Conocía a Esmeralda, la novia del tío de Leo, pero su tío
en sí era aún un completo desconocido para ella y no sabía que esperar de esa
noche, ¿Sería lo suficientemente buena para conseguir la aprobación de Tomás
Lagos o sería despreciada por la familia de su novio?
Tocó la frente del niño por tercera vez, no había duda,
estaba enfermo, tenía fiebre. ¿Cómo era eso posible si recién la noche anterior
se veía completamente sano? Se sentó en la orilla de la cama, sin saber
exactamente qué era lo que debía hacer, era claro que no podía enviarlo así a
la escuela, pero ella debía ir a trabajar y no podía dejarlo solo.
_ Tengo mucho frio_ susurró el niño con apenas un hilo de
voz
_ Llamaré a un doctor_ comentó Florencia mientras salía a
la sala en busca de su celular, entonces vio la puerta de su apartamento
abrirse.
Ahí estaba nuevamente su amigo de la infancia: Agustín.
Entonces lo entendió, él era el culpable, Julián estaba enfermo a causa del
helado que le había llevado, lo mismo había ocurrido en el hotel meses atrás.
Sin dudarlo se lanzó contra él, sujetándolo de la camisa, lo aprisionó contra
la pared.
_ ¿Qué le hiciste al enano?_ preguntó enojada
_ ¡Nada!, ¡No le he hecho nada!_ gritó Agustín quitando
la mano de su amiga bruscamente _ ¿Qué le pasó?_ cuestionó acomodándose la camisa
_ Tiene fiebre, seguramente por el helado que le diste
anoche_ respondió Flor _ Lo mismo pasó cuando lo llevaste a comer al hotel,
después de eso, se desmayó_
_ Tú y yo también comimos ese helado_ se defendió Agustín
_ No tuve nada que ver con esto_
Empezaba a acostumbrarse a la presencia de Rodrigo, no
era tan malo después de todo, pues tenía un poco de ayuda extra, lo cual le
sentaba de maravilla para mantenerse al tanto de los chicos e incluso cocinar
la comida de vez en cuando. Bajo un poco la intensidad del fuego, los chicos no
tardarían mucho en llegar.
_ La mesa ya está puesta_ dijo Rodrigo entrando a la
cocina _ Gracias por invitarme a comer hoy_
Casi al instante la puerta de la suite se abrió, dando
pasó a la voz de los chicos, los mellizos estaban teniendo una especie de
discusión por el tiempo que Emilia pasaba con Ezequiel y Paula gritaba para
callarlos.
_ ¡Ya me cansaron!_ exclamó la niña _ ¡Todo el camino con
lo mismo!, ¿No pueden… _ se detuvo al ver que Rodrigo se encontraba en la suite
_ Hola lindo_ saludo con una sonrisa tímida
_ Hola Pau_ dijo Mauricio incomodo por el interés de su
pequeña en su aprendiz _ ¿Por qué discutían?_
_ Los mellizos_ respondió Martín _ Oscar tuvo un ataque
de celos_ explicó dejando su mochila sobre el sillón
_ Basta de discusiones, vengan a comer_ indicó el gerente
a los chicos, al mismo tiempo que Estrella llegaba para unirse a ellos en la
mesa
Esas comidas familiares se estaban volviendo una linda
costumbre, Estrella y Rodrigo empezaban a volverse una presencia contante
durante ellas, haciendo que todos los lugares en la mesa estuvieran llenos.
_ Esta noche Estrella y yo saldremos a cenar_ anunció
Mauricio una vez que todos empezaron a comer
_ Yo puedo cuidar a los chicos_ se ofreció Sara
deteniendo su siguiente cucharada en mitad del aire
_ Mau dijo que hoy irías a cenar con los Lagos_ intervino
Estrella _ Franco y Alma se ofrecieron a cuidarlos_
Sara asintió, decepcionada de no haber obtenido una
excusa para faltar a la cena con la familia de su novio. Desde la mañana no había
dejado de buscar la manera de escapar de tan importante compromiso.
_ El enano no fue hoy a clases_ comentó Lucia cambiando
el tema_ Benja y yo lo fuimos a buscar, pero nadie sabía nada de él_
_ Seguro que la bruja le hizo algo_ infirió Martín
_ Llamaré a Flor más tarde para preguntarle_ dijo
Mauricio para tranquilizarlos
¿Qué debía usar?, ¿Vestido o pantalón de mezclilla?, ¿Con
el cabello suelto recogido? Faltaba solo una hora para que la cena con los
Lagos diera inicio y ella estaba hecha un manojo de nervios. Llevaba toda la
tarde encerrada en su habitación, tratando de decidir cómo debía ir a la
dichosa cena. Nunca antes había cenado con la familia de alguno de sus novios,
bueno no es que hubiera tenido muchos noviazgos en su vida, pero era la primera
vez que sentía una relación tan formal.
_ ¿Sigues aquí?_ preguntó Emi entrando a la habitación _
Eze me dijo que Esmeralda cocino para su cena de hoy_ añadió subiendo a su cama
en la parte superior de la litera
_ ¡No me pongas más nerviosa!_ gritó Sara _ No sé ni cómo
ir vestida_ exclamó mostrando un cumulo de ropa sobre su cama
_ Tanto lío por eso_ Emi se sentó en la orilla de su
cama, colgando los pies sobre la cabeza de Sara _ Solo sé tú misma_
Para Emilia era sencillo, a ella no le importaba la
opinión que pudieran tener sobre su apariencia, usaba siempre tenis y
acostumbraba compartir playeras y sudaderas de su hermano, era lo más opuesto a
una chica femenina. En cambio Sara era pura vanidad, se arreglaba siempre antes
de salir y combinaba todo su atuendo.
_ Si te quiere, Leo estará feliz uses lo que uses_ se
encogió de hombros y bajo de un saltó de su cama para dejarla sola nuevamente.
Estaba listo, esa noche seria especial, llevaba su mejor
traje y no había forma en que pudiera disimular su sonrisa, una cena con
Estrella a solas era el gran motivo de su felicidad, salió a la sala y ella ya
estaba ahí, con un vestido sencillo pero realmente favorecedor. La besó, casi
ignorando por completo que Lucia, Benjamín y Tincho estaban jugando con su
cachorro justo frente a ellos.
_ ¿Estás lista, hermosa?_ le preguntó con una sonrisa
seductora
En ese preciso instante, antes de que Estrella pudiera
contestar, Sara salió finalmente de su cuarto, vestida con un blusón de licra;
muy fresco, un pescador de mezclilla ajustado y unas Valerinas juego con su
blusa, con el cabello suelto y apenas un toque de maquillaje.
_ Te
ves muy bella_ comentó Estrella _ Seguro que a Leo le vas a encantar_
_ Y hablando de eso, de irme_ dijo tomando su bolso
apresurada _ No quiero llegar tarde, chao_ se despidió mientras salía de la
suite
Mauricio se dispuso a darle otro beso a su novia, cuando
sintió su celular vibrar en el interior de su bolsillo, lo sacó, viendo el
nombre de Florencia en la pantalla.
_ Te estuve marcando, ¿Por qué no respondías?, ¿Cómo esta
Julián?_ empezó a interrogarla _ ¿Qué tiene?_ se apartó un poco de Estrella _
¡No!, Voy para allá_ colgó finalmente.
Estrella lo miró expectante, curiosa de saber lo que le
había dicho, pero casi segura de que su cita se cancelaria.
_ El enano está enfermo_ dijo a manera de disculpa _ Debo
ir a verlo, ¿No hay problema?_ preguntó con una expresión suplicante de
preocupación
Estrella asintió en silencio, sabiendo que esa
probablemente no seria la única cita que terminaría en cancelación, pero después
de todo lo entendía, los chicos eran lo más importante para Mauricio.
_ Gracias mi amor, eres la mejor_ le plantó un beso en
los labios y salió de la suite sin decir nada más.
Se sentaron todos a la mesa, solo faltaba una persona:
Tomás Lagos, quien venia del trabajo a reunirse con la familia. La suite de los
Lagos era de las más grandes del hotel, con dos pisos, cuatro habitaciones, dos
baños, la cocina, el comedor y una espaciosa sala de estar.
_ Esta noche te ves hermosa_ susurró Leonardo al oído de
su novia
Escucharon como se abría la puerta de la entrada, uno a
uno pudieron escuchar los pasos del hombre que finalmente se detuvo frente a la
mesa, el famoso abogado Lagos había llegado a casa y la cena para presentar a
Sara con el único familiar de su novio estaba por dar inicio.
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