_ Perdón que los interrumpa_ dijo Florencia quien al
escuchar la conversación de sus futuros suegros había despertado su curiosidad
sobre el asunto _ Mau no firmaría jamás esto, quiere demasiado a los chicos. Y
yo estoy de acuerdo con la adopción_ concluyó tomando la hoja para dejar en
claro que no permitiría que ellos se deshicieran de los chicos.
Quizá los Fernández no podrían sacar a los ocho menores
de su vida, pero sin saberlo acababan de darle la pieza final del elaborado
plan que ella empezaba a poner en acción.
Paula ajustó las agujetas de sus patines y entró a la
pista, era recién su segunda clase pero había sido promovida al grupo de nivel
intermedio. De pequeña había aprendido a patinar sobre hielo, cuando el
almirante la había llevado por primera vez a una pista en su cumpleaños número
5, desde entonces cada cumpleaños,
premio, logro, etc., le pedía que la llevara, era extraño que al crecer en la
costa tuviera ese gusto arraigado por patinar sobre hielo, pero estaba decidida
a aprender patinaje artístico.
En las gradas Florencia observaba a la niña dar algunos
giros sobre el hielo, su amiga le había pedido que fuera, debido a la sorpresa
que le causaba el talento de su recién integrada alumna. Flor no podía negar
que Paula era talentosa, pero sobre todo que amaba lo que estaba haciendo.
Salió del lugar antes de que la niña pudiera notar su presencia, intentando
acomodar las piezas sueltas de su intrincado plan.
A veces tener el día libre no resulta del todo agradable,
en especial si todos tus amigos se encuentran ocupados y ese era precisamente
el caso de Arturo, era sábado y no tenía con quien salir; Sara había ido al
cine con Leonardo, Chaim y Kía salieron a pasear por la ciudad, los mellizos
debían acompañar a Florencia en sus compras para la boda, Paula estaba en su
clase de patinaje, y los más pequeños jugaban en el jardín del hotel. Mientras
tanto él estaba solo y aburrido en la recepción del hotel, leía uno de los
periódicos que se encontraban ahí. Se informaba sobre un robo al otro lado de
la ciudad, sintió que alguien se sentaba a su lado, pero no le dio importancia
alguna, seguramente era uno de los tantos huéspedes del hotel.
_ ¿Quieres ir a cenar con mi padre y conmigo esta noche?_
Arturo quedó sorprendido ante la pregunta, bajó el
periódico para ver de quien se trataba, era Candela, quien la observaba
suplicante.
_ Necesito que me hagas un favor_ continuó la chica _ Le
dije a mi padre que iría contigo al baile_
_ ¡¿Por qué hiciste eso?!_ exclamó el quinceañero _ Tu
iras con tu novio, ¿No?_
_ Si, iré con Fernando, pero mi padre no aprueba que
salga con él_ explicó Candela _ Fer y yo fuimos novios hace un año, cuando
terminamos mi padre me dijo que me alejara de él pero ahora estamos juntos otra
vez, si le digo que iré con Fernando al baile, no me dejara ir. En cambio sí
voy contigo, podré ir_
Arturo sintió una mezcla de decepción, tristeza y enojo
cuando escuchó las palabras de Candela, ¿Cómo podía pedirle algo así? Ella era
la chica de sus sueños, no quería ayudarla a salir con otro. Quería decirle de
una vez por todas lo que sentía por ella, pero no se atrevía, quizá así debía
de ser, tal vez debían ser sólo amigos, ella era feliz con Fernando y él
seguramente podía encontrar el amor en otro lado.
_ Si, te ayudare_ concluyó el chico renunciando
finalmente a su idea de un noviazgo con Candela.
Mientras tanto en una de las muchas tiendas de vestidos
del centro de la ciudad, Florencia buscaba los vestidos que usarían sus damas
de honor, los mellizos la acompañaban, cumpliendo el trato que habían hecho con
Mauricio dos semanas atrás. Emilia se
paseaba entre los vestidos de noche que adornaban los pasillos de la tienda,
bromeando con su hermano sobre cuál de ellos podría llevar al baile.
_ ¿Qué hacen?_ preguntó Florencia al ver a la chica jugueteando
con un vestido de coctel color azul cielo
_ Emi fantasea con un vestido para el baile… aunque yo
jamás le he visto usar un vestido_ explicó Oscar
Y decía toda la verdad, Emilia no era una chica
precisamente femenina, de hecho el estilo de Emi consistía en pantalones de
mezclilla de corte recto, tenis converse, playeras de distintos colores y
sudaderas estampadas de cierre al frente, en ciertas ocasiones usaba alguna
gorra o boina. Un estilo deportista y casual.
_ ¿Cuándo será el baile?_
_ En tres semanas_ respondió Emilia
_ Bien, por hoy nos olvidaremos de estos vestidos. Hoy
los llevare de compras, se lucirán en ese baile_ dijo Flor dejando a los
mellizos completamente boquiabiertos.
_ Ya está casi todo_ dijo Kía mientras introducía algunos libros
dentro de una caja _ Gracias por ayudarme Chaim_
_ Por ti, haría cualquier cosa_ respondió el príncipe
plantándole un beso _ Te amo_ susurró
_ Y yo a ti_ Kía le dio otro beso.
Nadia examinó la sala del departamento, le parecía tan
emocionante estar ahí de forma clandestina, buscó alguna pista que pudiera
ayudarles, pero no encontró nada. En la habitación Martín también inspeccionaba
el lugar. Estaban en el apartamento de Florencia, aprovechando que ella estaba
de compras y que los padres de Mauricio se encontraban en el hotel. El niño
estaba decidido a probar que la novia de su tutor era malvada y así evitar la
boda.
Finalmente encontró algo que llamó su atención, varios
documentos en el cajón de la mesita de noche de Florencia, tenían el escudo del
consejo tutelar membretado. Era la prueba que necesitaba, sin dudarlo por un
segundo tomó las hojas sin darse el tiempo de leerlas e indicó a su amiga que
era hora de marcharse. Y salieron del apartamento sin dejar rastro alguno de
que alguna vez estuvieron ahí.
Lorenzo Fernández estaba sentado en el sillón de la
habitación 2 15, veía como el más pequeño de los niños que su hijo cuidaba
corría por toda la sala siendo perseguido por su perro. Hacían mucho ruido,
entre los ladridos del cachorro y la risa del niño habían logrado colmarle la
paciencia.
_ ¡Estate quieto mocoso!_ gritó poniéndose de pie y
sosteniendo a Julián por los hombros con fuerza
_ ¡Te dije que los dejaras en paz!_ exclamó Mauricio
saliendo del cuarto de los chicos _ No está haciendo nada malo_
_ ¡Estoy harto de estos escuincles!_ dijo soltando a
Julián con brusquedad _ ¿Es él?_ preguntó Lorenzo a su hijo mientras señalaba
al niño. Julián los observaba confundido sin saber de qué hablaban.
_ Lleva a Mike a pasear, enano_ indico Mauricio al más
pequeño de sus chicos.
_ ¡No!_ respondió el niño cruzándose de brazos _ Quiero
saber de qué hablan_
_ ¡Lo ves, es un insolente!_
Mau levantó al infante en brazos y lo llevó hasta la
puerta, Julián luchaba por liberarse. Tan solo quería entender lo que estaba
pasando. Su tutor no le había dicho aun que pensaba adoptarlo, quería que fuera
una sorpresa y no quería que Leonardo lo echara a perder.
_ Enano, tengo que hablar con mi padre a solas_ explicó
bajando al pequeño _ Ve a mi oficina y te alcanzo en un rato, ¿ok?_
El
niño asintió un poco desanimado, detestaba que lo excluyeran así de las
conversaciones, en momentos como ese deseaba ser mayor y poder quedarse a
escuchar sin problema.
Mauricio fue a su oficina tras otra discusión con su
padre, por fortuna sus padres se irían al día siguiente y al fin tendría un
poco de paz, entró y vio a Julián sentado en el sillón, intentaba distraerse
formando figuras con los pies en la alfombra. Era pequeño, sus pies apenas
tocaban el suelo, vestido con un short, playera a rayas y unos tenis rojos le
pareció que era el niño protagonista de una caricatura parecida a “Daniel el
travieso”. Se preguntó una vez más quienes podrían ser sus padres, pero eso no
importaba más, en mes y medio, seria oficialmente su hijo.
_ ¿Qué haces enano?_ le preguntó sentándose a su lado
_ Te estaba esperando_ respondió el niño _ ¿De que
hablaba tu padre cuando pregunto si era yo?_
El gerente del hotel no sabía si era apropiado decirle la
noticia en ese preciso momento, quizá debería esperar un poco más. Estaba a
punto de responder la pregunta del pequeño con una excusa cuando la puerta de
la oficina se abrió. Florencia y los mellizos entraron a la nueva oficina de
Mauricio.
_ Hola mi amor_ saludo Flor a su novio
_ ¿Cómo les fue en sus compras?_ preguntó el gerente
_ ¡Genial!_ exclamó Emilia
_ Flor nos compró algunas cosas para el baile_ dijo Oscar
Martín llegó corriendo, llevando en la mano los
documentos que había encontrado en el apartamento de Florencia, detrás de él,
Lucia intentaba averiguar que tramaba su amigo.
_ ¡Mau!, Tienes que ver esto… ¡Tu novia es una bruja!_
gritó el niño mientras ondeaba los papeles al aire.
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