domingo, 26 de junio de 2016

Capítulo 24: Día Familiar

El chico miro en todas direcciones, asegurándose de que nadie conocido pudiera encontrarse cerca del perímetro. Al menos ninguno de sus amigos lo vería, Fernández los había llevado al parque de diversiones y Chaim estaba trabajando en el estacionamiento. Vio a Rodrigo acercarse. Volvió a registrar la zona con la mirada. Nada. Estaba a salvo.
_ Aquí tienes la información sobre tu madre_ dijo el aprendiz de gerente entregándole un folder
Arturo lo miro desconcertado, no le había contado a nadie sobre su relación con la ahora novia de Tomás Lagos.
_ ¿Acaso pensabas que soy igual que Fernández, que hace las cosas sin saber realmente lo que hace?_ pregunto desdeñoso
Entonces el muchacho entendió que se había equivocado respecto a Rodrigo, no era un lame botas, sino que era un estratega listo para enfrentarse a su jefe. En ese momento, al saber que no era amigo de Fernández, aquel hombre de ojos verdes le agrado un poco.

Era tarde cuando despertó, se sorprendió a sí misma al darse cuenta que estaba abrazando al niño. Ahora lo recordaba: Mauricio había llamado temprano para pasar por él y llevarlo al parque de diversiones, pero ella se negó; después de todo, Julián seguía un poco enfermo. Después de colgar, se dirigió a la habitación del pequeño y se sentó a su lado, después se quedó dormida. Pasó su mano por el cabello castaño claro del infante. Otra vez esa sensación de conocerlo con anterioridad, de verle parecido con alguien más.
_ ¿Qué hora es?_ preguntó el niño despertando
_ Tarde. Levántate, vamos a desayunar_ le indicó poniéndose de pie
Florencia salió del cuarto para dirigirse a la cocina. Se detuvo al ver a su amigo Agustín sentado en el sillón de su sala.
_ ¿Qué haces aquí?_ cuestionó
_ Esperaba a que salieras. Hoy entro tarde a trabajar y pensé que podríamos ir con Julián al zoológico_ respondió
Ella recordó de inmediato la imagen de la letra tatuada en el tobillo de su hijo adoptivo.
_ ¡Vete!, ¡No quiero que te acerques a él!_
_ ¿Te volviste loca?_
_ Vi el tatuaje… habrá tenido tres años… ¿Cómo pudiste?_
_ El tatuaje no lo hice yo… ¡No estaba de acuerdo con que se lo hicieran a él!_ exclamó poniéndose de pie _ ¡Fue Cesar quien lo llevó!_
_ ¿Qué quieres con él?_ se acercó desafiante
_ Calmar mi conciencia, enmendar mis errores… con él y con los otros seis_ concluyó Agustín volviendo a sentarse en el sillón.

Sara inclino la cabeza un poco. No estaba del todo convencida. Se puso de pie y avanzó hacia el armario. Examinó las camisas, entonces sacó la que le pareció más apropiada y se la entregó a Oscar.
_ Seguro que así la conquistaras_ le sonrió a su joven amigo
_ Aún creo que es una tontería elegir ropa para salir con alguien_ comentó Emi desde la litera superior, la cama de Arturo
_ Por primera vez, le doy la razón a Oscar… es la primera cita, debe lucir bien_ dijo Ezequiel, quien se encontraba al lado de su amiga
_ Y así no podrá resistirse_ añadió Sara _ Aunque lo más importante es tu esencia y tú eres un chico grandioso_
Oscar soltó un suspiro al aire.
_ Si lo fuera Diana no se hubiera olvidado de mí_
_ Eso es porque buscas chicas superficiales, hay otras que valen mucho más la pena_ comentó Ezequiel volteando a ver a Emi
_ Amanda lo es, ya lo verás_ lo animó su hermana
Oscar asintió y después salió de su cuarto llevando la camisa que Sara había escogido para él. Se daría un baño y después bajaría al restaurante a esperarla.

La noche estaba próxima a caer y los dos niños reían divertidos en la habitación. A los siete años, el mundo entero está plagado de fantasía y basta con echar a volar la imaginación para crear lugares mágicos para jugar. Benjamín dio un salto a la cama de Candela y dejo que Lucia hiciera la mismo. Cayeron juntos sobre la alfombra y soltaron una carcajada.
_ Benja, vengan ya a cenar_ indico la voz de la señora Ochoa
_ Ya voy mamá_ dijo el niño con naturalidad
Se levantaron del piso, ayudándose mutuamente.
_ ¿No extrañas a tus padres?_ preguntó Lucia a su amigo
_ Ellos son mis padres ahora. No pelean, no se olvidan de mí y no me obligan a mudarme_ respondió Benjamín

_ Pero, ¿Cómo puedes no extrañarlos?_
_ ¿Extrañas tú al señor Garcés?_
_ ¡Claro que no!_ exclamo la niña con desagrado
_ Él era tu tutor, igual que ahora lo es Mau. Solo que con Mau eres feliz_ explico _ Es lo mismo que me pasa a mí_
Sin dar más explicaciones, el niño echó a correr hacía el comedor, donde su nueva familia lo esperaba, dejando a su amiga completamente confundida.    


Oscar la vio llegar, le pareció guapísima. Llevaba un vestido corto color celeste y el cabello suelto enmarcando sus bellos ojos. Amanda parecía salida de una revista de modas. Y entonces, la magia desapareció. Detrás de la hermosa adolescente, avanzaba su hermano, Matías.
_ Lo siento. Tuve que traerlo… mis padres son… sobreprotectores_ explicó Amanda
_ Yo no quiero hacer mal tercio pero tampoco pienso pasar la noche esperándolos en el lobby_ se quejó Matías
_ Creo que tengo la solución_ sonrío Oscar complacido

Kía analizó la información  que contenía la hoja. También vio la fotografía de Esmeralda Longoria, era una mujer guapa, de piel blanca y el cabello negro que su amigo había heredado, los ojos pequeños color marrón. Salvo por el cabello y la forma de la nariz, Arturo no se parecía mucho a ella.
_ ¿Qué harás ahora?_ preguntó la chica regresándole el folder
_ Tengo que hablar con ella_ respondió el quinceañero _ Pero necesito entrar a la suite de los Lagos_
La chica soltó una risa irónica ante la idea de su mejor amigo entrando al hogar de Leonado.
_ Te aseguro que lo haré_ afirmó el muchacho poniéndose de pie.
Apenas cabía estando de pie en el ático de la casa Vélez. Miro su reloj; el mismo que había sido de su padre alguna vez. Era tarde, debía volver al hotel.
_ Nos vemos mañana_ se despidió dando un breve beso en la mejilla de su amiga
_ Mantenme al tanto de tu triunfal entrada a la casa de Leo_ sonrío la chica
_ Lo haré_ concluyó bajando las escaleras.

Nicolás la observaba con detenimiento, le gustaba verla cuando reía y también cuando hablaba con tanto interés en un tema, o cuando patinaba, perdiéndose en el hielo. Tal vez eso era lo que sentía Franco al ver a su madre, de ser así, significaba que estaba enamorado de Paula.
_ Podríamos ver películas mañana. Hay una que quisiera ver contigo_ comentó Nico
_ Le diré a Mau, supongo que se incluirá en el plan_ río ella
El preadolescente sintió que su corazón daba un vuelco al oír su risa.
_ ¡No puede ser!_ exclamó poniéndose de pie
_ ¿Qué ocurre?_ preguntó Nico volteando en la misma dirección que su amiga
_ ¿Qué haces aquí, bombón?_ corrió al encuentro del aprendiz de Mauricio
Rodrigo llevaba una maleta en la mano izquierda y avanzaba a través del lobby.
_ Voy a mudarme al Royal_ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario