algo más no puede hacer una mujer aquí_ comentó Matías
_ ¡Tarado machista!_ gritó Emi _ ¡Todo lo que haces tú, “hombre”, yo lo puedo hacer mil veces mejor_  dijo la chica vaciando un bote lleno de aserrín sobre la cabeza del chico.
Ezequiel entró justo en ese momento al taller.
_ Vámonos Eze, el hombrecito va a terminar de limpiar solo_ concluyó Emi saliendo con su amigo.

El quinceañero se encontraba sentado en la entrada del hotel, tenía mil cosas en que pensar, en la pelea que había tenido con Fernando, la rabia que aún conservaba contra Fernández y la preocupación que le causaba tener al señor Garcés trabajando en el hotel. Necesitaba un respiro, o mejor aún, un amigo. Por eso estaba ahí, tenía que hablar con Chaim.
Desde su regreso al hotel apenas y lo había podido ver, en la fiesta él y Kía parecían estar en su propio mundo, pero ahora tendría la oportunidad de hablar con Chaim. El príncipe apareció al fin, con su uniforme de ballet parking.
_ ¡Chaim!, ¡Me urge hablar contigo!_ exclamó apenas lo vio
_ ¿Qué pasa?, ¿Por qué aun traes el uniforme de la escuela?_ preguntó el joven príncipe
_ Necesito un consejo_ dijo el quinceañero

El niño vio su plato nuevamente, no tenía nada de hambre, el primer día de clases había sido realmente agotador. Y la tarde en el departamento no le ayudaba en lo más mínimo.
_ ¿No tienes hambre?_ preguntó Florencia

_ No, ¿Puedo ir a dormir a mi cuarto?_ respondió el niño levantándose de su silla
_ Espera_ dijo deteniendo al pequeño por el brazo _ Tu profesora me dijo que te estuvieron molestando hoy en la escuela_
Julián clavó la mirada en el piso, con una expresión completamente triste.
_ También me molestaban el año pasado, me decían “huerfanito” y ahora soy “el adoptado”_ respondió _ Al final no hay diferencia entre tener un apellido o no_  

Arturo tardó un buen rato en contarle todo a su mejor amigo, entre las interrupciones de los huéspedes que llegaban a dejar sus autos y otros más que iban a recogerlos. Al final tuvo que hablar en pausas, pero no importaba, necesitaba desahogarse.
_ Me parece que es hora de que hables con Candela_ dijo Chaim _ Hiciste muy mal en lanzarte a golpes en contra del novio_
_ Si, debe pensar que soy un tonto, pero no pude evitarlo_ comentó Arturo cerrando los puños nuevamente _ Si lo vuelvo a ver besándola, ¡Lo mato!_
_ Será mejor que te controles, o te vas a meter en muchos líos_ advirtió el príncipe
_ Tal vez tengas razón_ dijo el quinceañero _ Gracias por todo… ah por cierto, mantén a Kía lejos del hotel_ añadió un tanto preocupado _ Con el Sr. Garcés aquí, no se que puede llegar a pasar_ concluyó

El niño entró a la cocina del hotel, extrañaba tanto ese ambiente, amaba cocinar y aprender lo más posible sobre las artes culinarias. Se acercó a la estufa, un exquisito aroma emanaba de una enorme olla, la crema de elote se veía realmente deliciosa.
_ ¿Extrañas tu trabajo?_ preguntó Nadia asomándose por encima del hombro de su amigo
_ Si, un montón_ respondió Martín
_ Yo también extraño tenerte en la cocina_ terció el Chef Pablo
_ Y yo_ añadió una voz familiar para el niño, la voz de Agustín Garcés
Martín volteó a verlo con sorpresa y angustia.


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