viernes, 13 de noviembre de 2015

Capítulo 86: UNA NOCHE EN CASA DE FLOR

Finalmente llegaron al edificio en que vivía la novia de su tutor. Sintieron un enorme alivio al bajar del auto, todos salvo Sara que había viajado cómodamente en el asiento del copiloto. Ahora se preparaban para una noche en casa de Flor.

Oscar entró al lobby del hotel con la única urgencia de llegar a la suite lo antes posible, pero aun debía esperar a Mau, quien daba un sinfín de indicaciones a Franco sobre cómo cuidar a Martin esa noche, mientras que su hermana seguía riendo a carcajadas con las ocurrencias del menor de los Lagos. Sentía que lo detestaba más que nunca, primero había intentado robarle a su chica y ahora pretendía arrebatarle a su hermana. Al fin subieron todos en el ascensor, fueron los segundos más incomodos para Oscar, en especial cuando Emi se despidió de su nuevo amigo diciéndole que no olvidara que al día siguiente al salir de clases irían por un helado.
_ ¡¿Tan fácil te olvidas de Enrique?!_ exclamó el chico en cuanto abandonaron el ascensor
_ ¿De que estas hablando?_ reclamó su hermana _ No me he olvidado de él y lo extraño como no tienes una idea_
_ Pues lo disimulas muy bien, riendo con tu nuevo amiguito y saliendo con él_
_ Eze también está mal por lo de Kike, además me presta su celular para comunicarme con él_
_ Chicos, entre por favor_ les indicó Mauricio. Los mellizos lo obedecieron al instante.

Sara no dejaba de sonreír a la pantalla de su celular, un mensaje tras otro de su novio le recordaba lo mucho que lo quería. Arturo se sentó a su lado y le arrebató el móvil, estaba cansado de que su mejor amiga lo ignorara por su contrincante.
_ ¡Arturo!, ¡Regresame mi teléfono, ahora!_ gritó enojada
_ Chicos, vengan a cenar_ los llamo Florencia sirviendo la comida sobre la mesa
_ Te lo regresaré después de cenar_ sonrió Arturo y salió corriendo

Emilia retiró los platos de la mesa, observó a su hermano con disgusto y se retiró a su cuarto para ponerse su pijama. Mauricio los había invitado a que vieran juntos una película antes de irse a dormir.
_ No sé qué le pasa_ comentó Oscar _ Desde que llegamos al hotel es como si hubiera perdido a mi melli_
_ Simplemente están creciendo, debes entender que ella tiene sus propios amigos y no necesariamente deben agradarte_ le dijo Mauricio
_ Pero me dio mucho coraje ver que esta tan tranquila, como si no le doliera ni un poco que ellos se fueron_ explicó _ Yo estoy re mal sin saber de Diana, quisiera que estuviéramos juntos en esto_
_ Me parece que Ezequiel tampoco la está pasando bien, solo que él hablo con Emi y le dijo que quería su compañía, deberías hacer lo mismo_
Emi salió de su cuarto, vistiendo su pijama verde agua que consistía en un pescador y una playera de manga corta con un gato estampado al frente. Se detuvo a escuchar la plática entre su hermano y su tutor, hasta que finalmente intervino.
_ Nunca quise dejarte solo en esto_ comentó la chica acercándose a su mellizo _ simplemente me pareció que Eze también estaba mal y la verdad es un gran amigo, deberías intentar conocerlo mejor_
_ Lo pensaré_
_ Mientras lo piensas, vayamos a ver la película_

El apartamento de Flor estaba pensado para una mujer soltera o bien para un matrimonio sin hijos, solo había una habitación, la suya, donde esa noche dormirían ella y las chicas, para los varones había acomodado una serie de colchonetas en la sala. Lucy se había quedado dormida, mientras que Paula escribía en su diario.
 _ Es hora de dormir_ dijo Flor retirando la libreta de la niña _ ¿Qué tanto escribes?_ preguntó curiosa

_ Es mi diario_ contestó cerrando la libreta de un golpe, antes de que la novia de su tutor pudiera leer una letra siquiera. La preadolescente seguía firme en su forma de pensar: Flor no era de fiar, aun incluso si se llegaba a convertir en la esposa de Mau.
Un pedazo de papel logró escapar de las hojas de su diario y cayó sobre el edredón lila que cubría la cama, era la entrada que ella y Nico habían tenido que pagar para entrar a la pista de hielo, para pararse sobre la pista y observar a las bailarinas entrenar. Florencia levantó el boleto y lo observó con atención.
_ ¿Te gusta el patinaje sobre hielo? La directora de esta academia es amiga mía, podría conseguirte una beca_
Paula titubeó unos segundos, patinar sobre hielo era su más grande sueño, pero no aceptaría la ayuda de esa bruja. No la dejaría ganar.
_ Me iré a dormir_ concluyó la chica guardando su libreta al interior de su mochila y cubriéndose con el edredón por completo.

Mientras tanto en la sala de ese mismo apartamento, Arturo libraba una pelea contra su mejor amiga que intentaba recuperar su teléfono celular. Forcejeaban entre sí, debatiéndose por el pequeño dispositivo móvil que pasaba de una mano a otra del quinceañero.
_ Basta Arturo, esto es ridículo, ¡Devuélveme mi celular!_ exigió Sara
El chico formó una sonrisa de oreja a oreja al ver que el aparato vibraba, un nuevo mensaje había sido recibido y era de Leonardo, fingió leerlo, burlándose de su amiga. Pero a Malena no le causo gracia alguna, al verla tan enfadada Arturo finalmente cedió, extendió el brazo, devolviendo el teléfono a su dueña.
_ No lo leí en realidad, dile al riquillo que hizo un buen trabajo hoy y que si te hace sufrir, lo mato_
La chica entendió enseguida el mensaje que intentaba darle, sin pensarlo ni por un segundo abrazó a su mejor amigo con fuerza y le plantó un beso en la mejilla. Finalmente y a pesar de todas sus diferencias, al fin estaba bien con los dos chicos más importantes en su vida: su novio y su casi hermano.

 Emilia dio un gran bocado a su pan tostado con mermelada, esa mañana estaba feliz, la noche que habían pasado había resultado ser grandiosa. Desde hacía años que ella y su hermano no habían sido los únicos en el lugar que habitaban, por un instante había sido como en esas ocasiones que su madre salía con sus amigas una vez al mes y ellos se quedaban con su padre divirtiéndose, solo que sus padres jamás volverían, pero Mau resultaba ser el mejor hermano mayor que podían imaginar.
_ Debemos irnos, se nos hace tarde_ indicó Oscar a su hermana _ Iré a lavarme los dientes y nos vamos_ dijo saliendo a toda prisa hacia el cuarto de baño
Emi se acercó a su tutor, quien aún seguía desayunando. Le dio un beso en la mejilla, dejándolo un poco consternado, ella nunca había hecho algo así. Mauricio la miró confundido, en busca de una explicación.
_ Gracias por todo Mau, fue muy lindo que estando la convención en marcha te tomaras el tiempo de subirnos el ánimo_ explicó, enseguida vio salir a su hermano y sintiéndose algo incomoda se despidió _ Nos vemos más tarde, Oscar te espero afuera_ concluyó tomando su mochila.
Oscar espero hasta que su hermana hubiera salido, después de eso abrazó al gerente del hotel.
_ Gracias, eres el mejor hermano_ dijo el chico para después salir apresurado.
Mauricio se quedó sentado en su asiento, sorprendido de lo mucho que quería a los chicos y más aun de la repentina muestra de afecto de los mellizos.

El beso se repetía en su mente una y otra vez. La torturaba en cada momento del día, cuatro días habían pasado desde ese mágico momento, a partir de ese beso, cada vez que parecía poder llegar a encontrarse con su jefe, lo evadía por completo. Lo vio entonces, se encontraba bajando del ascensor, seguramente se dirigía a su oficina que ahora estaba en remodelación, sus miradas se cruzaron. Ella se ocultó detrás de un cartel que anunciaba paseos turísticos por la ciudad, él avanzó hacia la recepción, pero Franco y Guillermo lo detuvieron antes de que pudiera llegar hasta su lugar.
_Franco, te estaba buscando. ¿Cómo se portó Tincho anoche?_ preguntó Mauricio a su amigo
_ Bastante bien_
_ ¿No tuvo pesadillas en la noche?... ha tenido muchas últimamente_
El subgerente del hotel formó una sonrisa de oreja a oreja, una de esas sonrisas burlescas que solo un viejo amigo puede regalarte de tanto en tanto. Volteó a ver a Guillermo para ver si él respondía a su gesto, pero él parecía estar en otro mundo esa mañana.
_ ¿No te parece gracioso como ha cambiado nuestro pequeño Mauricio desde que llegaron los chicos?_ bromeo Franco dando un codazo a Guillermo
_ Si, supongo_ respondió él con desinterés
_ ¿Qué tienes Memo?, Tu eres siempre el primero en bromear con Mau_ preguntó el subgerente.
Guillermo cambio su semblante, poniéndose serio; cosa que no era nada usual en él; miro a sus amigos, sus dos mejores amigos y confesó aquello que lo tenía tan pensativo esa mañana.
_ Voy a ser papá_









 N/A: 18 capítulos para el gran final, no se los pueden perder, son los mejores ;)

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