La chica sintió un líquido frío y espeso resbalar por su
cabeza, una malteada de fresa había sido derramada sobre ella.
_ Ahora estamos a mano, nena_ sonrió el chico de ojos
verdes con una clara expresión de satisfacción
_ Te metiste con la chica equivocada, Santillán_ comentó
Emi poniéndose de pie para verlo cara a cara _ Esto no se quedará así_ le
plantó un puñetazo en la mejilla sin dar aviso alguno de ello.
_ ¿Te volviste loca?_ la frenó Ezequiel
_ ¡Sí!, ¡Te falta un tornillo, nena!_ exclamó sobándose _
No te regreso el golpe solo porque eres mujer_ concluyó retirándose
_ Hasta en eso eres un machista_ gritó Emi, entonces notó
que su amigo la miraba con extrañeza _ Descuida, no le dirá a nadie… con lo
“macho” que es, no va a aceptar que
fue golpeado por una chica, y no volverá a molestarme_ sonrió satisfecha y
orgullosa de su impulsiva solución
Los chicos regresaban al hotel después de la escuela, era
uno de esos pocos días en los que su horario de salida coincidía por completo,
después de todo, las prácticas para el equipo de baloncesto y futbol aún no
había iniciado, así que Arturo y Emi no tenían actividades extracurriculares
por el momento.
_ ¿Cómo les fue en su segundo día de clases chicos?_ les
preguntó Estrella en cuanto entraron a la recepción
_ No muy bien, un chico nuevo me arruino el almuerzo,
pero yo tomé revancha_ sonrió Emi
_ ¡Vaya, vaya, vaya!_ escucharon la voz de Agustín Garcés
acercándose a ellos _ Pero si son seis de los siete de Garcés_ sonrió divertido
mientras se cruzaba de brazos
De inmediato Arturo se tensó, colocándose frente a sus
amigos en una actitud protectora, del mismo modo que Sara.
_ ¡Largo de aquí!_ gritó Arturo
_ Claro, ya los veré luego mis chicos_ se retiró con una
enorme sonrisa en el rostro
En cuanto se marchó, los chicos pudieron relajarse
nuevamente, el verlo siempre les traía malos recuerdos y existía en ellos el
miedo de volver a pasar por la misma situación con el Señor Garcés.
_ Me has dado una gran idea Emi_ comentó Arturo_ Ahora él
está en nuestro territorio, es momento de tomar revancha_ dijo con una sonrisa
de oreja a oreja.
El sonido de las cuchillas contra el hielo era algo que
muy pocas personas podían catalogar como placentero, pero para ella lo era.
Desde que había ingresado a la escuela de patinaje artístico, no había dejado
de asistir a sus lecciones, de acuerdo a su profesora, ella avanzaba rápido, y
tenía talento. Ella simplemente amaba realizar esa actividad, era su gran
pasión.
Levantó la vista para asegurarse que ella seguía ahí, y
así era. Siempre iba a verla practicar, aún incluso cuando había estado en el
orfanato, ella seguía observando sus ensayos y ella continuaba preguntándose el
motivo por el cual lo hacía. Guardó sus cosas y se decidió a averiguarlo de una
vez por todas.
_ ¿Por qué vienes a ver mis ensayos?_ cuestionó la niña
plantándose frente a ella
_ Eres buena_ respondió levantándose de su asiento _ Y
has avanzado muy rápido en tus lecciones_
_ Sí, pero no entiendo porque viene siempre. ¿No se
supone que me odias, Florencia?_ la enfrentó cruzándose de brazos
_ Amo el patinaje artístico, creo que es algo que tenemos
en común_ sonrió levemente _ Vamos, te llevo al hotel, debo ir por Julián_
Paula aceptó el trato, sin saber exactamente si debía o
podía confiar en esa extraña versión de la ex novia de su tutor.
El chico se encontraba de pie frente a los sillones de la
sala, tal como lo haría un comandante ante su fiel batallón, dando indicaciones
sobre su recién elaborado plan de ataque, esta vez, estaban en su territorio,
en su casa y se jugaba bajo sus reglas, no había forma de perder está guerra.
_ ¿Quieres que hagamos que lo despidan?_ preguntó Lucia
un tanto confundida
_ Si_ respondió Arturo _ Fernández dijo que no podía
despedirlo sin justificación, pero si encontramos un motivo para que lo echen,
ni el mismo señor Palacios lo podrá defender_ explicó orgulloso de su brillante
idea
_ ¿Y cómo piensan hacer que lo despidan?_ interfirió
Benjamín, quien había ido a visitar a su mejor amiga
_ Esta es nuestra casa, y estamos llenos de aliados_
comentó el quinceañero _ Lo volveremos loco, hasta que explote y haga alguna
tontería_
_ Más vale que lo logren, además resultó que es amigo de
Flor. El otro día fue al departamento_ dijo Julián
_ ¡Claro!, un ogro y una bruja, ¡Tenían que ser amigos!_
exclamó Martin
Tras una serie de acuerdos, charlas, discusiones, y
muchas aportaciones, el grupo de chicos decidió poner en marcha su plan,
primero logrando sacar al señor Garcés del hotel y más tarde se ocuparían de
alejarlo por completo de la ciudad. Era hora de desquitar por todos aquellos
malos ratos que aquel hombre les había hecho pasar.
Otro día estaba por llegar a su fin, o al menos por
volverse ligeramente más relajado. Desde el amanecer, después de la pequeña
disputa con Arturo, había tenido que ver a Rodrigo, no era que fuera malo o
molesto, de hecho era una persona agradable, pero el hecho de que fuera dos
años menor que él, recién egresado de la carrera de Administración de empras
turísticas y el nuevo protegido del señor Palacios, lo alteraba un poco. Temía
ser remplazado, aunque quizá simplemente su jefe preparaba al novato para
hacerse cargo de algún otro de los hoteles de su cadena.
_ Buenas noches hermosa, ¿Lista para la cena de hoy?_
preguntó a Estrella acercándose a ella en la recepción _ Quiero compensarte por
lo de anoche… pero si hubieras visto como estaba el enano_ empezó a explicar
_ No te preocupes, lo entiendo_ sonrió ella _ Además,
esta noche, yo te ayudaré a cocinar_
_ Me fascinas linda_ le plantó un beso sorpresivo _ Y no
olvides que este fin de semana, salimos a festejar nuestro aniversario_ le
guiño el ojo _ Te espero arriba, empezaré a preparar todo_ la volvió a besar y
se marchó con una enorme sonrisa en el rostro
A la mañana siguiente Emilia y Ezequiel llegaron a su
salón de clases platicando sobre la película que habían visto el día anterior,
y sobre lo amable y simpática que resultaba la novia de Tomás Lagos; llevaba
viviendo en la suite de los Lagos desde el inicio del verano, incluso había
muchos rumores de una próxima boda.
_ Siempre que estoy contigo me divierto un montón_
comentó Ezequiel dedicándole una sonrisa a su amiga.
Una vez más tenía esa extraña sensación en el estómago al
mirarla de forma tan detenida. Emi le sonrió de vuelta, haciendo que su corazón
se acelerara de manera desenfrenada.
_ ¿Qué es esto?_ exclamó la chica al ver una caja de
regalo sobre su pupitre
_ Es un regalo para ti, nena_ sonrió Matías acercándose a
ellos _ Es una ofrenda de paz, para hacer una tregua, ¡Vamos, ábrelo!_
Emilia se acercó dudosa a la caja y levanto con cuidado
la tapa. Sacó del interior una muñeca Barbie vestida con un atuendo de
bailarina de ballet.
_ Así es como debe lucir una verdadera chica, te podría
servir de ejemplo, machorra_
_ Te juro que esta vez si te mato_ dijo la chica cerrando
el puño, lista para golpearlo nuevamente, pero Ezequiel la detuvo
_ No vale la pena Emi_ la tranquilizó el chico _ Déjalo
ya_
Ella se dejó caer sobre su asiento realmente furiosa,
pensando en la mejor manera de tomar venganza contra su nuevo compañero de
clases.
Era la hora pico en el restaurante del hotel, ese día se
inauguraba el congreso de medicina que se llevaría a cabo durante los próximos
cinco días en el hotel. Médicos de todas las especialidades se habían reunido
en el Royal para presenciar la serie de conferencias que pronto comenzarían a
darse en los diversos salones, pero por el momento, la mayoría de ellos
disfrutaba en el restaurante de la deliciosa comida del Chef Pablo.
Arturo sonrió divertido mientras ingresaba al
establecimiento, acompañado por Paula y Oscar, ese era el momento de iniciar
con su revancha.
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