_ Ahora intento arreglar mi vida y ustedes no lo
arruinaran_ dio un paso al frente, quedando cara a cara con el quinceañero.
La última vez que habían tenido un encuentro así, Arturo
tenía trece años y era un chico lleno de miedos y rabia, ahora era apenas cinco
centímetros más bajo que él, y su miedo se había convertido en odio. Eso era la
guerra.
_ Ya no te tengo miedo_ lo observó desafiante_ Ni yo ni
ninguno de los chicos_ se cruzó de brazos _ Estás ahora en nuestro hogar, y
aquí nunca nos podrás ganar_
_ Estás muy equivocado, Turo_
El chico despegó los brazos de su pecho, cerrando los
puños, listo para atacar. Odiaba que lo llamara así, odiaba que se viera tan
seguro. Lo odia, lo odia, necesitaba al fin dejar escapar tanto odio en un solo
y certero golpe.
_ ¡Ni siquiera lo pienses!_ sintió la mano de Sara
sosteniendo su brazo _ Déjalo ya_
Arturo la observó con una expresión de verdadero
disgusto, no estaba dispuesto a detenerse justo en ese momento.
_ ¿Qué pasa aquí?_ los interrumpió el aprendiz de
Mauricio, ante el silencio de todos, se decidió a proseguir con su deber _
Fernández los está buscando_ anunció a los dos adolescentes
_ Por hoy te salvaste, Garcés_ dijo Arturo mientras
abandonaba la cocina, sin saber exactamente quien había ganado esa batalla.
Mauricio se encontraba sentado en su sillón, el más
grande, dejando en claro que él era el líder de la familia, o al menos eso
pretendía. Los chicos se encontraban repartidos en los otros sillones,
observando a su tutor, cuando Sara, Arturo y; para su mala suerte; Rodrigo,
entraron en la suite, supo que era momento de iniciar su sesión.
_ Sara me dijo lo que estaban planeando respecto al señor
Garcés_ inició el gerente del hotel _ ¡Chicos no se pueden mandar así!_ exclamó
observándolos fijamente
Arturo le dedico una mirada de enojo a su mejor amiga,
¿Cómo podía haberlos delatado de tal manera?, y él que pensaba que Sara estaba
de su parte.
_ Tenemos que manejarnos con cuidado, si por alguna
razón, los trabajadores sociales consideran que tienen problemas de conducta,
nos separarán_ explicó
_ Yo no quiero que nos separen_ comentó Lucia con la voz
salpicada de miedo y tristeza
_ Dejen esto en mis manos, ¿De acuerdo?_
_ ¡Ni loco!_ Arturo se puso de pie enojado _Tú no sabes
todo lo que nos hiso, ¡Es hora de pagarle con la misma moneda!_
Sara le suplicó en voz baja que volviera a sentarse, y
siguiera escuchando a Mauricio, pero era inútil, Arturo era un huracán, lleno
de rabia e incapaz de ser controlado.
_ Chicos, pueden irse_ indicó Mauricio_ Menos tú, Arturo_
El adolescente gruñó con enojo y se dejó caer nuevamente
sobre el sillón, un nuevo sermón de Mauricio Fernández estaba por dar inicio y
él no estaba en absoluto dispuesto a escucharlo.
_ Me mantendré al margen, ¿Ok?_ dijo el quinceañero _
Ahórrate el discurso_ concluyó cruzándose
de brazos.
Una hora más tarde, Sara se encontraba en la sala de la
suite 5 12, el hogar de los Lagos, donde le contaba a su novio todo lo ocurrido
con respecto al nuevo mesero. No era que Leonardo estuviera muy interesado en
saber respecto a los chicos, en especial sobre Arturo, pero Sara era su pareja
y como todo un buen novio, la escuchaba y apoyaba.
_ Desde que regresamos, es como si fuera otra persona_
comentó Sara respecto a su mejor amigo.
Tenía toda la razón, el quinceañero era una bomba del
tiempo, lista para explotar en cualquier momento. Si bien, antes era rudo y
reservado, ahora era agresivo y sumamente frio.
_ No te armes lío por el callejerito_ la tranquilizó
Leonardo mientas observaba su recién impresa tira de materias
_ ¿No te parece que exageraste un poco con la cantidad de
materias?_ preguntó Sara cambiando abruptamente de tema
_ Quiero nivelarme_ aclaró _ No es justo que mi novia se
vaya a la universidad en un año y siga en preparatoria dos años más. Adelantaré
materias hasta haber avanzado al menos un año_ sonrió _ No quiero quedarme
atrás_
Leonardo estaba decidido a recuperar sus años escolares
retrasados, no solo porque era el mayor en su clase, o porque pronto cumpliría
la mayoría de edad, sino que su principal motivación era Sara, quería que
estudiaran en la misma universidad.
_ Por cierto, mi tío y Esmeralda me pidieron que te
invitará mañana a cenar en casa_ comentó Leo tomando la mano de su novia
La puerta no tenía seguro, así que entró sin ningún
problema, pudo escuchar los sollozos del pequeño en su habitación, avanzó
decidido en esa dirección, pero no logró llegar, puesto que Florencia se
interpuso en su camino.
_ ¿A dónde crees que vas?_ lo frenó
_ A ver a Julián_ respondió Agustín tranquilo _ Le traje
algo_ levantó una bolsa que traía en la mano para mostrársela a su amiga
_ Lo que le dijiste al enano, ¿Era verdad?_
El hombre hizo una cara de fastidio y esquivo a su amiga
para entrar a la habitación del infante, una vez más el niño estaba llorando.
Se sentó a su lado, Julián abrazaba su osito de peluche con fuerza.
_ Hola, Julián_ saludó con una enorme sonrisa _ Traje
helado de galleta, tu favorito, ¿quieres un poco?_
El niño lo observó confundido, aun no estaba seguro que
lo ocurrido el día anterior fuera algo real, no era fácil olvidar los maltratos
que había vivido en el hogar del señor Garcés y empezar a confiar en él. Volteó
a ver a su madre adoptiva, en busca de un poco de ayuda, pero ella se veía tan
confundida como él.
Dos horas más tarde, Julián ya se encontraba
profundamente dormido, Florencia lo llevo cargando de regreso a su cama, el
niño aun abrazaba su oso de peluche. Lo dejó en su habitación y regresó a la
sala junto a su viejo amigo. Se detuvo frente al sillón, observando a Agustín
con detenimiento, colocando los brazos en jarras, exigiéndole una explicación.
_ ¿Por qué siempre está llorando?_ preguntó el hombre sin
dar mucha importancia a la expresión corporal de su amiga _ ¿Es porque extraña
a los demás?_ insistió sin obtener respuesta _ Deja de mirarme así, haces que
me sienta incomodo_ dijo Agustín al ver que ella no le respondía _ Bueno, ya es
muy tarde, debo irme_ se puso de pie y camino hacia la puerta
_ Antes me dirás: ¿Qué es lo que pretendes?_ lo detuvo su
amiga tomándolo por el brazo
_
Descansa Flor_ se soltó y salió finalmente sin decir ni una palabra más.
A la mañana siguiente Sara despertó antes que el resto de
las chicas, pero permaneció en su cama, ese día terminaría su primera semana de
clases, y eso le alegraba, era el fin de las clases de presentación y de
revisión de temarios y reglamentos, pero también era el día en que cenaría con
la familia de su novio.
Conocía a Esmeralda, la novia del tío de Leo, pero su tío
en sí era aún un completo desconocido para ella y no sabía que esperar de esa
noche, ¿Sería lo suficientemente buena para conseguir la aprobación de Tomás
Lagos o sería despreciada por la familia de su novio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario