_ ¿Tú estás de acuerdo con que Mauricio cuide a eso
mocosos?_
_ Me ha costado, pero nos estamos acoplando a ellos_
_ Deberías hacer algo para deshacerte de ellos, si
quieres te podemos ayudar_ comentó la madre de Mauricio
Tenía una puerta, una escapatoria fácil a su problema,
pero debía ser más lista, si aceptaba su ayuda seguramente terminaría por ser descubierta,
aunque buscaría la manera de usar la propuesta a su favor.
_ ¡Claro que no!_ exclamó ofendida _ Quiero mucho a los
chicos, y Mau los adora. Creo que tendrán que hacerse a la idea de que ellos
serán parte de su familia_ concluyó
Ahora todo parecía marchar sobre ruedas, estaba a punto
de salir de la secundaria, tenía un hogar, realmente sentía que no debía ser
todo el tiempo el responsable de sus amigos, estaba próximo a realizar el
examen de admisión y por primera vez se sentía como un chico normal de su edad.
Con el baile de secundaria acercándose cada vez más, se decidió a invitar a
Candela para que fuera su pareja, toda la mañana estuvo nervioso, ideando la
mejor forma de invitarla. Apenas sonó la campana para el receso más largo del
día, salió disparado hacia las aulas de preparatoria, esperando que su chica
soñada aceptara acompañarlo.
Vio que los compañeros de Candela salían del aula y la
espero en la entrada, salió el último alumno pero no la encontró. Se acercó a
un par de chicas; que había visto un par de veces junto a Cande.
_ Disculpen, ¿Saben dónde está Candela?_ les preguntó
_ Salió de prisa, está por allá_ señaló una de ellas
Entonces la encontró, no estaba sola, tenía compañía, un
chico. Era Fernando, el amigo de Leonardo y su principal dolor de cabeza
durante clases. ¿Qué hacía hablando con ella? Avanzó dos pasos al frente para
encontrarse con ella, se detuvo al ver que Fernando la tomaba de la mano y acto
seguido le plantaba un beso en los labios. Sintió que su mundo se desmoronaba
en un segundo, toda su valentía romántica y su felicidad se esfumaron en un
instante. Dio media vuelta y se alejó lo más posible de esa siniestra escena.
Para los de primer año también el baile era importante,
era el primero de tres, de alguna forma la noche del baile dejaban de ser los
novatos en la secundaria y se integraban de lleno en la vida del mundo
adolescente. Aunque a los doce o trece años ir con pareja no resulta el punto
principal, sino simplemente divertirse.
_ ¿Quieres ir al baile conmigo?_ soltó Ezequiel mientras
caminaban
Emilia se detuvo de golpe, jamás hubiese esperado esa
invitación por parte del menor de los Lagos. Era cierto que en las últimas dos
semanas se habían vuelto muy unidos, pero ir juntos al baile podía implicar un
malentendido.
_ No me malinterpretes, quiero que vayamos en grupo. Dile
a Oscar si quiere ir, algunos amigos del grupo me dijeron que los invitara_
explicó el chico
_ Seguro, iremos con ustedes_ respondió Emi más
tranquila.
Oscar levantó su plato de la mesa, la idea de las comidas
en familia le gustaba, aunque odiaba el momento de lavar los trastes, esa tarde
era el turno de él y su hermana. Mientras lavaban la vajilla, Emi le comentó
sobre la invitación al baile, si bien no le agradaba la idea de asistir con
Ezequiel Lagos, eso era mejor que ir completamente solo.
Mauricio y Florencia escuchaban a los mellizos ponerse
acuerdo para el baile, hasta que el gerente del hotel le indicó a su novia que
salieran al pasillo, una idea rondaba su cabeza hacia días y era momento de
plantearlo con su prometida.
_ ¿Qué pasa Mau?_ preguntó Florencia
_ Quería preguntarte algo_ dijo con seriedad _ ¿Te
gustaría que adoptáramos al enano?_
_ ¡Sí!, Me parece una idea grandiosa_ exclamó _ Vamos
mañana al consejo tutelar a revisar que tramites debemos hacer_
_ ¿Estas segura?, ¿En verdad estás de acuerdo?_ cuestionó
Mauricio asombrado por la respuesta de su novia
_ Si, Julián quiere unos padres y nosotros nos casaremos:
nos hará falta un hijo_ explicó como si la idea hubiera ya cruzado por su mente
con anterioridad _ Bueno me tengo que ir al trabajo, chao mi amor_ le plantó un
beso al gerente quien permanecía boquiabierto sin creer lo que pasaba y después
se marchó.
A la mañana siguiente la habitación 2 15 era un caos, los
chicos se habían levantado tarde y corrían de un lado a otro buscando sus
sacos, mochilas y tareas. Por si fuera poco los padres de Mauricio habían ido a
desayunar y se quejaban por cada pequeño movimiento que los pequeños realizaban,
mientras su tutor intentaba mantener la calma. El devoraba su cereal,
recordando la escena del día anterior, Candela besando a otro, a Fernando por
si fuera poco. Era en todo lo que podía pensar.
_ ¿No piensas ir a clase?_ lo interrogó Mauricio
Arturo volvió de su recuerdo, topándose con la realidad,
todos se habían ido ya, incluso los señores Fernández, dejándolo solo con su
tutor y medio plato de cereal remojado.
_ ¿Qué te pasa? Desde ayer has estado muy callado_ el
gerente del hotel tomó asiento a su lado _ ¿Quieres contarme?_
_ ¿Por qué te metes siempre en mi vida Fernández?_
reclamó el chico poniéndose a la defensiva
_ Porque me importas_
_ Candela tiene novio_ susurró casi para sí mismo _ Ayer
iba a invitarla al baile y la vi besando a otro_
Mauricio lo rodeó con el brazo, lo entendía
perfectamente. La primera decepción de amor siempre es dura, es difícil de
procesar y te destroza el corazón. Lo sabía de primera mano y por un breve
instante recordó su adolescencia.
_ Sé que es difícil, pero ella no es la única chica. Date
la oportunidad de conocer, si te quieren que mejor y si no, no saben de lo que
pierden_ dijo para animarlo _ Eres la
estrella del equipo de basquetbol, si Candela prefiere a un estudiante común y
corriente, seguramente tiene un problema_
Logró sacarle una sonrisa, pensó que seguramente era lo
que le diría su padre en esa situación, y por primera vez desde su llegada al
Royal se sintió feliz de tener a Mauricio cerca.
_ Ahora ve a clases, que quiero verte en la lista de
aceptados_
Arturo se puso de pie y tomó su mochila, antes de llegar
a la puerta de la suite se detuvo.
_ Gracias Fernández_ dijo despacio _ Gracias por todo_
concluyó y salió a toda velocidad para alcanzar a sus amigos.
La noche del jueves Arturo se encontraba de mucho mejor
ánimo, había descubierto que Fernández tenía razón y ser la estrella del equipo
de baloncesto tenía sus ventajas, todo
ese tiempo su atención estaba en Candela, ahora que se había dado la
oportunidad de ver más allá había descubierto que tenía varias admiradoras y
una de ellas; la más valiente quizá; lo había invitado al baile.
Su ánimo se denotaba mientras ayudado por Martin y Lucia
preparaba la cena de esa noche, los padres de Mauricio llegaron a la suite pero
no les prestaron mayor atención. Leonardo se acercó a ver qué era lo que
preparaban, Martin quien caminaba hacia el fregadero llevando en las manos una
pesada cacerola llena del espagueti que acababan de hervir, chocó de lleno
contra el padre de su tutor, llenándolo de agua con aceite y pasta.
_ ¡Mira
lo que has hecho mocoso!_ gritó Lorenzo enfurecido _ Pero yo te voy a enseñar a
fijarte por donde vas_ levantó la mano para golpear al niño pero Arturo lo
detuvo, sosteniendo la muñeca del hombre con fuerza.
_ A él no le pone una mano encima, ¿entendió?_ dijo el
quinceañero enojado
_ Otro insolente,
lo que necesitan es aprender a respetar_ Lorenzo lo observo desafiante
_ ¿Me va a pegar?, ¡Adelante!, ¡Hágalo pero a los chicos
no los toca!_
Mauricio entro en el momento exacto que Lorenzo le
propinaba un puñetazo al quinceañero en mitad del estómago. Arturo se dobló en
dos por el dolor, dejando escapar un pequeño alarido, el hombre estaba a punto
de rematar con un segundo golpe pero el gerente del hotel se interpuso entre
ambos.
_ ¡Basta!_ gritó Mauricio a su padre _ Arturo, ¿estás
bien?_ el chico asintió con la cabeza, aun incapaz de pronunciar palabra _ He
sido paciente durante toda la semana, pero esto no pienso permitirlo, ¡Se van
ahora mismo!_
_ ¿Vas a defender a ese grupo de vándalos?_
_ Tú fuiste quien lo golpeo, el único vándalo aquí, eres
tu_
_ ¡Soy tu padre y me respetas!_ Lorenzo alzo la voz
claramente enojado
_ ¡Tú no eres mi padre! Llevo tu sangre y apellido pero
sabes bien que nunca supiste ser mi padre_
Lorenzo estaba furioso, su esposa se había colocado
detrás de él, apoyando su mano en su hombro, como si intentara detenerlo en
caso de que las cosas se complicaran y diera inicio una pelea entre padre e
hijo.
_ Chicos déjenos solos por favor_ indicó Mauricio, ellos
permanecieron inmóviles, sorprendidos por la tensión de la escena que
presenciaban _ ¡Arturo, Sara, llévenselos de aquí!, ¡AHORA!_ gritó.
De inmediato los chicos abandonaron la habitación, sin
decir ni una palabra. Los más pequeños parecían asustados, nunca habían visto a
Mauricio tan enojado, mientras que los mayores, llenos de dudas deseaban
investigar la misteriosa y conflictiva relación de su tutor con sus padres.
N/A: ¿Qué les parecen los padres de Mauricio?, ¡Son todo un caso!, ¿No creen?
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