_ ¡No!, mejor acompáñame a tomar la prueba y después
vamos al cine_ sugirió Fernando tomando la mano de su novia para salir juntos
del salón, antes de hacerlo, se acercó a Arturo _ Aléjate de mi chica,
callejerito_ le susurró con desdeño
El quinceañero sintió entonces que toda la ira que había
acumulado durante el día, explotaba en su interior y ya no fue capaz de
mantener sus puños cerrados pegados a su cuerpo, sino que uno de ellos se
estampó en la nariz de su compañero, haciéndolo sangrar.
Fernando tardó unos segundos en reaccionar. Limpió la
sangre con la manga de su saco y avanzó hacia su compañero.
_ Ya veo que ni el vivir en un hotel cinco estrellas te
ha ayudado a adquirir modales, no eres más que un salvaje recogido de la calle_
dijo con desprecio
Arturo no pudo evitar soltar otro puñetazo y derribar a
su compañero de clase, para después colocarse sobre él y continuar con la
golpiza, seguramente lo habría dejado inconsciente salvo porque Candela detuvo
su puño justo antes de que soltará otro golpe sobre la cara de Fernando.
_ ¡Detente!_ gritó enfadada _ ¿Por qué te comportas asi?_
_ Porque es un pobre diablo_ respondió Fernando
_ ¡Cállate o te callo!_ dijo el quinceañero levantándose
_ Por ti, lo dejo en paz… pero a la próxima que me haga enfadar, en verdad lo
va a lamentar_ concluyó tomando su mochila para finalmente salir del salón
Mauricio entró a la suite, era la hora de la comida y
moría de hambre. Durante toda la mañana había estado esperando a su nuevo
aprendiz, pero este no se había presentado. Iba acompañado por Estrella, quien
se encontraba dentro de su horario de comida, y eso era perfecto, pues podían
comer todos juntos. Cuando llegó, Paula y Lucia se encontraban ya sentadas a la
mesa, mientras que Sara y Martín servían la comida.
_ ¿Dónde están Arturo y los mellizos?_ preguntó el
gerente a los chicos
_ A los mellizos los castigaron, asi que llegaran tarde,
y de Arturo no sé nada_ respondió Sara
Tocaron a la puerta y Paula se levantó de un brinco para
ir a abrir, ella esperaba a Nico, quien prometió ir a visitarla después de
clases. Pero al abrir no era su amigo quien estaba detrás de la puerta, sino el
muy bien parecido Rodrigo De la Cruz.
_ Buenas tardes, ¿Está el señor Fernández?_
_ Si, pasa_ respondió la niña sin despegar la mirada de
ese hombre tan perfecto
Rodrigo avanzó hacia el comedor, atrayendo la atención de
todos, especialmente de Mauricio, ya que no entendía que estaba haciendo él en
su casa.
_ Perdón por no presentarme antes, el señor Palacios
insistió en salir a conocer la ciudad, dice que…
_ Un buen gerente siempre conoce un buen lugar para
recomendar a los huéspedes_ Mauricio terminó la frase, recordaba muy bien
cuando la había aprendido, hacía más de dos años cuando se preparaba para
quedar a cargo del Royal.
_ Bien, primero que nada, te presentaré a los chicos…
creo que los verás mucho por aquí_ comentó
_ Si, por suerte te veremos seguido_ suspiro Paula
observando al recién llegado fijamente
_ Ella es Paula, la mayor es mi prima Sara, la pequeña es
Lucia, él es Martin y finalmente ella es Estrella, la recepcionista del hotel y
mi novia_
_ ¿Faltan más chicos, no es asi?_
_ Si, Arturo, el mayor, los mellizos; Oscar y Emilia; y
el enano que no vive ahora con nosotros_ explicó _ Toma asiento, empezaremos
con tus lecciones después de comer_
El aserrín se encontraba en una enorme pila, la cual era
necesario dividir en dos partes para poder ser llevada al bote de basura.
Ezequiel lleno el recogedor y salió para tirar los restos de madera del taller.
_ Bueno, terminé mi parte… los espero afuera chicos_ dijo
Oscar saliendo del aula
Emi se dedicó a juntar los restos de aserrín, para
completar el segundo viaje de basura.
_ Todo por tu culpa tengo que hacer esto. Ahora veo para
que estás en el taller, eres la que limpia el lugar… digo, algo más no puede
hacer una mujer aquí_ comentó Matías
_ ¡Tarado machista!_ gritó Emi _ ¡Todo lo que haces tú,
“hombre”, yo lo puedo hacer mil veces mejor_ dijo la chica vaciando un bote lleno de
aserrín sobre la cabeza del chico.
Ezequiel entró justo en ese momento al taller.
_ Vámonos Eze, el hombrecito va a terminar de limpiar
solo_ concluyó Emi saliendo con su amigo.
El quinceañero se encontraba sentado en la entrada del
hotel, tenía mil cosas en que pensar, en la pelea que había tenido con
Fernando, la rabia que aún conservaba contra Fernández y la preocupación que le
causaba tener al señor Garcés trabajando en el hotel. Necesitaba un respiro, o
mejor aún, un amigo. Por eso estaba ahí, tenía que hablar con Chaim.
Desde su regreso al hotel apenas y lo había podido ver,
en la fiesta él y Kía parecían estar en su propio mundo, pero ahora tendría la
oportunidad de hablar con Chaim. El príncipe apareció al fin, con su uniforme
de ballet parking.
_ ¡Chaim!, ¡Me urge hablar contigo!_ exclamó apenas lo
vio
_ ¿Qué pasa?, ¿Por qué aun traes el uniforme de la
escuela?_ preguntó el joven príncipe
_ Necesito un consejo_ dijo el quinceañero
El niño vio su plato nuevamente, no tenía nada de hambre,
el primer día de clases había sido realmente agotador. Y la tarde en el
departamento no le ayudaba en lo más mínimo.
_ ¿No tienes hambre?_ preguntó Florencia
_ No, ¿Puedo ir a dormir a mi cuarto?_ respondió el niño
levantándose de su silla
_ Espera_ dijo deteniendo al pequeño por el brazo _ Tu
profesora me dijo que te estuvieron molestando hoy en la escuela_
Julián clavó la mirada en el piso, con una expresión
completamente triste.
_ También me molestaban el año pasado, me decían
“huerfanito” y ahora soy “el adoptado”_ respondió _ Al final no hay diferencia
entre tener un apellido o no_
Arturo tardó un buen rato en contarle todo a su mejor
amigo, entre las interrupciones de los huéspedes que llegaban a dejar sus autos
y otros más que iban a recogerlos. Al final tuvo que hablar en pausas, pero no
importaba, necesitaba desahogarse.
_ Me parece que es hora de que hables con Candela_ dijo
Chaim _ Hiciste muy mal en lanzarte a golpes en contra del novio_
_ Si, debe pensar que soy un tonto, pero no pude
evitarlo_ comentó Arturo cerrando los puños nuevamente _ Si lo vuelvo a ver
besándola, ¡Lo mato!_
_ Será mejor que te controles, o te vas a meter en muchos
líos_ advirtió el príncipe
_ Tal vez tengas razón_ dijo el quinceañero _ Gracias por
todo… ah por cierto, mantén a Kía lejos del hotel_ añadió un tanto preocupado _
Con el Sr. Garcés aquí, no se que puede llegar a pasar_ concluyó
El niño entró a la cocina del hotel, extrañaba tanto ese
ambiente, amaba cocinar y aprender lo más posible sobre las artes culinarias.
Se acercó a la estufa, un exquisito aroma emanaba de una enorme olla, la crema
de elote se veía realmente deliciosa.
_ ¿Extrañas tu trabajo?_ preguntó Nadia asomándose por
encima del hombro de su amigo
_ Si, un montón_ respondió Martín
_ Yo también extraño tenerte en la cocina_ terció el Chef
Pablo
_ Y yo_ añadió una voz familiar para el niño, la voz de
Agustín Garcés
Martín volteó a verlo con sorpresa y angustia.
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