_ ¿Qué pasa?_
Ellos eran amigos desde la infancia, no era lógico que
intentara echarlo.
_ Mau vendrá a cenar, ¡No puedes estar aquí!_
Agustín lo sabía, así que no tenía más remedio que
marcharse. Colocó su mano en el picaporte, a la vez que el timbre sonaba. Los invitados
ya habían llegado.
_ ¡Ve a mi cuarto y que Julián no te vea!_ indico Flor a
su mejor amigo
Una vez que este obedeció sus órdenes, abrió la puerta,
dando la bienvenida a Mauricio y Estrella.
Paula no podía dejar de mirar a aquel apuesto hombre, no
llevaba su habitual traje, en lugar de ello, usaba unos jeans de mezclilla
obscura y una playera verde ceñida, que dejaba ver su musculatura y a la vez
resaltaba el color de sus ojos.
_ Creo que es hora de que vayan a dormir_ indicó Rodrigo
a los chicos
_ Es muy temprano aún_ reprochó Martín
_ Sí_ exclamó Paula _ Mejor platícanos un poco sobre ti_
dijo clavando la mirada sobre él
Nico; quien cenaba esa noche con ellos; hizo una mueca de
desagrado ante el comentario de su amiga.
_ ¡Vayamos a ver una película!_ sugirió con la esperanza
de alejar a Paula de ese prototipo de hombre perfecto
_ ¡Vamos!_ exclamaron los más pequeños corriendo hacia la
sala
_ Vayan, yo ayudaré a Rod con los platos_ comentó la niña
empezando a levantar la mesa
Nicolás se alejó hacia la sala de estar, uniéndose al
resto de los chicos. Se sentó en medio de Sara y Martín, mientras que Lucia y
Oscar elegían una película para ver juntos.
_ Odio al ayudante de Fernández_ expresó el
pre-adolescente en bufido
_ Es porque estas celoso_ comentó Sara despeinándolo un
poco _ ¿Quién diría que te gusta Paula?_ sonrió divertida
_ ¡Qué asco!_ exclamó Martín _ Paula es insoportable_
_ No es por eso, ese tipo me da mala espina_ concluyó
Nico cruzándose de brazos
El adolescente se encontraba recostado en su cama,
observando el techo que parecía tan cercano desde el segundo nivel de aquella
litera. Le gustaba la decoración del lugar, con tonos azules, verdes y unos
pequeños detalles en naranja. No dejaba de pensar en su madre, en que los dos
estaban compartiendo el mismo techo; o al menos lo habían hecho; la mayoría de
los huéspedes no permanecía en el hotel por más de dos noches, a menos que fueran ricos como los Lagos, o los Ochoa y
pudieran pagar un mes de alquiler. Fuera como fuera, tenía que averiguar que
hacía ahí, a donde se había marchado o si seguía en alguna de las habitaciones
del hotel.
_ ¿Puedo pasar?_ preguntó Rodrigo, al parecer era una
pregunta retórica, pues entró antes de que él le diera la indicación
Arturo se incorporó, sentándose con las piernas cruzadas
sobre su cama.
_ ¿Qué quieres, aprendiz?_ dijo de mala gana
_ Hablar contigo, quisiera hacer un trato contigo_
El quinceañero bajo de su cama de un salto, quedando
frente a frente con aquel hombre, le indico que siguiera hablando, pues sentía
gran curiosidad.
_ Necesito información sobre Fernández_ soltó finalmente
el aprendiz del gerente _ Información personal_
_ ¿Para qué?_ cuestionó el chico cruzándose de brazos
Rodrigo era casi una cabeza más alto que él, sin embargo
no le intimidaba en absoluto
_ Es mi jefe, quiero impresionarlo preparándole una
sorpresa_
Le pareció absurdo que se esforzara tanto en agradarle a
Mauricio y soltó un suspiro de fastidio.
_ ¿Qué gano yo?_
_ Lo que tu desees_
Esa era la oportunidad que tanto buscaba y no la dejaría
ir.
_ Quiero información sobre un huésped: Esmeralda
Longoria_ sonrió decidido
_ Es un trato_ concluyó el hombre estrechando la mano del
adolescente
Pasada la media noche, finalmente Mauricio y su novia se
retiraron. Fue hasta entonces que Agustín pudo salir de su encierro. Pasar más
de tres horas encerrado procurando hacer el menor ruido posible, resultaba
agotador y sumamente aburrido.
_ ¿A qué viniste?_ lo cuestionó Florencia indicándole que
podía salir
_ Traje esto para Julián_ respondió mostrando un
cochecito de juguete
Flor enarcó las cejas, sorprendida por la respuesta de su
amigo
_ Supongo que ya estará dormido_ comentó Agustín
_ Si, Mau lo acostó y así no lloró en absoluto_ dio unos
pasos hacia la sala y se sentó sobre el sillón _ ¿Por qué tanto interés por el
enano?_
_ Creo que quiero enmendar mis errores_ dijo sentándose a
su lado _ Es mucho más fácil que él me perdone a que lo hagan los otros_ se
encogió de hombros y soltó un suspiro al aire _ En fin… volveré mañana_
concluyó
A la mañana siguiente los chicos se encontraban
desayunando, ahora cada mañana antes de irse a la escuela, Mauricio, con la
ayuda de alguno de los chicos, preparaba el desayuno.
_ Deberías pedirle al bombón de Rod que venga a cuidarnos
más seguido_ comentó Paula sirviéndose jugo de naranja en su vaso
_ A mí no me agrada ese sujeto_ dijo Martín mientras
colocaba mermelada sobre su pan tostado
_ Ni a mí_ lo secundo Emi desde el otro extremo de la
mesa _ Aunque admito que es muy guapo_
_ Para mí es un lame botas_ argumentó Arturo vertiendo
leche en su plato con cereal
_ Chicos, dejen de criticar a Rodrigo y dense prisa o
llegaran tarde_ intervino Mauricio para tranquilizarlos un poco
Lo cierto era que ninguno sabía quién era en realidad
Rodrigo De la Cruz, pues desde su llegada apenas y había mencionado información
sobre sí mismo, solo su nombre y edad. No sabía porque estaba en el hotel o que
pretendía hacer una vez que hubiera aprendido todo lo necesario para dirigir un
hotel como el royal. Ese hombre tan apuesto y elegante; como lo describían las
chicas; resultaba ser todo un misterio.
Durante el recreo no hubo un solo estudiante que no se
percatará del letrero que Matías llevaba colgado al cuello. Se encontraba
parado justo en medio del patio, con su uniforme de gimnasia y un balón de
futbol debajo de su pie derecho, en una cartulina colgaba la leyenda “Fui vencido
por una chica” con letras enormes y más abajo, con letras más pequeñas “Abajo
el machismo, busquemos mayor equidad”.
No era un castigo cruel, de hecho era una forma de
concientizar dentro de la escuela; quizá por eso ningún profesor lo reprendió; pero para Matías ser derrotado por una chica
en un deporte considerado para varones representaba la mayor humillación del
mundo.
_ Está furioso por lo que pasó_ comentó Amanda caminando
hacia la cafetería
_ Bueno, se lo había buscado_ dijo Oscar mientras
avanzaba a su lado
Desde el primer día de clases, cuando la vio por primera
vez, no había dejado de acompañarla en cada oportunidad posible.
_ Desde que llegó no ha hecho más que molestar a Emi y
bueno… mi hermana es así_ continuó sin despegar la mirada del chico que parecía
morir de vergüenza
_ ¿Es tu hermana?_ preguntó sorprendida _ Es curioso,
porque Matt es mi hermano menor_
Una terrible coincidencia que podía llegar a arruinar
algo que todavía no se formaba.
Arturo regresó tarde de la escuela, había tenido su
primera práctica con el equipo de baloncesto, como era de esperarse, fue
aceptado en el equipo y hacía gala de sus dotes naturales para dicho deporte.
Llegó con el único pensamiento de solicitar la información sobre su madre, no
podía pensar en nada más en ese momento.
_ ¡De la Cruz!_ exclamó al ver a Rodrigo platicando con
Estrella en la recepción _ Tengo que hablar contigo_
El aprendiz de Mauricio se despidió de la recepcionista y
siguió al chico hasta el lobby, llevaba un folder color beige consigo.
_ Aquí está lo que me pediste, anote lo que consideré más
importante_ dijo el chico sacando un par de hojas dobladas de su mochila
_ Muchas gracias muchacho_ sonrió Rodrigo tomando las
hojas _ Aquí está tu parte_ le entregó el folder _ Fue un placer hacer negocios
contigo_ concluyó y se retiró leyendo la información.
Arturo no creía del todo aquello de la sorpresa para
Fernández, pero no le importaba en absoluto en que pudiera ocupar el aprendiz
los datos personales de su tutor, solo le importaba saber sobre su madre.
Ansioso abrió el folder y empezó a leer. Se llevó una
gran sorpresa al ver el número de habitación en el cual se hospedaba, el 5 12,
nada más y nada menos que la suite de los Lagos.
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